sábado, 18 de mayo de 2019

UNA REALIDAD QUE TIENE QUE CAMBIARSE



Introducción

Siento que es importante para mí poder explicaros que es lo que me lleva a escribir este post, dado su enfoque y contenido. El “disparo de salida” se deriva de una serie de hechos ocurridos en la reciente campaña para las elecciones nacionales del 28 de abril; las que como sabemos ganó Pedro Sánchez y el PSOE.

Lo que estimula mi escrito, recoge el intento por entender una serie de hechos sucedidos meses antes del periodo de campaña, y fuertemente exacerbados durante la misma. Hechos llevados a cabo de manera repetitiva, “cansina” que diría el personaje de José Mota, por los principales dirigentes de la oposición, muy especialmente, Casado y Rivera. Cada uno con su marcado estilo personal de “yo no fui”, además de la secuela histórica de sus partidos. Mientras tanto los ciudadanos, la sociedad, el país… aparece en segundo plano. Lo esencial: la batalla partidista. Se busca ganar como sea y a costa de lo que sea, haciendo caso omiso del pasado reciente.

Hechos observados

Con cierta frecuencia me surgen inquietudes que considero relevantes debido al impacto que suelen tener en la sociedad, y al mismo tiempo, sobre muchos ciudadanos entre los que me encuentro. Me refiero, a hechos y comentarios relacionadas con comportamientos que se me hace difícil comprender, aceptar y siempre concernientes con hechos o situaciones que percibo de: agresión y maltrato exagerado, a veces de desprecio, dado mediante la excesiva utilización de: insultos, mentiras, cuentos, falsedades, argucias y otros por el estilo, que pudimos escuchar hasta el cansancio y vergüenza, durante el periodo previo a las elecciones del pasado mes de abril. Las mismas, fueron utilizadas a diestro y siniestro con total impunidad y profusión, por varios políticos de la oposición, que gran cantidad de ciudadanos habrá quizás olvidado. 

Personalmente, los he sentido tan exagerados y extremos que no encajan en mi forma de sentir y percibir, máxime, cuando lo que está en juego es el acto más serio y relevante de la democracia: Ejercer libremente el voto. Aquello que manifestaban, y más, las formas y modalidades como lo hacían estoy convencido de que resultó aberrante para los ciudadanos. Por ello me ha causado bastante preocupación, impacto, y por momentos, malestar. De ahí que me cueste tanto procesarlo y asimilarlo.

Relacionado con ello, he contemplado con mucho agrado lo que percibo como: lección de madurez, seriedad y respeto mutuo, aportado por la ciudadanía mediante el resultado final de la votación, que a mi modo de ver, ha servido aparentemente, para que varios de esos dirigentes se calmaran y tranquilizaran a sus acólitos con la finalidad de comportarse, algo más respetuosos, comedidos y mostrando un grado mayor de madurez, durante la campaña actual para las elecciones municipales, autónomas y europeas, que se votarán el venidero 26 de mayo. 

Ahora no percibo tanta agresividad, insulto y slogans repetitivos, los hay, pero más decentes. Los dos líderes de la oposición y sus acólitos, se muestran más comedidos. Sí continúo escuchando cientos de mentiras, pero parece ser que en campaña electoral las mentiras son parte del lenguaje y contenidos usuales, comúnmente aceptados. Qué malo.

Dentro de este ámbito de cosas, con cierta frecuencia me pregunto también: ¿qué es lo que creen acerca de sí mismos varios de estos dirigentes, además de otros que pertenecen a la dirección de sus partidos, cuando asumen frecuentemente ante los medios, el papel de adivinadores, capaces de anticipar casi con toda certeza, lo que va a suceder? Lógicamente, sin tener una base real. No importa, ellos son poderosos, lo saben todo y acerca de todo, y suelen hacerlo como si nada.  Acostumbran a afirmarlo con total certeza.
Tengo también la percepción de que se pasan, se extralimitan en cuanto hablan de los otros. Pienso que todo ello forma parte del conjunto de mentiras, ficciones que inventan, relacionando y tergiversando hechos, sucesos, e inclusive aquello que está, según ellos, “con toda seguridad” por ocurrir.
Otro aspecto común que resulta incómodo para ellos, y más para uno, es cuando se les hace una pregunta y la desvían y tergiversan, “yéndose por la tangente”, citando a continuación textualmente “el discurso habitual, que sueltan como partido, de manera repetitiva”. Responden aplicando la “lección aprendida” que todos corean como robots. 

También molesta como ciudadano, cuando los veo actuando como energúmenos mal educados y casi, como creyéndose perfectos. De lo contrario, no dirían ni harían muchas de las cosas y acciones incomprensibles, basadas en mentiras y engaños, que personas dentro de los estándares de normalidad nunca se atreverían. Y esto sucede también de manera desvergonzada en el Congreso y Senado. Ser político a esos niveles es para algunos algo como poseer “patente de corso” que les autoriza a decir y hacer lo que les da la gana, de quien les da la gana, habitualmente, referidos a alguien de otro partido competidor a quien se esfuerzan por descalificar.

Considero que lo descrito nos debe llevar a reflexionar acerca de estos hechos con los que convivimos todos los días, y sobre los cuales tengo la impresión de que no los comprendemos o no los valoramos con la necesaria claridad.

