GESTIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS (Parte 1)
Considero que, en la actualidad de nuestro país
existen diversos tipos y focos de conflicto: políticos varios, sociales varios,
municipales, educativos, y otros, que nunca se gestionaron a tiempo, ni de
manera adecuada. Por esa razón, pienso que referirme en la actualidad al proceso o dinámica de “Gestión
y Resolución de Conflictos”, lo convierte en un tema oportuno.
Sé también que diga lo que diga, carece de impacto
a la hora de intentar mejorar su gestión y manejo. La razón para esta
afirmación, se debe a que lo que se ha investigado y probado en diversos
estudios, nunca ha sido aplicado bien en nuestra realidad de país.
Supongo en buena medida, que es ahí donde radica el
origen y presencia de diversos focos de malestar, crispación, desorden, despilfarro
y de enfado ciudadano, no resueltos. Con frecuencia se manifiesta mediante
grandes marchas de protesta, con el propósito de que, los ciudadanos puedan
mostrar su incomodidad e impotencia ante sus intentos por conseguir los cambios
y mejoras necesarias, demandadas y exigidas por las mayorías.
Al haber escrito y publicado diversas entregas del
Blog, en las que he intentado señalar parcialmente el impacto de los diferentes
“Procesos y Dinámicas de Grupo”, ante
la realidad actual y su relevancia para la sociedad, empresas y para los
diversos grupos de trabajo, conocidos bajo la denominación de: “procesos
y dinámicas que caracterizan el comportamiento humano”.
Al corresponderme ahora hablar de conflicto, como dinámica del
comportamiento humano, me encuentro con que lamentablemente y desde hace ya un
buen número de meses, “que el conflicto está de moda y actualidad en
nuestro país”. Claro, no es el único. Véase Francia, Italia, Inglaterra,
Estados Unidos y varios otros.
Es obvio que en la sociedad mundial los conflictos siempre
han estado, están y estarán presentes. Cuando señalo que “desde hace un par de años está de moda en nuestro país”, me
refiero a que, desde hace aproximadamente ese tiempo y hasta los momentos
actuales, el conflicto ha sido llevado, debido a la incompetencia presente para
gestionarlo adecuadamente y debido también, a las indiscriminadas luchas por
conseguir el poder político y dominar la situación nacional a que el conflicto,
hoy, haya alcanzado unos niveles de crispación elevada y a la ruptura en la
sociedad. Esto ha producido graves consecuencias para sí misma, y desde luego
para la ciudadanía. Si lo referimos a algunas comunidades, tal como viene
sucediendo en Cataluña, ya ni se diga. Veamos cómo se gestiona ahora en
Andalucía.
Personalmente percibo esta situación como demostración
de conductas y comportamientos inmaduros, al visualizarlos desde una
perspectiva del desarrollo de la madurez psicológica. Pero además desde la
incompetencia ya señalada, se puede comprobar la ausencia de falta de valores
éticos en pro del país, en los principales protagonistas, donde predomina un egoísmo
ciego. “El país y los ciudadanos… ya se verá.
Usualmente se trata de conductas que se traducen en
comportamientos inmaduros que impactan, lamentablemente de forma dañina,
oportunista, hostil, negativa, agresiva, a los ciudadanos, y al funcionamiento
social en todos los ámbitos de la sociedad. Entre ellos, es fácil observarlos en
Parlamentos (de la Nación y Comunidades autónomas), donde se supone que estamos
representados todos los ciudadanos, y también, en el Senado.
Percibo debido a ello, que en general estamos muy
deficientemente representados. Por eso ha habido y hay, con cierta periodicidad,
múltiples marchas y protestas en las que se muestra el descontento de diversos
sectores representativos de la sociedad, respaldadas entre otras, con el
eslogan de “NO NOS REPRESENTAN”. Pero no les hace el más mínimo impacto, por la
ceguera que les produce ganar como sea y a costa de lo que sea,
en el conflicto.
Otra visión del
Conflicto
Me enfocare ahora en mostraros una visión y
perspectiva científica del conflicto, de su gestión adecuada y del impacto de
signo positivo que es posible producir y obtener en diversos escenarios y
momentos. Por la complejidad y extensión del tema, me ocuparé de ello en los
próximos dos o tres post.
