miércoles, 17 de junio de 2020

CONTRIBUYENDO A CIMENTAR UN PAÍS MEJOR, MÁS EFICAZ Y CAPAZ (Parte 6)


Introducción

Al intentar apoyar la posibilidad de realizar lo señalado en el título, me resulta indispensable, para facilitar la comprensión del qué, cómo, y por qué hacerlo, entrar en el complejo, pero enriquecedor tema del “Potencial Humano” que nace mediados los años 60, impulsado por un grupo de distinguidos psicólogos e investigadores.

Diversos estudios que datan de los años 70 y 80 mostraron, que los seres humanos, la mayoría de las personas, poseemos un inmenso potencial que facilita el aprendizaje, el desarrollo y la maduración psicológica de cada individuo.

Lo destacan como un componente evolutivo que se asocia con la capacidad imaginar, crear, innovar, superar objetivos personales, y más. Todos de la misma índole. Se trata de una condición individual que cada persona desarrolla de acuerdo con su personalidad, aptitudes, actitudes, deseos, conocimientos, intereses, motivaciones y el entorno vital en el que vive.

El desarrollo y uso del potencial, es al mismo tiempo un proceso de avance, integrador, complejo, sistémico, evolutivo, holístico, experiencial, multidisciplinar, creativo, profundo, adaptable y origen de nuevos paradigmas. Para que se produzca un sano desarrollo del potencial, es necesario tomar en cuenta, la necesidad de autonomía de cada individuo y la realidad de interdependencia colectiva que se da a nivel socio-cultural, alrededor del mismo.

Resultados derivados de varios de los estudios mencionados, se llegó a señalar que, “las personas habitualmente, dentro de nuestra cotidianeidad, utilizamos aproximadamente, entre el 8% y el 27% nuestro potencial. Eso quiere decir que, entre el 92% y el 73% del mismo, no lo aplicamos. La razón principal de esos resultados bajos es, que no solemos necesitarlo. No requerimos, habitualmente, “echar mano del mismo”.

 

Solamente en circunstancias muy especiales, retadoras, complejas, recurrimos al mismo. Ese potencial existe, está dentro nosotros “represado”, y lo utilizamos, unos más otros menos, dependiendo de la situación general en la que nos encontremos, y los desafíos que enfrentamos. Este potencial nos dota de unas: capacidades, talentos, aptitudes y competencias (conocimientos – habilidades - destrezas), de las que echamos mano solamente cuando estamos ante retos muy difíciles, complejos, y arduos.

Lo señalado, me lleva al tema que he venido tratando acerca de qué hacer y cómo para mejorar en general (tema de los últimos post). Tema clave relativo al cuestionamiento de nuestro actual “Sistema de enseñanza aprendizaje”. Anticuado e incompleto.

Lo afirmo tajantemente, debido a que se enfoca exclusivamente en aprendizaje cognitivo, intelectual. Ignora los otros dos ámbitos del funcionamiento de los seres humanos, y en especial, a la hora de desear y requerir de un valioso y completo aprendizaje.

Recuerdo haber escuchado a especialistas mundiales señalar que“el método cognoscitivo, centrado en lo intelectual, nemotécnico, en la escucha, es propenso a la falta de atención, al aburrimiento, y al olvido; a menos que exista un refuerzo adicional en corto tiempo”.

Algunos de esos especialistas señalaban que el nivel de aprendizaje que se consigue de esos actos de índole cognitiva, rondan apenas, entre el 5% y el 26-28% del total. Por ello, lo consideran un método pobre, insuficiente e inadecuado para alcanzar un aprendizaje que permita mantenerse actualizado; necesidad que provocan los continuos cambios y avances.

