Finalizaba el anterior post, preguntándome: “¿Qué puede pasar cuando lo descrito en relación con las luchas por el poder ocurren en un sistema viviente, orgánico, tal y como lo es un país? ¿Cuáles son las principales secuelas? ¿Cuáles pueden ser los beneficios, si hay alguno, y cuáles, los posibles daños de tanta lucha y esfuerzo por obtener poder y consecuentemente, oportunismo político? ¿Qué le puede pasar al “Sistema País”?”
Continuando con el tema del Poder y su íntima relación con el Fango, vale la pena señalar que, generalmente lo que ocurre es, que el objetivo final, máximo, termina desvirtuándose y focalizándose en el intento de vencer, ganar, destruir al otro, de la manera que sea posible.
Lo podemos percibir claramente, en lo que sucede desde hace ya algún tiempo en nuestras Cámaras, en especial, en el Parlamento, donde la clave de la oposición es “oponerse como sea a todo”. Para ello, se busca y rebusca “basura, se inventan bulos, mentiras, patrañas, etc.”, hasta donde no las hay. Se inventan, se difunden por todos los medios hoy existentes, “y tan campantes”. Apoyados, además, por ciertos medios de comunicación y otros grupos de interés que persiguen réditos y beneficios muy diversos. Es realmente asqueante casi todo lo que está aconteciendo. Y es así, como se origina y distribuye el fango.
En la actualidad existe también, un elevado componente de “moda, de copia, de contagio”. Viene sucediendo igualmente en algunos de los países más importantes de la UE, especialmente, debido al crecimiento de la Ultra-derecha, y de otros que se han venido contagiando. Ya pasó con Trump en USA, y ojo que puede repetirse. Trump, único candidato republicano a las próximas elecciones, a pesar de tener acusaciones por una serie de 35 delitos, que le imputa la justicia. A pesar de ello, es capaz de salir ganador. ¡Que Dios nos proteja!
Poder y Fango
Cuando en un país o en una gran organización, la cultura dominante de la misma o del país es predominantemente de Poder, antes o después, siempre se generará “Fango”. Discusiones, peleas, mentiras, zancadillas, bulos, conflictos, odio, vejaciones… daños, deterioro generalizado, y un clima irrespirable de crispación y tensión, que lamentablemente afecta a casi todos, aun cuando no nos apetezca vivir en ese clima enlodado.
Una de las principales secuelas de una cultura de poder en la que predomina una fuerte competencia y luchas internas, en un país es, la división social y la guerra política partidista. Cuando los diferentes sectores de la sociedad se ven envueltos en una descarnada lucha de poder y existe un importante espacio de oportunismo político, se profundizan las divisiones ideológicas y sociales y los males para el país.
Este tipo de clima, de ambiente, dificulta la cooperación y el consenso para la realización de cualquier actividad, por relevante y esencial que sea para el país o para la empresa. Por ello, vale la pena señalar que: Nada justifica la postura de oponerse a todo, para evitar como sea, el más mínimo triunfo a quien gobierna. Y mucho menos cuando el resultado será beneficioso para los ciudadanos y para el país.
Pero lamentablemente, no es esto lo que sucede. Lo vemos con claridad en nuestro país cuando observamos las diferentes sesiones parlamentarias. Se percibe claramente cuando se trata, por ejemplo, de acciones e intervenciones que, aun cuando sean esenciales para el país, tal como lo ha sido la toma de decisiones políticas, sociales y judiciales, fundamentales para conseguir la reincorporación de Cataluña y, la notable disminución del sentimiento independentista, a pesar de ello, la lucha es a destruir al otro.
Con frecuencia también, cuando quien gobierna intenta conseguir mejoras para sectores del país y para todos los ciudadanos, la oposición, digna y honrosa de su rol, se opone. A uno, más o menos neutro del conflicto de poder, le queda la impresión de que lo que se quiere es, mantener a toda costa la crispación y estimular el independentismo, para tener justificación y argumentos para su dura y persistente oposición.