¿Hay algo positivo dentro de la gestión del
conflicto? ¿Es posible extraer del mismo algo bueno, útil, constructivo? La respuesta es sí.
La gran mayoría de
las personas asocian siempre el conflicto con algo malo, negativo,
inconveniente y es, quizás sin duda, lo que sucede con más frecuencia. Sin
embargo, en ciertos ámbitos y con seguridad, dentro del trabajo de equipos bien
capacitados, bien formados, cuando se gestionan de manera adecuada las discrepancias
y conflictos, estos se transforman en una verdadera fuente de ideas, de creatividad,
de posible innovación, de cambio y mejora cuando esas ideas son implantadas. También
es verdad, que no todo conflicto tiene lastimosamente, ese carácter positivo.
Simples diferencias, discrepancias y puntos de
vista que son completamente normales y naturales dentro de lo que es el
comportamiento entre humanos, pueden llegar, de no aclararse, ni gestionarse a
tiempo, ni de forma adecuada, a convertirse por falta de manejo apropiado en
verdaderos conflictos; hasta el punto de alcanzar en casos y etapas extremas, la
ruptura total de las comunicaciones y de las relaciones, alcanzándose la fase
III: Conflicto
Abierto.
Considero indispensable señalar, ayudar a comprender
y de llegar a aceptar que: Todo conflicto se origina, casi siempre,
sobre la base de diferencias, desacuerdos y discrepancias, de diverso origen y
que en sus inicios es, generalmente, muy fácil resolver.
Cuando se está en ese ámbito de “inicio de las diferencias-desacuerdos”, se trata de la fase, dentro del proceso
de gestión de conflictos, en la que es relativamente fácil, mediante una buena
comunicación: abierta, sincera, y un mínimo de disposición, aclarar o resolver
esas diferencias. Con ello desaparece la posibilidad de que se expandan,
escalen, y lleguen a transformarse en conflicto. Cuando no se ha gestionado
bien esta fase inicial el conflicto se va, poco a poco formando, escalando, creciendo,
pudiendo llegar hasta la fase superior que suele llevar a la ruptura
total de la relación, “a la guerra a muerte”.
Se trata aquí ya, de conflicto abierto declarado,
donde las partes no están ni dispuestas, ni en condiciones de resolver dicho
conflicto debido a que se han estado atacando y haciendo daño durante un tiempo
que suele ser más o menos largo. Por poner un ejemplo actual: Veamos el caso Catalán
que viene desde muy atrás, pero que en años recientes se ha acelerado por
diversas circunstancias que nunca fueron gestionadas a tiempo y de manera
apropiada. Caracterizada además, por una ausencia real de diálogo.
En el último año se ha alcanzado la ruptura total,
con las consecuencias altamente dañinas que aún persisten. Claro, se trata de
un conflicto muy complejo por la presencia de una serie muy amplia de variables
intervinientes, y una profunda variedad de intereses y sentimientos, que unos y
otros perciben y mantienen en pugna.
No se debe olvidar que, el conflicto siempre tiende a ir
en aumento a menos que se gestione o medie oportunamente en las
primeras etapas del mismo. De ahí la corriente que plantea que los conflictos,
discrepancias, diferencias, contradicciones es necesario confrontarlas, desafiarlas, comprobarlas y tener mucho dialogo desde el
principio. Si lo que se desea es, facilitar su gestión y manejo.
El enfoque usual por el que muchos optan de: no querer ver el conflicto, de ignorarlo, o
de ocultarlo, por lo general lo que hace es mantenerlo soterrado,
escondido, pero creciendo oculto hasta que, con el tiempo, explota. Gota a gota el contenido llega a un momento
en que se desborda. En ese momento, con consecuencias lamentables y
usualmente incontrolables para todos.
Tipos de Conflicto
Diferentes estudios demuestran la existencia de dos
tipos de conflicto y diversas formas de gestionarlos. Veamos, con base en ello
algunos planteamientos generales.
Dentro de lo que han sido estudios acerca del
desarrollo y gestión adecuada de conflictos, se ha llegado a la conclusión de
que existen dos grandes visiones y enfoques de los mismos: Los llamados Conflictos
Funcionales y aquellos a los que se considera Disfuncionales.
Continuaré el tema en el próximo post.
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