Con el anterior
Post finalicé los comentarios y aportes acerca del amplio y complejo tema
relativo a la “Gestión y Resolución
Eficaz de Conflictos”. Paso en esta entrega, a desarrollar, siempre dentro
del importante y variado ámbito de las dinámicas
o procesos de grupos, a un tema que, para mí, como consultor y especialista
en Desarrollo Organizacional D.O., ha sido muy relevante a la hora de enseñar, por
una parte y por la otra, a la hora de utilizar estas herramientas de desarrollo.
Siempre con la intención de democratizar y mejorar todo aquello relacionado con
los aspectos humanos del funcionamiento
de individuos y grupos muy diversos dentro de empresas y organizaciones con las
que tuvimos oportunidad de trabajar, y de aplicar el amplio instrumental que el
especialista en D.O. posee.
El proceso humano
al que me referiré en este escrito es, el de la “Gestión Eficaz de Emociones y Sentimientos”. Visto desde la
perspectiva de cómo influyen dentro
de los diversos tipos de grupos humanos que existen y que continuamente
interactúan entre ellos en muy diferentes ámbitos y entornos, dando con ello origen
a una extensa variedad de comportamientos y conductas que producen a su vez una
amplia variedad de resultados e impactos.
Según se manejen
los procesos que hemos venido estudiando, será posible alcanzar, con eficiencia
y eficacia, los resultados que esperan y que es factible obtener. De no hacerse
bien, se fracasará en su logro.
Uno de los primeros
aprendizajes generales que tuve en mi formación inicial como “Especialista en DO” fue algo que es obvio,
pero que no siempre estamos conscientes de sus beneficios y de sus consecuencias
como personas. Tiene que ver con el simple hecho de estar claros y conscientes
de que los humanos funcionamos siempre, en tres amplios niveles de acción y
actuación:
Ø El nivel cognitivo, racional,
intelectual, creativo, donde radica el pensamiento; al que se ubica en el
cerebro.
Ø El nivel emocional, sensible,
donde radica el afecto, a veces impulsivo. Ubicado usualmente en el estómago y
vísceras.
Ø El nivel motor, activo, de acción
y movimiento. Relacionado con la parte motora del cuerpo, con las extremidades
y miembros.
Resulta obvio que
éstos tres niveles están muy
imbricados dentro lo que percibimos usualmente como conductas o comportamientos
humanos, y que se utilizan de forma diferente dentro de lo que conforma a la
generalidad, a la mayoría de los individuos. Podemos así ver y entrar en
contacto con personas en cuyo comportamiento predomina lo emotivo, impulsivo, lo
afectivo, la pasión, en las que predomina claramente lo emocional.
Vemos así mismo a otras
personas, a las que percibimos como más frías, racionales, reflexivas,
intelectuales, ecuánimes, en las que predomina la coherencia, corrección,
precisión, exactitud. Y finalmente otras muy activas, inquietas, enérgicas,
veloces que no paran, son personas muy orientadas a la acción y movilidad.
Lógicamente, lo ideal,
lo más conveniente es, ser un individuo o persona que funcione bien en los tres
ámbitos o niveles, y cuyas acciones y/o reacciones sean coherentes con él o con
los componentes de los ámbitos en que actúan y que permitan mostrar comportamientos coherentes
con los estímulos del momento y dar la respuesta más apropiada en cada
situación.
Procesos relativos a las Emociones y Sentimientos, y su impacto en
grupos.
Como consecuencia de la gestión de cualquiera de
los diez procesos estudiados a la fecha, entre los que destaca de manera
especial el conflicto, se producen en
las personas sentimientos y emociones diversas dentro de los diferentes equipos
y grupos de actividad. Emociones, que es fundamental gestionar y encauzar bien
para evitar daños dentro de los mismos.
Quiero llamar la atención al hecho de que es
necesario recordar y tener muy presente que los sentimientos son algo real, son hechos que se perciben,
y que es necesario manejarlos, atenderlos, gestionarlos de forma adecuada. Es
fundamental, esencial para el buen funcionamiento y desarrollo de grupos prestarles
atención. Nunca se deben ignorar o se correrá el riesgo de dañar al grupo.
Veamos como ejemplo de lo que digo algunas
situaciones. En el caso del proceso de Comunicación,
prestar atención a aspectos tales como: historial previo entre emisor y receptor
y viceversa; la presencia o no de ruidos, en especial internos; el sistema de
comunicación utilizado, una o dos vías; la existencia por momentos de arcos de
distorsión, los contenidos mencionados, los diversos tipos de necesidades
presentes en cada comunicación y otros. Estas situaciones son frecuentemente causa
y origen de diferentes sentimientos y emociones, más o menos poderosas. Os recomiendo
releer los seis post publicados entre el cuatro de junio de 2018, hasta el 14
de agosto.
