jueves, 19 de octubre de 2017

ESPAÑA-CATALUÑA: CONFLICTO... Y MUCHO MÁS



Culminé el último post indicando: “Con estos dos post doy por concluido este tema, que a mi modo de ver es mucho más profundo, relevante y complicado, por las cientos de variables presentes.  Deseo y ojalá así sea, el domingo 1º de Octubre resulte pacífico, constructivo para todos y podamos iniciar un tiempo de conciliación entre personas y personalidades maduras sicológicamente”.

Como es sabido por todos, mis buenos deseos y esperanzas, de que por fin, individuos con personalidades maduras sicológicamente entraran en el peligroso “juego” del conflicto Cataluña-España, no es lo que ha ocurrido. Continúa y todo va a peor.

Lamentablemente, a fecha de hoy se suceden muchos de los daños, que a nivel de: personas, grupos, empresas, economía, turismo, política y otros se vienen produciendo. Da la impresión de que no importan en lo más mínimo, a los que ya se percibe como “fanáticos independentistas”. Es increíble. Todo ello,  sin que esos males provoquen la más mínima intención de producir, realizar un cambio y evitar tanto daño.

Siempre los conflictos, especialmente al ir continuamente escalando, están impelidos por fuertes sentimientos, emociones y pasiones, con frecuencia muy profundas, tal como se han podido percibir y comprobar en este conflicto. Considero que es imposible gestionarlo peor. Da la impresión de que no existe, aunque parezca una locura, verdadero interés por resolverlo, en ninguna de las dos partes. De ahí, hasta donde ha escalado ya, y lo que aún le falta.

Por una parte se observan comportamientos fanáticos, que al contemplarlos con atención, reflejan según ya plantee, comportamientos habituales y normales, solo en personas de muy baja madurez psicológica: Trampas, engaños continuos, mentiras, agresiones verbales, impulsividad, oportunismo, comportamientos autodefensivos, manipulación de hechos, auto-protección, odio soterrado y manifiesto, etc.

Por la otra parte, sucede otro tanto: Trampas, engaño, desprecio, falta de interés por resolver la situación, falta de iniciativa, manipulación, odio, soberbia, “que los parta un rayo”, y muchos otros. Es obvio que así no hay solución posible.

Mientras tanto, los costes de índole social, económica, política, familiar, personal y otros, aumentan en progresión geométrica.    

POSIBLE SOLUCIÓN…

La adecuada gestión, mediación y resolución de conflictos, requiere disponer y desarrollar capacidades como:
-  Saber escuchar y comunicarse eficazmente. Algo que ni siquiera se ha intentado.
-  Ser empáticos, comprender realmente al otro y poder sentir como él. Algo que desde hace algún tiempo parece un imposible en el conflicto que nos preocupa. No ha habido el más mínimo rasgo manifiesto.
-  Identificar con precisión las posibles diferencias, percepciones y su impacto. No se ha dado ningún paso en esta dirección.
-  Identificar las expectativas reales y los deseos de los implicados en la controversia. Se desconocen, y da la impresión de que no interesan a nadie.
-  Identificar intereses y necesidades. Se manifiestan completamente dispares.
-  Encontrar semejanzas, territorio común sobre el que cimentar posibles acuerdos. Da la impresión de que no se ha intentado en lo más mínimo por las partes en conflicto. No se percibe una real y verdadera preocupación.
-  Identificar objetivos comunes que satisfagan a las partes y resolver así, el conflicto. Tampoco, para nada. Obviamente los objetivos lucen tan dispares que es imposible ver la solución ante la ceguera de unos y la desidia de los otros.

Es esencial durante la gestión del conflicto  y la confrontación real, desarrollar con eficacia las siguientes condiciones; que no están presentes en lo más mínimo.

1.-   Crear un clima de confianza y respeto mutuo entre las partes. La falta de estas dos condiciones dificulta ostensiblemente la posible solución.
2.-   Indagar, conocer, comprobar, aclarar y cerrar puntos críticos.
3.-   Escuchar activamente lo que se dice y lo que no se dice. Comprender el lenguaje corporal y la mímica facial. Analizar el lenguaje subliminal.
4.-   Desarrollar un clima de empatía. Esforzarse por comprender y sentir como las  otras partes implicadas, con la finalidad de entender realmente su posición.
5.-   Comprender con claridad el problema desde la perspectiva de cada uno.

