Dentro de los cambios originados en el ámbito de los negocios, en los
inicios de la Sociedad del Conocimiento, considero importante señalar una serie de aportes
relevantes que han forzado grandes cambios e innovaciones en diversos ámbitos en
las organizaciones y empresas en general.
En la última década del siglo XX, surgieron una serie de avances, donde lo fundamental fue, que
están principalmente enfocados en aspectos organizacionales de índole cualitativa.
Hasta ese momento, este tipo de resultados y avances se desdeñaban, solo
se tomaban en cuenta los cuantitativos. Los avances dirigidos al cambio, la
innovación y la mejora de las empresas, han dado origen a: nuevos enfoques,
teorías, modelos, prácticas de
implantación, herramientas, términos y conceptos tales como:
- Sociedad de la Información y del Conocimiento
- Balance Score Card (Cuadro de Mando Integral)
- Organizaciones que Aprenden (Learning Organizations)
- Inteligencia Emocional aplicada al ámbito empresarial
- Liderazgo basado en entrenamiento y guía (Coaching)
- El líder Excepcional-Inspirador
- Activos Intangibles y Resultados Cualitativos
- Capital Intelectual / Competencias-Fortaleza
- Alineación de la Organización (Organizational Aligment)
- Potenciación del Recurso Humano (Empowerment)
- Gestión del Cambio (Change Management)
- Centros de Gestión del Conocimiento (Knowledge Management)
- Psicología positiva aplicada al ámbito de la organización
- Coaching
- Felicidad en el trabajo
La Gestión del Conocimiento
“En la nueva economía donde lo único seguro es el cambio y
la incertidumbre, las ventajas competitivas diferenciadoras se derivan
fundamentalmente de los conocimientos. Cuando cambian los mercados, proliferan tecnologías, se
multiplican los competidores y los productos se vuelven obsoletos de la noche a la
mañana, las empresas que obtienen buenos resultados son aquellas que de manera
sistemática, están creando nuevos conocimientos, los difunden a toda la organización
y los incorporan rápidamente en forma de nuevas tecnologías y productos”. Oren Harari
Es claro que siempre, de una forma u otra, se ha gestionado el conocimiento. Cualquier
actividad de nuestra vida requiere de la posesión, utilización y gestión de
conocimientos. Es obvio que no somos
capaces de realizar bien aquello acerca de lo cual no poseemos un cierto nivel
de conocimientos, por no poseer competencias al respecto. Igualmente es claro,
que podemos ejecutar bien aquella actividad que conocemos como desarrollar y
realizar en las diferentes fases que la componen.
Dentro de las empresas, la implantación de mecanismos de gestión del
conocimiento puede acarrear, sin duda, la modificación e innovación de muchos
de los procesos existentes que afectan usualmente a todas las áreas de la
misma: Diseño, producción, marketing, gestión financiera, gestión de los
recursos humanos, servicio al cliente y otros; en especial, si la empresa se
preocupa por tener alineadas sus estrategias, procesos y objetivos. Todo
apuntando en la dirección que marca su estrategia general de negocio.
Lo básico en Gestión del Conocimiento, comprende la realización adecuada
de seis pasos, siempre necesarios:
- Identificar qué conocimientos se necesitan y se necesitarán a futuro en la empresa
- Dónde se pueden obtener
- Quiénes necesitan poseer esos conocimientos
- Cómo asegurar su adecuado aprendizaje y transmisión
- Cómo asegurar la adecuada aplicación
- Cómo medir que han sido adquiridos, que están siendo bien aplicados, y cuáles son los resultados por ellos generados.
Si se logra realizar esto en forma eficaz, cabe aquella frase de “En esta empresa somos 250 personas capaces de
realizar el equivalente de 1.000 puestos de trabajo”. Es ese el verdadero capital intelectual de la
organización.
Siendo esto así, no nos queda duda acerca de la importancia de
instrumentar en las empresas, la cultura organizativa y mecanismos que permitan
identificar el potencial latente en el personal, cómo medirlo, desarrollarlo y
aplicarlo. Un “Centro de Gestión del Conocimiento”, se puede implantar y mantener funcionando de
manera muy eficiente, con apenas una o dos personas dedicadas a ello, y de
acuerdo con mi experiencia al respecto, produce una serie de resultados
cualitativos y cuantitativos que más que justifican su posesión.
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