Otro de los procesos que es necesario conocer y gestionar de
manera adecuada para comprender y facilitar las dinámicas y flujo dentro de
grupos y equipos, es el que trata acerca de: Qué y cómo hacer para estar en capacidad de encarnar los diversos
roles, papeles, actuaciones o responsabilidades que, todo miembro de grupo y
más de equipo, deberá desarrollar, realizar
y ejecutar, mientras actúe formando parte de los cambiantes y diversos grupos y
equipos en los que participará en diferentes momentos de su vida social,
profesional, y de trabajo.
Ante esa realidad el objetivo que se persigue es, llevar a cabo de
manera eficiente y eficaz su trabajo cuando forma parte de grupos o de equipos y
cuando los resultados finales dependen del comportamiento apropiado de todos
los miembros. La modalidad de trabajo en equipo es hoy día, utilizada como la más
eficaz, productiva y de calidad, debido a sus beneficiosos aportes y por los resultados
alcanzados.
Todos y cada uno de los miembros dentro un grupo o equipo, “ejecuta siempre”, uno o diversos roles
que suelen ir variando de acuerdo con las diferentes situaciones, actividades y
tareas en las que participará y que es necesario llevar a cabo, en la búsqueda
de alcanzar los resultados que el grupo pretende obtener.
Este proceso con frecuencia, suele producir confusión e
inseguridad en los miembros de grupos, al inicio de la actividad grupal. Esa
confusión e inseguridad se prolonga mientras no le sea asignado con claridad su
papel, o hasta que consiga identificar el rol que deberá cumplir dentro de ese
grupo y proyecto.
Hay roles que
en muchas personas surgen de forma más o menos fluida y espontánea, debido al
estilo personal y competencias de cada individuo. Roles como: Iniciador, observador, de apoyo,
obstaculizador, “abogado del diablo”,
de liderazgo, facilitador del proceso, de confrontación, especialista, clarificador
y varios otros.
De todas
formas, usualmente, con la finalidad de lograr equipos efectivos, quienes
determinan los roles definitivos son aquellos que ostentan el poder, o que están
previamente definidos por las reglas, normas de funcionamiento y control del
grupo. Existen así roles de: Coordinador,
evaluador, implementador, cohesionador, y varios más. Todos ellos, importantes y relevantes acorde con las diferentes situaciones.
La claridad
en el rol a ejecutar en cada oportunidad ayuda a saber que se espera de cada
uno y cuál es su papel en las diferentes situaciones y actividades que realiza
el equipo. Es además esencial conocerlo con el fin de evitar confusión y
conflictos. De lo contrario, se produce disminución de la productividad, de la
calidad, y lleva a pérdidas de tiempo y de esfuerzo al equipo. Por todas estas
razones es esencial la asignación de roles, la cual está íntimamente ligada a:
los conocimientos, habilidades, destrezas (competencias), de cada persona.
En la medida
que esta selección y asignación se realice profesionalmente, se garantiza las
posibilidades de éxito y eficacia del equipo. Es una decisión clave.
Para desarrollarse mejor como miembro de un
equipo es recomendable practicar en diferentes momentos y circunstancias,
distintos roles. Se obtiene así un amplio repertorio y aprendizaje. De esa
forma, se puede llegar a ser más valioso para el equipo, el departamento, el área
de operación y, para la organización en general.
La presencia
del guía o facilitador de procesos es siempre de gran utilidad en todo momento.
Se trata de uno de los roles clave, en especial para equipos. También lo es,
para la persona que esté actuando como líder o coordinador del grupo de trabajo. Ambos ayudan a facilitar el logro de los resultados esperados.
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