Con todos los elementos señalados, es obvio que no hay el mínimo deseo de una solución creativa, positiva. Lo que existe es “Conflicto abierto: Guerra a muerte”.

PROCESO DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Ya he comentado que todo conflicto se inicia siempre, en una primera fase denominada de DIFERENCIAS: Discrepancias, desacuerdos, distintas percepciones, puntos de vista dispares, comunicaciones deficientes, intereses y necesidades distintas, no escucharse y varios otros.

Mientras el conflicto está dentro del ámbito de diferencias, es relativamente fácil y poco costoso, desde todo punto de vista, resolver la situación. Pero ya señalé: el conflicto siempre tiende a escalar, a ir en aumento si no se resuelve a tiempo.

La fase de CONFLICTO significa que: Hemos desperdiciado muchas oportunidades de resolución. Para llegar a este nivel, las partes implicadas se han molestado, enfadado, discutido, se han hecho daño, se han agredido física o psicológicamente, y se suelen sentir mal mutuamente. Resolver en esta fase el conflicto es algo más difícil, por el deterioro que ha venido sufriendo la relación. Para solucionarlo, se requiere de muy buena disposición para ello, de las partes en pugna.

Si no se resuelve y han continuado sucediéndose eventos dolorosos entre las partes, se alcanza el tercer nivel de conflicto: CONFLICTO ABIERTO. Se trata de “guerra a muerte”. Las partes contrincantes no se hablan, se odian, se hacen todo el daño entre sí que han podido. Lo más grave es que, en sus peleas han implicado a otras personas, grupos, organizaciones y otros, lo que hace que sean mucho peores las consecuencias.

En el caso de conflictos o conflictos abiertos  en empresas y organizaciones, con frecuencia se ven implicados otros departamentos. Cuando los conflictos son entre responsables de departamentos, lo más común es, ver que los seguidores están con sus jefes; de tal manera que, lo que se inició como diferencias, posterior conflicto, y ahora la “guerra a muerte”, ya no sucede entre dos personas, se ha ido generalizando y es entre departamentos. 

Llegar a este punto ha generado unos costes ocultos inconmensurables para la empresa; y todo, por no haberlo gestionado cuando surgieron y se percibieron las primeras diferencias, en su fase inicial. Aparte de los costes de toda índole, se ha deteriorado el clima de trabajo, y la eficiencia y productividad han bajado sensiblemente.

DESDE UN ENFOQUE MACRO

En el ámbito mundial son innumerables los conflictos que existen de ambos signos; dentro de un país y entre países. Unos, aquellos de los que se hace una gestión positiva,  contribuyen al desarrollo, la innovación, la mejora, el cambio, la grandeza de países y sociedades. Muchos otros, son altamente destructivos, y terminan en  luchas y guerras entre diferentes grupos por cuestiones: Étnicas,  ideología política, religiosa, sexo, materias primas valiosas,  detentar poder, u otras razones.

Estas características analizadas desde un punto de vista macro, nos permiten ver que se trata de los conflictos más destructivos y difíciles de resolver. Dan origen a fanatismos ciegos y a fundamentalismos que no atienden a razones, excepto que el máximo dirigente o representante, desee realmente modificar el curso de los acontecimientos. Con frecuencia en el caso de componentes religiosos, por estar siempre relacionados con la “Divinidad”, resultan muy difíciles de resolver, por falta de apertura y disposición a cambiar los dogmas.

 

Centrándonos en nuestro país vemos, los daños y perjuicios a los que estamos sometidos a causa de diversos tipos de conflictos que están en activo. Considero que, o no se están gestionando, lo que sucede con algunos, o se está haciendo, en general, muy mal, lo que está produciendo resultados dolorosos y muy negativos.

Quiero finalizar este complejo tema con un dicho que encaja perfectamente en la situación del conflicto actual Cataluña-España. Me refiero a: “No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista”. Lo que deseo significar es que en algún momento y después de mucho daño entre las partes, el conflicto quedará resuelto. Doloroso y lamentable pero “es lo que hay”. El tiempo lo va arreglando todo.