Introducción
Al intentar apoyar la posibilidad de realizar lo señalado en el título, me
resulta indispensable, para facilitar la comprensión del qué, cómo, y por qué hacerlo, entrar en el complejo, pero
enriquecedor tema del “Potencial Humano”
que nace mediados los años 60, impulsado por un grupo de distinguidos
psicólogos e investigadores.
Diversos estudios que datan de los años 70 y 80 mostraron, que los
seres humanos, la mayoría de las personas, poseemos un inmenso potencial que facilita el aprendizaje, el desarrollo
y la maduración psicológica de cada individuo.
Lo destacan como un componente
evolutivo que se asocia con la capacidad imaginar, crear, innovar, superar
objetivos personales, y más. Todos de la misma índole. Se trata de una condición
individual que cada persona desarrolla de acuerdo con su personalidad, aptitudes,
actitudes, deseos, conocimientos, intereses, motivaciones y el entorno vital en
el que vive.
El desarrollo y uso del potencial, es al mismo tiempo un proceso de avance, integrador, complejo, sistémico, evolutivo, holístico, experiencial, multidisciplinar, creativo, profundo, adaptable y origen de nuevos paradigmas. Para que se produzca un sano desarrollo del potencial, es necesario tomar en cuenta, la necesidad de autonomía de cada individuo y la realidad de interdependencia colectiva que se da a nivel socio-cultural, alrededor del mismo.
Resultados derivados de varios de los estudios mencionados, se llegó a
señalar que, “las personas habitualmente, dentro de nuestra cotidianeidad,
utilizamos aproximadamente, entre el 8% y el 27% nuestro potencial. Eso
quiere decir que, entre el 92% y el 73% del mismo, no lo aplicamos. La razón
principal de esos resultados bajos es, que no solemos necesitarlo. No
requerimos, habitualmente, “echar mano del mismo”.
Solamente en circunstancias muy especiales, retadoras, complejas, recurrimos
al mismo. Ese potencial existe, está
dentro nosotros “represado”, y lo
utilizamos, unos más otros menos, dependiendo de la situación general en la que
nos encontremos, y los desafíos que enfrentamos. Este potencial nos dota de unas: capacidades, talentos, aptitudes y competencias
(conocimientos – habilidades - destrezas), de las que echamos mano solamente cuando
estamos ante retos muy difíciles, complejos, y arduos.
Lo señalado, me lleva al tema que he venido tratando acerca de qué hacer y cómo para
mejorar en general (tema de los últimos post). Tema clave relativo al cuestionamiento
de nuestro actual “Sistema de enseñanza aprendizaje”. Anticuado e
incompleto.
Lo afirmo tajantemente, debido a que se enfoca exclusivamente en aprendizaje
cognitivo, intelectual. Ignora los otros dos
ámbitos del funcionamiento de los seres humanos, y en especial, a la hora de desear
y requerir de un valioso y completo aprendizaje.
Recuerdo haber escuchado a especialistas mundiales señalar que“el método cognoscitivo, centrado en lo
intelectual, nemotécnico, en la escucha, es propenso a la falta de atención, al
aburrimiento, y al olvido; a menos que exista un refuerzo adicional en corto
tiempo”.
Algunos de esos especialistas señalaban que el nivel de
aprendizaje que se consigue de esos actos de índole cognitiva, rondan apenas,
entre el 5% y el 26-28% del total. Por ello, lo consideran un método pobre,
insuficiente e inadecuado para alcanzar un aprendizaje que permita mantenerse
actualizado; necesidad que provocan los continuos cambios y avances.
Al mismo tiempo, se sabe que existen metodologías llamadas activas, vivenciales,
cien por cien participativas, que garantizan unos aprendizajes de hasta
el 65-70% de lo que se ha practicado, vivido, experimentado, vivenciado, en
fin, aprendido. Que además, es factible superar si uno desarrolla el
hábito de aplicarlo, como forma de aprendizaje
continuo. 1) Hacemos cosas, 2) vemos,
analizamos qué y cómo lo hicimos y, de esa vivencia y análisis, 3) extraemos aprendizajes y nuevas formas de aplicación. Sin duda,
un aprendizaje continuo, versátil, y muy necesario, cada vez más hacia el
futuro.
Todo ese torrente de posible
adquisición y aprendizaje, versus un 8 al 28%, del método cognoscitivo. Me pregunto entonces ¿qué es lo que frena e impide en nuestro
país cambiar la metodología de enseñanza-aprendizaje que se aplica en todo el
sistema educativo?