En el presente caso la reflexión que hago va en la línea de intentar comprender a nuestros políticos, debido al gran impacto positivo o negativo que tienen sobre la vida de los ciudadanos y sobre el país. Lo que he señalado y mucho más que podría describir, lo hemos visto ocurrir en la vida política nacional de manera continuada, pero de manera muy exacerbada, durante los pasados 10 meses. Desde la "moción de censura" contra la corrupción y deficiente gestión de gobierno anterior del PP.

Aunque el periodo de campaña electoral es, aparentemente, de quince días, la verdad es que generalmente resulta durar meses. Desde que se tiene noción de que habrá elecciones, muchos políticos y partidos comienzan a actuar y comportarse, tal y como lo harán al estar en plena campaña “un poco a lo bestia”, tal como lo he señalado. Y realmente, me he quedado corto.

¿Por qué la situación descrita es verdaderamente alarmante?

¿Por qué me preocupa y quizás molesta tanto? La respuesta que me doy es, que me parece grave, arriesgado y vergonzoso que la mayoría de nuestros políticos, y más en periodos como el señalado, se comporten exhibiendo, realizando comportamientos que corresponden a personas inmaduras psicológicamente. Con muy baja madurez, y es peligroso.

Lo veo además como realmente peligroso por el poder en juego, y peor, por el impacto de uso del mismo en decisiones, conductas y acciones con carga política y partidista. ¿Y mientras tanto, el país y los ciudadanos qué? No se trata de la forma de afrontar la gobernanza, de procesos de elecciones para cambiar o ratificar un gobierno; es que hasta en el Parlamento Nacional, casa de la democracia, manifiestan cuando quieren hacer fuerte oposición, comportamientos inmaduros, descontrolados, y, por tanto, peligrosos, deleznables, y propios de chusma descontrolada. Es que estamos hablando de daños que se infringen a un país del primer mundo desde las manos de unos inmaduros.
 
Veamos qué es lo que os quiero transmitir. Para facilitar la comprensión, intentaré dar respaldo científico a algunas de mis afirmaciones sobre el uso del poder. Para ello hecho mano de teorías científicas sobre el desarrollo de la personalidad de los humanos.

Reconocidos científicos e investigadores como han sido: Freud, Piaget, Erikson, Sullivan, Hartmann, Kohlberg, Fromm, Loevinger y otros, han hecho planteamientos esenciales sobre desarrollo humano, también conocido como desarrollo del Yo (Ego). El tema es, lógicamente difícil y muy complejo. Se trata de explicar cómo se produce el desarrollo psicosocial del ser humano.
 
En el presente caso utilizaré, una vez más, los trabajos de la psicóloga e investigadora Jane Loevinger PhD, realizados sobre Desarrollo del Yo, (Ego Development). Integró muchos de los conocimientos planteados por los otros investigadores, para crear su modelo. Personalmente, utilizo el modelo de Loevinger, por ser dentro de la inmensa complejidad del tema, el más fácil de comprender y aplicar, tanto para conocedores como profanos.

En mis estudios de Máster realizados en USA, entré en contacto con su modelo. Lo he utilizado en procesos de cambio y mejora de organizaciones. Nos ha permitido disponer de un marco de referencia serio, probado, que facilita comprender y visualizar, comportamientos que no siempre es fácil comprender. Nos ayudó a entender conductas y reacciones de personas, ante lo que a nuestra manera de ver percibíamos como cambios de comportamiento que les favorecerían y que, sin embargo, de manera incomprensible, con frecuencia rechazaban sin darse tiempo siquiera de ver si existía la posibilidad de que les beneficiara en su trabajo y desempeño futuro.

El enfoque de Loevinger es de aplicación relativamente fácil y de utilidad práctica, por estar elaborado y descrito sobre la base de “comportamientos humanos observables que tipifican las etapas y niveles del desarrollo del Yo y de la personalidad”. Son comportamientos que observamos en la realidad cotidiana, de ahí su practicidad y utilidad para comprender algo tan complejo como es: la conducta humana. Las descripciones de Etapas y Niveles de desarrollo que enumeraré y que desarrollaré en la venidera entrega, fueron aplicadas, enriquecidas y adaptadas al mundo de las Organizaciones (de cualquier índole: Parlamento, partido, grupo, empresa), por Harry Lasker PhD, Profesor de la Universidad de Harvard, y por Vic Pinedo PhD, de la Universidad de Florida, ambas de USA, con los que tuve además oportunidad de estudiar y trabajar.

Conocer el modelo de las seis-nueve etapas del Desarrollo Humano de Jane Loevinger, os va a permitir ver y comprobar lo que he afirmado acerca de: como la mayor parte de las conductas y comportamientos mencionados, se corresponden con conductas, actuaciones y comportamientos propios de personas con baja madurez psicológica. Lo que es lo mismo comportamientos, conductas y acciones propias de individuos de baja madurez.

La posible curiosidad que haya podido despertar en vosotros quedará satisfecha en unos diez o doce días cuando publicaré, para no hacer excesivamente largo el presente, en el siguiente post, el modelo de Desarrollo de Loevinger.



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