Gobernar con tanta y tan descarnada oposición, no permite conseguir los avances necesarios. Lograrlos, exige, requiere y demanda, demasiado esfuerzo. Es triste. Por suerte, en el caso de empresas y otros tipos de organizaciones se dispone de mecanismos a veces dolorosos, pero más flexibles y rápidos, para hacer frente a este tipo de hechos.
El predominio de lo partidista sobre lo que es realmente necesario y beneficioso para el país conlleva, con bastante frecuencia a la polarización de los partidos políticos, y como consecuencia, acaba con el tiempo, permeando y afectando a toda la sociedad. Conduce también, al debilitamiento de las instituciones democráticas, socavando la estabilidad y la cohesión social.
El más claro y doloroso ejemplo lo tenemos en “el secuestro de más de cinco años del Consejo General del Poder Judicial por el Partido Popular”. La oposición que se opone a renovarlo. ¿Y los daños que se producen a situaciones y hechos de justicia que acontecen, que a diario surgen y se acumulan, y que afectan negativamente a miles de ciudadanos todos los días, “bien gracias”?
Esto y mucho más, ha venido ocurriendo en España, muy especialmente, desde la victoria parlamentaria mediante la cual el PSOE, consiguió legítimamente formar gobierno. Da la clara impresión de que se trata de algo que el PP, definitivamente, no ha logrado procesar y asimilar. Lo peor es que, al no asimilarlo y aceptarlo, contraataca como ya señalé, inclusive cuando se trata de decisiones políticas y parlamentarias, que van en beneficio del país. Existen para oponerse a todo. ¡Qué gran desperdicio! Claro, en esto no está solo, cuenta con Vox. “Dios los cría y ellos se juntan”.
Ante esta realidad, cualquier esfuerzo por hacer avanzar el país, se hace mucho más difícil. El consuelo para tontos es que “esto ya ha ocurrido en Estados Unidos y en Europa, viene como un tifón. “Dios nos coja confesados en las próximas elecciones europeas.”. Hay que pensar muy bien por quienes votar. Mucho tino.
Además, la lucha por el poder, la competencia interna dentro del país, y el oportunismo político, con cierta periodicidad da lugar a comportamientos corruptos y al clientelismo, tal como sabemos hoy, que ocurrió, llevado a cabo por varias agrupaciones, durante la pasada pandemia, erosionando la confianza de los ciudadanos en las instituciones gubernamentales y socavando el Estado de derecho.
Cuando los políticos están más preocupados por llegar al poder y satisfacer los propios intereses y los de sus partidarios qué, por el bienestar de la sociedad en su conjunto, se abren las puertas a prácticas deshonestas, inmorales, corruptas y nada éticas, que perjudican a todos.
Considero que el nivel de deterioro de muchos políticos y de instituciones como el Congreso, el Senado y la manipulación del poder Judicial, que vivimos se debe fundamentalmente al deterioro y oportunismo de la clase política en general y como es de esperarse, especialmente, de aquellas que no ostentan el poder máximo y luchan ciegamente por obtenerlo.
Una explicación apoyada en la Ciencia
En un intento consciente por comprender a que se deben estas conductas, que podríamos calificar como inmaduras, impulsivas, la explicación que he encontrado viene de estudiar y analizar acerca del comportamiento humano y el desarrollo de la personalidad de cada individuo. Veamos si puedo dar una explicación veraz, científica.
Pregúntate por favor, si alguno de estos tipos de comportamiento y rasgos de actuación que a continuación menciono, te resultan conocidos y puedes relacionarlos con comportamientos habituales de la mayoría de nuestros políticos. Pon especial atención en las coincidencias con la actuación de la Oposición. ¿Ves alguna relación?
Comportamientos de políticos …
- En sus actuaciones no hay reconocimiento ni aceptación de normas, y generalmente, cuando las reconocen y aceptan es, para utilizarlas en su beneficio y satisfacción propia. Porque les conviene.
- Una acción, actuación, es mala sólo si es sancionada, en el caso de que los descubran. Por ello, perciben cualquier forma de “castigo”, sanción, amenaza, como una venganza de los otros.
- Sus relaciones interpersonales con los otros son de explotación, aprovecharse de ellos y/o de dependencia.