Al mismo tiempo, se sabe que existen metodologías llamadas activas, vivenciales, cien por cien participativas, que garantizan unos aprendizajes de hasta el 65-70% de lo que se ha practicado, vivido, experimentado, vivenciado, en fin, aprendido. Que además, es factible superar si uno desarrolla el hábito de aplicarlo, como forma de aprendizaje continuo. 1) Hacemos cosas, 2) vemos, analizamos qué y cómo lo hicimos y, de esa vivencia y análisis, 3) extraemos aprendizajes y nuevas formas de aplicación. Sin duda, un aprendizaje continuo, versátil, y muy necesario, cada vez más hacia el futuro.

Todo ese torrente de posible adquisición y aprendizaje, versus un 8 al 28%, del método cognoscitivo. Me pregunto entonces ¿qué es lo que frena e impide en nuestro país cambiar la metodología de enseñanza-aprendizaje que se aplica en todo el sistema educativo?

 ¿Alguien tendrá miedo de no saber cómo gestionar, orientar, educar a niños y jóvenes que cuentan con un inmenso potencial que estas metodologías hacen brotar cuando se las aplica como debe ser, con el rigor necesario? ¿Qué pasa realmente?

¿Cómo es posible que se desperdicie y pierda la mayor parte de ese potencial humano que tanta falta nos hace, a la hora de enfrentar los grandes retos que tiene y tendrá el país? Ya y ante la “nueva normalidad”. ¿Nos da miedo convertirnos en un país que eduque y desarrolle gente brillante, competente y más madura psicológicamente? Realmente, me resulta incomprensible. No logro encontrar la más mínima razón coherente.

En resumen, me encantaría recibir respuesta sincera a esta pregunta ¿Cómo es posible sostener por años tanto desperdicio de talento, inteligencia y creatividad? Ah… puede ser que no nos estemos dando cuenta. No tenemos consciencia de esta otra realidad.

Con la finalidad de dar valor científico a lo que vengo planteando, considero que vale la pena indicar que los planteamientos hechos, provienen de los años sesenta cuando surgió en la "Psicología como ciencia" , un movimiento con enfoque humanístico, del que famosos psicólogos como Abraham Maslow, Carl Rogers, K. Lewin, White y otros, fueron sus creadores y promotores.

Su propósito clave era señalar la existencia del Potencial Humano y que, su desarrollo es un proceso integrador, complejo, sistémico, evolutivo, experiencial, multidisciplinar, holístico, creativo, profundo, adaptable, que propone nuevos paradigmas del crecimiento y desarrollo.
Basado en lo anterior es esencial comprender que, para alcanzar un sano desarrollo del potencial que cada persona posee, hay que tener en cuenta, tanto la necesidad de autonomía de cada individuo, como la realidad de interdependencia colectiva que se da en el ámbito socio-cultural donde se desarrolla y vive.

Cuándo, cómo, por qué, hacer el cambio del “sistema enseñanza-aprendizaje”

Siguiendo el rastro de intentos de cambio en: empresas, organizaciones, instituciones y otras entidades similares, con el objetivo de encontrar “el momento oportuno” para emprender ciertos cambios y /o transformaciones, da la impresión de que la respuesta es “nunca”.

Nunca parece ser un buen momento para realizar cambios e innovaciones y menos aún, cuando se trata de evoluciones y transformaciones de cierta envergadura. Máxime, si generarán novedades que van a afectar y tienen que ver con muchas personas con poder, hurgando hábitos y costumbres muy arraigadas. Por esto, en el caso que planteo de cambiar el sistema de enseñanza-aprendizaje preveo muchas y diversas resistencias. Realmente creo que en el país nunca se ha intentado. Hay lamentablemente, muchos intereses en juego.

Pienso, como profesional muy ligado siempre a procesos de cambio, transformación e innovación en organizaciones, instituciones y empresas, que estas acciones, la mayor parte de las veces se perciben como inoportunas. El cambio, casi siempre genera rechazo. Por eso, siempre aparecen resistencias más o menos conscientes e inconscientes que actúan, la mayor parte de las veces, dificultando las mejoras, y la mayoría de las veces impidiendo, avances, superación, evolución y giros en el statu quo.

