RASGOS DE PERSONALIDAD DEL
EMPRENDEDOR EFICAZ, EXITOSO
Mencionaba en el anterior Post, al referirme a los componentes psicológicos relativos al
comportamiento de emprendedores que, desde mi óptica personal, consideraba como requisito fundamental para llegar
a ser un buen emprendedor, poseer un
buen nivel de desarrollo de la personalidad, relativamente alto, muy
cercano a la personalidad autónoma, independiente.
Cuando leemos o escuchamos, en general, a estudiosos del tema y medios
especializados hablar de las conductas usuales manifestadas por emprendedores, se
suelen mencionar comportamientos tales como: Tener una visión de largo
plazo. Tener una idea u objetivo claro
que desea alcanzar. Estar claro y comprometido con sus deseos para sí mismo; sabiendo
que quiere y desea. Ser individuos que
valoran y aprecian los puntos de vista de otros. Que buscan alcanzar su
autonomía y el control sobre su propio destino. Ser en cierto grado audaces,
valientes.
Personas que además: Buscan su independencia a todo nivel: Físico,
económico y emocional. Individuos a
quienes se percibe como muy responsables y dispuestos a ir hasta el final en
sus deseos, que asumen como riesgos calculados. Personas que poseen la
flexibilidad necesaria para aceptar múltiples alternativas ante una situación.
Que poseen una clara proyección hacia el
futuro; saben que quieren y desean por encima de todo.Tienen un poderoso conocimiento
de sí mismos, que los lleva a aceptarse tal como son: Con sus puntos fuertes y
sus debilidades. Personas que suelen mostrar una gran tolerancia a la ambigüedad.
Que piensan y se orientan al
logro de resultados efectivos. Se salen con frecuencia de las normas aceptadas. Innovadores,
disruptivos y pioneros. Muy responsables de sus actos. Reflexivos sobre sí mismos y el porqué de las
cosas. Que aprecian los puntos de vista de otros. Que sienten que tienen el control
sobre su propio destino. Que buscan las causas, analizan, interpretan. Y que son,
por lo general, competentes para establecer relaciones interpersonales
intensas.
Esta lista no exhaustiva, existen en la misma línea, varias otras
características y comportamientos observables en emprendedores. De ahí mi
afirmación de que para ser un excelente emprendedor, de éxito, es necesario
poseer la mayoría de los rasgos señalados y, poder desarrollar estos
comportamientos en concreto. Lo dicho significa que se trata de personas psicológicamente maduras. Con
una personalidad comprendida, entre III/IV –IV - IV/V, tal como lo señalé en la anterior entrega.
OTRAS CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE
LA “PERSONALIDAD DE EMPRENDEDOR”
Dentro de mi “teoría
y visión” acerca de los factores psicológicos clave para ser un
excelente emprendedor, debo señalar como soporte fundamental, parte de los
trabajos realizados por un distinguido psicólogo, investigador de la motivación
humana, profesor de la Universidad de Harvard, quien fue muy criticado por
colegas y otros debido a sus conceptos relativos al Entrepreneurship – Emprendimiento. Lo tildaron de “defensor del
Capitalismo”. Me refiero a David Mc Clelland, PhD.
Simplificando
mucho su Teoría de Motivación, hablaba
de que: “el ser humano está motivado esencialmente por tres grandes
necesidades: de Poder, de Afiliación, y de Logro y/o
Superación”. Durante más de 25 años, realizó estudios investigando
y midiendo la presencia de estas necesidades en varios países: Japón, Estados
Unidos, Polonia, India, Venezuela, Curazao y otros. Los resultados lo llevaron
a concebir un modelo que explica el desarrollo de los países con base a factores psicológicos presentes en su
población.
En este sentido afirmaba: “el desarrollo de un país depende fundamentalmente de la existencia o
no, de ciertas características psicológicas en su población. Será un país desarrollado, si la motivación
predominante en el mismo es: logro - superación”.
Lo mismo
afirmaba en relación con las empresas. Señalaba: “para ser emprendedoras, exitosas y obtener buenos resultados,
dependen de que quienes trabajan en ellas estén predominantemente motivados
hacia el logro de buenos resultados y a la superación de los mismos. Según McClelland, “es
lo que impulsa predominantemente el desarrollo y la superación en cualquier
ámbito de la actividad humana”.
