miércoles, 5 de julio de 2017

DESARROLLO Y CAPACITACIÓN DE LÍDERES

Con los planteamientos de este post, estoy cerca de concluir lo que he venido proponiendo en los siete que le preceden. Como es sabido por lectores y seguidores, todo comenzó con el post donde aludí a la posibilidad y conveniencia, en ocasiones excepcionales, de contar con organizaciones y empresas “sin Jefes”. Tema motivado por un artículo que leí, con esa misma denominación.

Coincidió al mismo tiempo, con la lectura de varios artículos, un libro, y la visión de varios documentales. Todos relativos a una temática muy rompedora, en los que se hablaba de los grandes cambios y avances que se avecinan: Internet de las cosas, Inteligencia artificial, Impresión en 3D,  y varios más,  mencionados en varios de los post ya publicados.

Al reflexionar acerca de esos cambios de gran envergadura e impacto que se mostraban, el resultado fué, que se trata de un tema esencial que demanda atención. Fundamentalmente, dado el elevado número de innovaciones y descubrimientos que de ellos se derivarán. Lo dicho exige además, pensar y actuar con la finalidad de que las empresas puedan asimilar el impacto disruptivo que muchos de ellos provocarán.

Lo señalado me llevó a pensar en su enorme alcance e impacto, para empresas y demás organizaciones; las que como he venido señalando, deberán: reorientarse, reestructurarse, y en muchos casos transformarse completamente; siendo el resultante final algo muy similar a lo que he descrito en post precedentes, como “Empresas Orgánicas”. Organismos vivientes, flexibles, adaptables. Lo contrario de las actuales tradicionales, usuales.

En la medida que las nuevas organizaciones y empresas se ajusten a los patrones y descripciones que he dado de empresas orgánicas; estarán en condiciones de subsistir y sobrevivir. Las que no evolucionen y pretendan continuar igual, apoyándose en su éxito actual, desde mi punto de vista, están condenadas a desaparecer antes o después. No creo que exista otra opción, o evolucionan, cambian y se transforman, o pronto empezaran a comprobar su incapacidad para bregar y enfrentar con éxito, el nuevo complejo futuro.

Hacia dónde y cómo deben evolucionar, es lo que he venido describiendo y señalando como “las siete intervenciones de desarrollo y cambio organizacional” en los anteriores post. En el presente concluiré, al plantear la que, al menos por los momentos, percibo como la última intervención requerida para desarrollar eficazmente el cambio, y conseguir la mejor adaptación a las demandas y exigencias del futuro.

OCTAVA INTERVENCIÓN

En esta octava intervención me referiré a la ventaja que toda empresa debe intentar alcanzar con la finalidad de contar con “un caudal de líderes muy especiales”. Líderes que tendrán como responsabilidad fundamental: construir la cultura y el ambiente de participación, responsabilidad y compromiso, necesarios para tener éxito en el futuro, por cambiante y disruptivo que sea.

Con ello me refiero a empresas: 1.- Que muestren una visión positiva de ese complejo y retador futuro. 2.- Que faciliten la utilización del talento y de las competencias de cada persona.3.-  Que estimulen situaciones para explorar, fracasar y volver a intentar; utilizando el fallo, como valioso material de aprendizaje. 4.- Que estimulen el trabajo en equipo, el conflicto de ideas, y la gestión del mismo, como proceso clave para la creación e innovación. 5.- Que lleven a cabo el nivel supremo de liderar: siendo líderes inspiradores.  6.- Actuar y ser percibidos como líderes que ejercen  como coaches,  al servicio de las necesidades de sus diversos colaboradores. 7.- Que ejerzan un liderazgo fundamentado en la posesión de conocimiento; lo que les otorga la autoridad e influencia requeridas, cuando se requiera.

Claro, ninguna organización que no haya invertido durante varios años en formación y capacitación de sus líderes, podrá poseer el equipo necesario en las diversas áreas o unidades; en los equipos ad-hoc; y en otras modalidades de trabajo.

La octava intervención a llevarse a cabo para lograr el cambio, y más importante, para que se mantenga en el tiempo y se pueda responder eficazmente a situaciones de futuro de los diferentes equipos que lo requerirán, consiste principalmente en realizar un “Proceso Completo de Desarrollo y Capacitación de Líderes”; a los que poco a poco, se ayude a ir incorporando entre 8 y unas 12 competencias-fortaleza. Serán sus fortalezas como líder.

Cuando hablo de hasta unas 12 competencias, lógicamente, no me refiero a que cada líder las posea y las incremente. Lo que hay que lograr como empresa es, asegurarse de que cada líder posee al menos unas 6 a 8 competencias fortaleza;  y que entre los líderes de la empresa, en los distintos niveles, se cuenta con la posibilidad de aplicar, según cada situación, todas las competencias necesarias. Insisto en que esto es fundamental: el objetivo es, contar con un equipo de liderazgo superior, excepcional. Son los que pueden realmente guiar y llevar al éxito a cualquier empresa, y transformar el mundo 

La octava intervención consiste, en llevar a cabo el “Programa de desarrollo de competencias-fortaleza de liderazgo”; según el Modelo de Liderazgo Extraordinario de Zenger y Folkman, principalmente. Sugiero complementar las competencias con las de el Modelo de Liderazgo Situacional de Hersey y Blanchard.Este Programa,  deberá estar muy bien diseñado, ser muy completo, y estar actualizado. Requiere además para hacerse como se requiere, de un importante esfuerzo en tiempo y en dinero.

Puedo, por experiencia, aseguraros que de hacerse bien, produce cambios, mejoras, y un retorno inmediato. Insisto, los contenidos, ejercicios y las prácticas, tienen que estar muy bien seleccionados lo que implica contar con metodologías experienciales y actividades prácticas  que  garanticen el verdadero desarrollo de  las competencias.

Es indispensable también, que sea muy bien impartido. Quien o quienes lo vayan a realizar, tienen que ser excelentes guías, facilitadores e instructores de comprobada experiencia.


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