- Ven a los demás sobre la base de lo que puedan darles; como “fuentes de suministro de las que hay que aprovecharse”.
- Su baja madurez los lleva a que tiendan a clasificar a los demás, como buenos o malos, amigos-enemigos. Para ellos, que lo consideren “malo”, es igual a ser descubierto, “si no me descubren todo está bien”.
- Son personas que carecen de sentimientos de culpa como sanción. No poseen verdadera capacidad de auto-crítica. La tendrán cuando maduren más.
- Son personas que están orientadas exclusivamente al presente, al corto plazo, no hacia el futuro.
- Dada su baja madurez, son comunes en ellos las ideas supersticiosas. (La Virgen del Rocío, de la ministra) y otros.
- Es común también, que manifiesten fuertes rabietas y arranques temperamentales. (Se observan en las Sesiones de Control).
- Tienden a ser individuos oportunistas, vivos, mentirosos, irresponsables. No les preocupan mucho las consecuencias de sus actos.
- Les preocupa mucho cómo ejercer poder, control, dominar y aprovecharse de las situaciones y de los demás, en sus relaciones con otros. Tienen una alta necesidad de poder personal. Son oportunistas.
- Suelen ser personas desconfiadas, inseguras y sinvergüenzas.
- En general, ven el trabajo como algo molesto, desagradable. Razón por la que lo evitarán siempre que puedan.
- Su relación con otros es de gana-pierde, de dominio, control, imposición. No están aún, en capacidad de concebir el que los dos puedan ganar. Mucho menos aún, la posibilidad de colaboración.
- Este tipo de personalidades con baja madurez, “vivir es la vida fácil, con dinero y cosas bonitas”, de ahí la tendencia a realizar actividades corruptas dinero fácil.
- Existe confianza interna y recíproca sólo entre miembros del grupo al cual se pertenece. Rechazan los otros grupos. Tienen fuertes deseos y necesidad de pertenecer a pequeños grupos, roscas, camarillas. Pertenecer es algo clave.
- Aceptan las normas de su grupo, sin cuestionarlas.
- Su código moral tiene que ver más con las reglas, que con las consecuencias que se puedan derivar de sus actos. (Esto ha llevado a que se hayan cometido grandes desmanes en la historia. Hoy, Israel sobre Palestina).
- Se ven a sí mismos y a los demás, en referencia a las reglas y normas sociales aprobadas y usuales.
- Valoran y se preocupan por las cosas materiales, el estatus, la reputación, apariencia, la moda. Juzgan a los demás con base en las apariencias.
- Usan frecuentemente prejuicios, estereotipos, generalizaciones.
- Pueden poseer una personalidad agradable y una simpatía superficial.
- Hay una búsqueda intensa de aceptación social. Ésta, los hace sentirse seguros
- Hay negación de sentimientos reales auténticos. No se expresan, por miedo a las consecuencias que puedan derivarse de estos. Disciplina dentro del grupo.
- Dada su madurez baja en ellos hay aún, carencia de introspección.
Aclaro que los rasgos, actitudes y comportamientos descritos, corresponden a las primeras etapas del desarrollo de los seres humanos. A nuestros primeros años de vida, según se desprende de los estudios realizados hace ahora algo más de 55 años por la investigadora del Desarrollo Humano Jane Loevinger, y publicadas en su conocido libro “Ego Development: Conceptions and Theories”. Josey-Bass, Inc., Publishers, 1976.
Según Loevinger, todos los humanos hemos pasado durante nuestro proceso de crecimiento y desarrollo de nuestra madurez y la formación de nuestra personalidad, por estas etapas. Son lo normal, en los primeros años de vida. Quizás de 0 a 15-16 años. El problema se presenta cuando en algunos ámbitos se observan personas adultas y mayores, con comportamientos de este tipo que, por lo primitivos y rudimentarios, no deberían ser tan comunes en ellos. Pero es obvio que, en ciertas circunstancias y ámbitos, tal como venimos describiendo, sí se pueden presentar y observar.
Continúo en próximo post.
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