Si hablamos de las dinámicas relativas al Liderazgo, es necesario prestar
atención a las luchas de poder para hacerse con el control del grupo y también,
a las competencias de liderazgo mostradas, en especial, con relación a lo que a
Inteligencia Emocional se refiere.
Algo que en los últimos años está muy valorada. Sugiero releer el post del 31
de agosto.
Si nos enfocamos en la determinación de Metas y objetivos del grupo y del grado
de Participación para la adecuada Toma de decisiones, el nivel de
sentimientos encontrados y las emociones presentes que surgen de estos
procesos, son esenciales para la vida y buen funcionamiento de grupos, y en
especial, de equipos. Son tres dinámicas donde los aspectos emocionales están
muy en la superficie.
Lo mismo suele ocurrir en lo que se refiere a
procesos tales como: Colaboración -
Competencia. Colaborar requiere de la posesión y manifestación de
sentimientos similares, de comportamientos no egoístas, de disposición a
compartir, ceder, etc. Lo contrario ocurre con la competencia y lucha por el
poder. Sugiero repasar y relacionarlo, releyendo los cinco post publicados desde
el 27 de septiembre, hasta el 29 de noviembre, siempre de 2018.
Pero donde los sentimientos y emociones se “desmadran” es, durante el desarrollo,
escalada, gestión y manejo de conflictos. Dependiendo del grado del conflicto,
los “instintos animales”, impulsivos y, por tanto, las emociones más profundas
surgen con gran fuerza durante la presencia de conflictos entre grupos que se
odian y aborrecen y en especial, si están soportados por ideologías políticas,
fundamentalismos religiosos, patrióticos y xenófobos.
Lamentablemente con la presencia y malísima gestión
llevada a cabo del llamado “Proceso
Catalán”, las desorbitadas pugnas de lucha por el poder entre algunos
partidos políticos, que cuando hacen sus arengas parecen haber olvidado su
historia reciente de mentiras, de manipulación y corrupción, donde han puesto
de manifiesto las más bajas pasiones, con frecuencia sobreactuadas, y varios otros
comportamientos, mentiras, engaños, y tomaduras de pelo a los ciudadanos.
Lo señalado nos permite ver y comprobar la
continua presencia de emociones
primitivas que aportan un elevado grado de indignidad a quienes las
muestran. Todo lo que hace o dice “el otro”, aunque no sea así, se presenta
como malo.
Veo muy difícil que así el país pueda progresar tal
como debería. En buena medida debido a las luchas internas, descalificaciones,
y lo peor, lo que nos cuestan a todos los ciudadanos. No sé, no consigo entender cómo
les podemos permitir tantas conductas inmaduras: rudimentarias, primitivas,
que no sirven para construir nada y que, sin embargo, le hacen un gran daño al
país que dicen en su mayoría, amar.
Dentro de Grupos y Equipos de trabajo
Como he venido señalando, cuando los procesos son
mal gestionados, generan emociones negativas que pueden tener consecuencias muy
dañinas para los equipos, pudiendo llegar a destruirlos. El observador de procesos, facilitador o
cualquier miembro del equipo capacitado, puede y debe actuar como mediador
entre los integrantes, cuando afloran emociones o sentimientos. Es recomendable
en esos casos, detener el proceso hasta tanto no se resuelva la situación o el
conflicto. Las emociones presentes no permiten el fluir del grupo. Esto es algo
clave.
Se debe discutir y
analizar la situación tomando en cuenta a los afectados, de manera de resolver
cualquier malestar. Una vez gestionado de forma apropiada, se puede continuar
trabajando eficazmente hacia conseguir el objetivo. De no hacerse así, el
grupo, equipo, o unidad, adquieren un ritmo mucho más lento que va
entorpeciendo de forma importante el logro de los resultados o del objetivo; lo
que provoca mermas muy importantes en la productividad, rendimiento y eficacia.
En el trabajo de grupos equipos cuando aparecen emociones fuertes, no se puede
cerrar la sesión del grupo sin resolverlos.
Inteligencia Emocional
Empatía, autocontrol,
pasión, relaciones armónicas, uso del Feedback, son capacidades que muestran
quien así actúan,son signo de buena inteligencia emocional. Si un líder carece de la
capacidad de encauzar adecuadamente sus emociones nada de lo que haga entre y
con su grupo de seguidores, funcionará como es debido.
Vemos como estos procesos humanos tienen un impacto
sobre el rendimiento de las personas, grupos y otros, de ahí la importancia de
conocerlos y más aún, de desarrollar competencias para su adecuada gestión.
Ello redunda en productividad, calidad y competitividad verdaderas.
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