Llevo un par de días sintiéndome especialmente feliz, debido
a la concurrencia de dos hechos completamente distintos, a los que considero
relevantes y dignos de resaltarse, acaecidos durante este último fin de semana.
A ambos los percibo como muy positivos, de ahí mi buen estado de ánimo.
Os aclaro que ninguno de ellos está directamente relacionado
con la línea general, habitual de este Blog. Al mismo tiempo, considero que
tienen bastante que ver con mis señalamientos habituales, por tratarse en ambos
casos, de temas y acontecimientos humanos, relacionados con: Madurez
psicológica, talento y desarrollo de competencias humanas, que sí conforman la
base del mismo, tal como espero transmitiros a lo largo del escrito.
Hablando de “PRODIGIOS”
El primero al que me voy a referir finalizó el sábado 27 por
la noche. Se trata de la culminación, del bello y estupendo Concurso, denominado:
“PRODIGIOS”. El mismo fue realizado en la TVE Nacional durante varios sábados.
A lo largo de las diversas sesiones, participaron unos 24 a 28 niños y jóvenes prodigios, previamente,
muy bien seleccionados para actuar y mostrar sus competencias artísticas en áreas
de: Canto, Ballet e Instrumentos.
El evento en total, abarcó cuatro o cinco noches de sábado, preciosas,
plenas de belleza, emociones, profesionalidad, calidad interpretativa, montaje,
y varios otros elementos. Siempre con un componente que rompía a ratos la
armonía de todo ese conjunto: El
dificilísimo momento en el que el jurado del concurso debía tomar la difícil
decisión de quienes no pasaban a la semifinal. Y digo difícil porque los
participantes eran tan buenos que, en realidad, era realmente muy complicado
decidir. Las actuaciones de todos, a pesar de su corta edad, fue propia de
virtuosos y siempre ejecutada de forma maravillosa, especialmente, en la mayor
parte de los casos gracias al inmenso
talento y competencias de los
niños y jóvenes. Todos apenas, entre los 11 y 16 años.
Estos jóvenes prodigios,
hicieron disfrutar y sufrir a todo el público presente en el teatro, a los
millones de televidentes y en especial, al excepcional
jurado cada vez que fue necesario, por mandato del concurso, tener que
elegir quien continuaba y quien debía dejarlo.
El jurado, que mostro un gran nivel desde todo punto de
vista: humano, profesional, de éxitos, etc., estuvo conformado por la extraordinaria soprano Ainhoa Arteta,
quien debía valorar a todos, pero muy especialmente, a aquellos que concursaban
por canto. Sufrió y soltó lagrimas aparentemente, como pocas veces en su vida
por lo difícil que siempre se lo pusieron los concursantes. Sin embargo, no fue
la única.
Para valorar a quienes concursaban por ballet, se contaba
con un fantástico, carismático e
internacional bailarín y coreógrafo, Nacho Duato. Y, para la parte de
aquellos que concursaban por instrumento, con el destacado y joven director de
orquesta, Andrés Salado.
Os preguntaréis ¿por qué escribir dando tanta relevancia a
este evento? Mi respuesta es que siento la necesidad de compartir con
vosotros, mucho de lo realmente bueno, excelente, con lo que cuenta el país y
que no se valora ni apoya suficientemente.
Lo que más me motiva es “darme
cuenta”, dentro de mis pobres conocimientos musicales que, cualquiera de los
jóvenes que concursaron, dado el nivel y calidad interpretativa que mostraron,
del indudable hecho de que cada uno era un niño o niña prodigio”. Todos,
con algunos matices mínimos de diferencia, son sin duda prodigios que
lógicamente tienen que seguir estudiando, esforzándose y practicando mucho,
pero que cuentan, unos algo más que otros, con un gran potencial, para
continuar superándose. Es obvio, que trabajando y esforzándose como lo han
tenido que hacer hasta la fecha.
Lo que quiero destacar con base en lo señalado es, que
nuestro país cuenta con niños, jóvenes y
adultos jóvenes, que poseen un extraordinario potencial casi
en cualquier ámbito y muchos de
ellos dan muestras de poseer unas competencias fantásticas, extraordinarias que
es necesario, como país, reforzar y apoyar.
Estas reflexiones positivas me han llevado a pensar y, una
vez más, a tomar conciencia de uno de los problemas más graves de nuestro país:
los miles de jóvenes que se están perdiendo, y lo que es peor, los que ya se
han perdido durante los terribles cambios y resultados negativos que el largo austericidio
aplicado en España durante la Gran Crisis,
por el caótico gobierno corrupto en casi todos los sentidos, del PP. Eso sí, con
el acompañamiento del PSOE en Andalucía. Es incalculable el daño que algunos
partidos y políticos le hacen a un país. ¿Para eso los elegimos? ¿Para eso les
votamos? ¿Para eso les pagamos?
No deseo obscurecer este escrito, por eso creo necesario resaltar,
que espero que el nuevo gobierno de Pedro Sánchez desarrollará, de manera
especial, a través de Educación y Cultura, programas y acciones concretas para salvar
y respaldar a todos los prodigios que, en tantos campos de la ciencia, las
artes y en general, cuenta el país. No se puede dejar perder todo ese
maravilloso potencial. Son decenas de miles de casos que están de manera
latente para ser apoyados y ayudados a ser PRODIGIOS. Ellos tienen el talento,
hay que ayudar a que lo puedan transformar en ejecución, en hechos, en innovaciones.
Para ello se necesita, entre muchas otras cosas un gobierno
que gobierne, que no robe ni despilfarre los recursos, que tenga visión social
y ejecute proyectos que lleven a mejorar la igualdad dentro del país. Tan maltratada
y alimentada por el anterior gobierno del PP, al convertir a España en especial
desde el punto de vista salarial y de puestos de trabajo mal remunerados, en la
“China
de Europa”. Precariedad, temporalidad, salarios ínfimos, etc. Hoy hasta
China ha superado todo esto, con creces.
ELECCIONES DEL 28 DE
ABRIL
El segundo acontecimiento que quiero destacar, de cuyo
resultado general estoy también muy contento, tiene que ver con los resultados
de las elecciones generales del pasado 28 de Abril, en las que el PSOE y
especialmente, el tan maltratado y vilipendiado hasta el cansancio Pedro Sánchez,
ha resultado por tercera vez, triunfante de una campaña electoral basada en
insultos, vejaciones, descalificaciones, crispación, increíbles exabruptos y más,
por parte de las derechas y en especial del que percibo como “muy chulo”, Pablo Casado, quien se cansó de decir mentiras
malditas, exageradas y jodidas, contra Sánchez.
Mi felicidad y sentimiento de bienestar del que hablaba al
inicio, proviene de la calidad de respuesta decente, equitativa, madura
y sopesada por el rechazo demostrado por la parte de pueblo, que decidió
castigar a Casado y la continuación de otras formas de corrupción, en este
lapso, del PP.
Considero que, con su soberbia exagerada y la falta de
autocrítica que los caracteriza como “seña de identidad,” utilizan el mecanismo
de defensa muy aplicado, especialmente, por personas de baja madurez
psicológica, como es: Echar siempre la
culpa a otros. Ellos, cuasi perfectos,
todo lo hacen bien. Los equivocados
somos todos los demás. La culpa de todo según ellos es la presencia del nuevo
partido, aún más a la derecha.
¿Pueden comprender ahora el porqué de mi felicidad y
contento momentáneo?
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