Como se puede observar, se trata de una “teoría de índole psicológica para explicar
el desarrollo. Igual que existen
otras, fundamentadas en aspectos: económicos, en factores de tipo geográfico y
climático, en la existencia o no de recursos naturales, en factores de
socio-políticos, socio-económicos, o la combinación de varios de ellos; su
enfoque es psicológico.
Decía McClelland: “Un país con grandes
recursos naturales
los aprovechará y utilizará para alcanzar un elevado nivel de desarrollo,
siempre y cuando existan en su población determinadas características psicológicas
de motivación hacia lograr, alcanzar, superar, crear, innovar. Muy relacionadas
con el grado de autonomía, iniciativa y de emprendimiento. En caso contrario,
esos recursos y otros que puedan poseer, serán despilfarrados o subutilizados;
en consecuencia, el país no logrará el desarrollo que podría alcanzar si se
dieran otras condiciones en su población”.
Todos
conocemos hoy y en el pasado, países muy ricos, que hacen mala gestión de sus
potencialidades y recursos, y que a pesar de poseerlos no logran desarrollarse
a plenitud. Así mismo, conocemos países en varios continentes qué, sin casi
ningún tipo de recursos, en especial naturales, son ricos, desarrollados y
poseen calidad de vida.
Lo más importante de lo
señalado por McClelland es, tal como lo demostró, que es posible estimular y
desarrollar esta necesidad de superación y logro. La presencia de esas características
psicológicas es especialmente importante que exista: en quienes tienen el
poder, el control, quienes gobiernan el país, dominan las industrias, generan y
difunden conocimiento y quienes desarrollan nuevas tecnologías. Lo que idealmente
lleva a mejorar la calidad de la vida y a superar situaciones difíciles como la
actual.
Destaca
McClelland que la necesidad de PODER,
tan común en países poco o medianamente desarrollados, es de dos tipos: Poder
Personal, y Poder Socializado. Cuando
lo que motiva primordialmente es: controlar, imponer, dominar, dirigir, mandar,
subyugar, manipular a otros, se trata de Poder
Personal. Mediante él, se ha llegado al extremo de decidir engañar y saquear a todos los que se ha
podido. Aunque este tipo de poder radica en las personas, también se
observa en empresas e instituciones privadas, públicas y civiles de diversa
índole, en las que predomina ese tipo de Cultura. (Ver Entrega 54 del
16-10-2011)
Poder Socializado se manifiesta cuando un individuo o entidad
utiliza su poder para: ayudar, apoyar, colaborar, aconsejar, construir,
orientar, reforzar, premiar, influir positivamente en otros. Es un tipo de
poder que se observa en emprendedores una vez que han logrado crear y
desarrollar algo estable, en crecimiento.
El tercer tipo de motivación
posee también fuerte impacto social, la denominó Necesidad de Afiliación. Se manifiesta por la necesidad de personas
y entidades de: establecer, mantener ó restablecer, relaciones afectivas
satisfactorias con otros. Es una necesidad social, de pertenencia. Muy útil en
la actividad de desarrollo y construcción que sostienen los emprendedores. Hoy
día casi más conocida como: Inteligencia
Emocional. Clave para poder construir organizaciones sanas que puedan
perdurar y crecer en el tiempo.
Para
salir adelante en nuestro país, es necesario, disminuir la motivación de poder e insuflar motivación hacia la superación, la realización de cosas
originales y extraordinarias, el cambio e
innovación, la superación de retos con visión de largo plazo por un
futuro mejor y, crear condiciones que permitan a las personas realizar esfuerzos para superarse a sí
mismas.
Afirmaba McClelland: “lo que en mayor grado determina el
desarrollo de un país, institución, grupo, o persona, es la cantidad de
necesidad de Logro o Superación que en los mismos exista. Sí es la que
predomina, se logrará un elevado desarrollo de la sociedad y será capaz de
conseguir lo que se proponga. Esta motivación es el motor que empuja e impele a realizar cosas, a desarrollar, crear e
innovar. Si predomina cualquiera de las otras dos necesidades el
resultado será totalmente distinto”.
Desde mi punto de vista personal
considero que actualmente en España, el
balance de estas necesidades es muy elevado en PODER. Bastante menos en AFILIACIÓN. Y lamentablemente muy poco en LOGRO-SUPERACIÓN.
Lo que he señalado explica muchas realidades, algunas de ellas, cuasi
inverosímiles que vienen ocurriendo en el país y que son causa de grandes
estragos en diversos ámbitos de nuestras vidas.
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