Se suele argumentar: “Si siempre lo hemos hecho así y funciona bien. ¿Para qué ponernos a inventar y complicarnos la vida?” Comportamientos tan comunes provocan la percepción no real, la mayor parte de las veces, de que no es el momento. Ocurre casi siempre, detrás de estas resistencias con frecuencia veladas, miedo al cambio, aunque éste sea necesario.

Mis experiencias, sin embargo, me demuestran que en el fondo “todo es cosa de que alguien tome la iniciativa, que decida emprenderlo y llevarlo con calma avanzando al ritmo que la organización o institución pueda ir asimilando. Ir poco a poco, y haciéndolo bien es clave, para luego, pausadamente, ir consiguiendo aceptación, incorporación y apoyo de muchos. La “masa crítica de apoyo, imprescindible”.

¿Por qué considero éste, un buen momento para realizar cambios?                    

En la actualidad, junio de 2020, se ha dado la coincidencia de estar escribiendo acerca de, qué y cómo conseguir mejoras, ver los últimos siete (7) post acerca del tema clave de mejorando: Ya sea, países, empresas, todo tipo de organizaciones y agrupaciones.

En esos momentos surge, casi repentinamente, la pandemia del coronavirus –covid-19, que ha venido a trastocar la mayoría de los componentes de la vida en casi todos los países del mundo, y a provocar hacia el futuro, lo que será “una nueva realidad” difícil de prever.

El zarandeo, a todo, provocado por la pandemia, especialmente estimulado por su velocidad de contagio; por producir muerte; y por el desconocimiento del camino y comportamiento esperable de este nuevo virus, llevó a todo el mundo a emprender fuertes medidas de confinamiento y aislamiento casi como única solución momentánea; esto generó una gran irrupción de la vida cotidiana, con la finalidad de frenar contagios y dolorosas muertes. También han sucedido en consecuencia, muchas otras cosas que han impactado negativamente el curso de las sociedades.

El confinamiento provocó que los hábitos, rutinas y costumbres usuales hayan tenido que modificarse, produciéndose importantes cambios que después de casi 100 días, aún continúan. Muchos de esos cambios, han venido para quedarse. Conformarán, lo que se menciona como “nueva normalidad”. Pronto vamos a entrar en ella.

Países y sus gobiernos, se han visto obligados a una continua toma de decisiones, sin tener a mano la mejor información para ello. Además, la mayoría de las situaciones, por ser inéditas y disponerse de poco basamento real y científico, han debido ser frecuentemente modificadas para adecuarse a la nueva y momentánea realidad cambiante, que continúa provocando alteraciones a diario. Hacer / Ver-analizar / Aprender (Aprendizaje basado en las vivencias), según el comportamiento del virus. De ahí, el continuo cambio en las medidas que se deciden llevar a cabo e impacto en el comportamiento de las personas. Este último, con muy ligeras excepciones, ha sido en nuestro país, modélico, muy maduro, y responsable.

Pienso y creo de verdad, que esta situación sorpresiva, desconocida, cogió en general al mundo, desprevenido o por lo menos, no bien preparado, a pesar de que aparentemente desde hace ya algunos años, cinco como mínimo, se esperaba en el mundo, la aparición de nuevos virus en algún momento.

Según diversas fuentes acreditadas, se sabía que en algún momento iba a suceder algo de este tipo, pero no cuándo, ni cómo, ni por donde comenzaría, ni cómo se expandiría, ni cómo combatirlo por no saberse qué tipo de virus seria y por ello, no contarse con vacuna.

Considero que todo lo que está sucediendo requerirá de cambio y mejoras en muchos aspectos de gestión eficaz de futuro. Dentro de ese contexto novedoso, distinto, es donde entran los cambios y mejoras que vengo y continuaré planteando.

Con la finalidad de no alargar excesivamente el post, completaré las ideas acerca de la “nueva normalidad”, y por qué se justifica el cambio hacia, un mejor, más amplio y enriquecedor, “sistema de enseñanza-aprendizaje”, en la siguiente entrega, dentro de unos quince días.