Desde hace años en mis quehaceres habituales como consultor de empresas, ha venido creciendo la idea de la importancia fundamental que tiene, para cualquier tipo de organismo: empresa, universidad, país u organización, donde haya una o varias cabezas mandando o dirigiendo, la certeza de que son estas personas las principales responsables de la excelente o deficiente marcha e impacto en la sociedad de esos organismos.
Un buen presidente de un país y su equipo pueden hacer maravillas por ese país, o llevarlo a años de desastres y penurias. Así mismo, el equipo rector de una universidad puede transformarla en uno de los centros de sabiduría más importantes, o hacer que permanezca en el anonimato. En el caso de las empresas por su estructura, habitual cultura y/o forma en que, una gran mayoría, son gestionadas, ese peso o impacto es superior. Considero que alrededor del 90% de sus resultados y eficacia en general, depende de las capacidades, habilidades y competencias del grupo que las dirija. Aunque pueda parecer exagerado asignar a ello el 90%, personalmente no lo creo. Además, mi aseveración está respaldada por un importante número de autores e investigadores. El altísimo impacto del grupo dirigente en cualquier tipo de organización es tal que, de ello depende en un grado muy relevante el acertado o desacertado rumbo, eficacia y posibilidades de éxito de las mismas.
Existen cientos de ejemplos reales en la historia de las organizaciones, donde el simple cambio del directivo principal por uno nuevo ha hecho que empresas de éxito en el pasado, comenzaran a hacerlo muy mal e ir hacia su desaparición; y otras a punto de quiebra que, al cambiar el ejecutivo principal y éste comenzar con su nuevo equipo, nuevas ideas y prácticas de liderazgo y gestión, modificaron en poco tiempo el rumbo hacia el éxito. Cuando se ha indagado con el fin de comprender el motivo de ese drástico cambio lo que se ha descubierto es que: los líderes o dirigentes que han logrado cambios tan profundos y rápidos en la cultura y formas de hacer las cosas de esas organizaciones son personas que poseen una serie de competencias extraordinarias, muy poderosas, que los capacitan y habilitan para producir, en relativamente poco tiempo, cambios muy positivos. A la fecha muchas de ellas han sido estudiadas profusamente por diversos autores e investigadores de estos temas en el ámbito mundial.
COMPORTAMIENTOS DE LAS PERSONAS CON NIVEL DE DESARROLLO IV CONSCIENTE, Vs. COMPETENCIAS FORTALEZA DE LÍDERES EXCEPCIONALES/EXTRAORDINARIOS
En la Entrega anterior (75), describí los comportamientos y rasgos correspondientes a la Personalidad Madura: CONSCIENTE, y señalaba que se me había ocurrido comparar los mismos, con los rasgos y comportamientos resultantes del estudio sobre liderazgo, llevado a cabo por los especialistas e investigadores Jack Zenger y Joe Folkman, mencionados en diferentes entregas. Basándome en el hecho de que el seguidor habitual del blog ya conoce ambas descripciones, aprovecho para relacionarlas y facilitar mejor, la comprensión de lo que vengo afirmando. (Ver entregas del 5-11-2009 a 31-1-2010 para Liderazgo y del 5-6-2012 a 18-9-2012 para desarrollo de la personalidad y madurez).
Los conocidos autores y estudiosos del tema de Liderazgo: Warren Bennis, Max de Pree, Kouzes y Posner, Steven Covey y otros, hablan del CARÁCTER como sinónimo y factor esencial de liderazgo. Lo mismo señalan Zenger y Folkman al plantear que “en el carácter reside la esencia del líder efectivo”. Cuáles son los rasgos y comportamientos con los que describen el carácter: Desarrollar un comportamiento ético, transparente; actuar de forma integra, acorde con sus valores y principios; hacer decisiones manteniendo una visión global; mantener los compromisos; ser responsable; aceptar de forma abierta puntos de vista de otros, habilidad para adaptarse a ambientes cambiantes. Estos rasgos y los que a continuación señalaré los encontramos solamente en Personalidades IV, Conscientes.
En cuanto a CAPACIDADES PERSONALES del Líder Excepcional o Extraordinario: Son competentes para analizar y resolver problemas; buscan las causas, analizan e interpretan; poseen capacidad para innovar y cambiar aportando una visión y enfoque diferente, no usual. Capaces de tomar la iniciativa; abiertos a los cambios y nuevas tecnologías.
En lo que se refiere a OBTENER Y SUPERAR LOS RESULTADOS encontramos: Asumen la responsabilidad por los resultados; promueven nuevas iniciativas convirtiendo las ideas propias y de otros en acciones; buscan continuamente logro y superación en lo que realizan, siempre para alcanzar el siguiente paso hacia adelante.
En el apartado de HABILIDADES INTERPERSONALES, más conocido hoy día como INTELIGENCIA EMOCIONAL, poseen una serie de competencias que sólo forman parte de personalidades maduras: Inspiran a otros para alcanzar elevada ejecución y rendimiento; se comunican y relacionan eficazmente con otros apreciando sus puntos de vista aunque sean contrarios de los propios; trabajan de forma cooperativa con otros reconociendo y reforzando sus aportaciones; construyen equipos eficaces; colaboran y trabajan en equipo y desarrollan a otros.
GUIAR Y PROMOVER EL CAMBIO en las organizaciones, es algo que sólo las personas maduras psicológicamente pueden promover y realizar. Las personalidades inmaduras resisten los cambios. El cambio les genera gran inseguridad. Los líderes o dirigentes excepcionales son hábiles liderando nuevos e innovadores proyectos; por su capacidad de visión del largo plazo, poseen y desarrollan una perspectiva estratégica, clave hoy día ante entornos muy cambiantes. Aprenden de sus propios errores por su tendencia a ser autocríticos y por su marcada motivación hacia la superación y el logro.
Es posible profundizar y ampliar más exhaustivamente estas y otras coincidencias pero para lo que quiero mostrar considero que ha quedado claro. Un aspecto más en que quiero insistir, se refiere a la importancia que doy habitualmente en el Blog a la idea de: por qué es fundamental disponer de líderes excepcionales. Éstos con su personalidad y formas de actuar son los únicos capaces de desarrollar y mantener felicidad en el trabajo al crear una cultura y clima de trabajo positivos con el cual las personas se comprometen ante los nuevos retos. Ser buenos ya no es suficiente.
Veamos dónde estábamos hace unos años, y adonde nos han traído dirigentes inecrupulosos, políticos, banqueros y ciertos empresarios de la construcción y promotores inmobiliarios. De otra parte insisto una vez más que hacia dónde vamos enfocados en reducir el déficit que nos ha llevado a la recesión que está arruinando y paralizando la economía de nuestros países no puede ser la única y dolorosa solución. No han sido los ciudadanos comunes los que han provocado y estimulado este desastre, han sido dirigentes poco éticos, egoístas, incapaces, muchos oportunistas empeñados en la idea neoliberal de que: "no es posible que todos vivamos bien", es inadmisible para ellos. Su egoísmo los lleva a ser clasistas y a pensar que tan sólo unos pocos pueden vivir bien, ellos; los demás …
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