¿Alguien tendrá miedo de no saber cómo gestionar, orientar, educar a niños y jóvenes que cuentan con un inmenso potencial que estas metodologías hacen brotar cuando se las aplica como debe ser, con el rigor necesario? ¿Qué pasa realmente?
¿Cómo es
posible que se desperdicie y pierda la mayor parte de ese potencial humano que
tanta falta nos hace, a la hora de enfrentar los grandes retos que tiene y
tendrá el país? Ya y ante la “nueva normalidad”. ¿Nos da miedo convertirnos en un país que eduque y desarrolle gente
brillante, competente y más madura psicológicamente? Realmente, me resulta
incomprensible. No logro encontrar la más mínima razón coherente.
En resumen, me encantaría recibir respuesta sincera a esta pregunta ¿Cómo es posible sostener por años tanto
desperdicio de talento, inteligencia y creatividad? Ah… puede ser que no nos estemos dando cuenta. No tenemos consciencia
de esta otra realidad.
Con la finalidad de dar valor científico a lo que vengo planteando, considero
que vale la pena indicar que los planteamientos hechos, provienen de los años
sesenta cuando surgió en la "Psicología como ciencia" , un movimiento con enfoque
humanístico, del que famosos psicólogos como Abraham Maslow, Carl
Rogers, K. Lewin, White y otros, fueron sus creadores y promotores.
Su propósito clave era señalar la existencia del Potencial Humano y que, su desarrollo es un proceso integrador,
complejo, sistémico, evolutivo, experiencial, multidisciplinar, holístico,
creativo, profundo, adaptable, que propone nuevos paradigmas del crecimiento y
desarrollo.
Basado en lo anterior es esencial comprender que, para alcanzar un sano
desarrollo del potencial que cada persona posee, hay que tener en cuenta, tanto
la necesidad
de autonomía de cada individuo, como la realidad de interdependencia
colectiva que se da en el ámbito socio-cultural donde se desarrolla y
vive.
Cuándo, cómo, por qué, hacer el cambio del “sistema enseñanza-aprendizaje”
Siguiendo el rastro de intentos de cambio en:
empresas, organizaciones, instituciones y otras entidades similares, con el
objetivo de encontrar “el momento oportuno” para emprender ciertos cambios y /o
transformaciones, da la impresión de que la respuesta es “nunca”.
Nunca parece ser un buen momento para realizar
cambios e innovaciones y menos aún, cuando se trata de evoluciones y transformaciones
de cierta envergadura. Máxime, si generarán novedades que van a afectar y tienen
que ver con muchas personas con poder, hurgando hábitos y costumbres muy
arraigadas. Por esto, en el caso que planteo de cambiar el sistema de enseñanza-aprendizaje
preveo muchas y diversas resistencias. Realmente creo que en el país nunca
se ha intentado. Hay lamentablemente, muchos intereses en juego.
Pienso, como profesional muy ligado siempre a
procesos de cambio, transformación e innovación en organizaciones,
instituciones y empresas, que estas acciones, la mayor parte de las veces se perciben como inoportunas. El cambio,
casi siempre genera rechazo. Por eso, siempre aparecen resistencias más o menos
conscientes e inconscientes que actúan, la mayor parte de las veces,
dificultando las mejoras, y la mayoría de las veces impidiendo, avances, superación,
evolución y giros en el statu quo.
Se suele argumentar: “Si siempre lo hemos hecho así y funciona bien. ¿Para qué ponernos a
inventar y complicarnos la vida?” Comportamientos tan comunes provocan la percepción
no real, la mayor parte de las veces, de que no es el momento. Ocurre casi siempre, detrás de estas resistencias
con frecuencia veladas, miedo al cambio, aunque éste sea
necesario.
Mis experiencias, sin embargo, me demuestran que en
el fondo “todo es cosa de que alguien
tome la iniciativa, que decida emprenderlo y llevarlo con calma avanzando al
ritmo que la organización o institución pueda ir asimilando. Ir poco a
poco, y haciéndolo bien es clave, para luego, pausadamente, ir consiguiendo
aceptación, incorporación y apoyo de muchos. La “masa crítica de apoyo,
imprescindible”.
¿Por qué considero
éste, un buen momento para realizar cambios?
En la
actualidad, junio de 2020, se ha dado la coincidencia de estar escribiendo
acerca de, qué y cómo conseguir mejoras, ver los últimos
siete (7) post acerca del tema clave
de mejorando: Ya sea, países, empresas, todo tipo de organizaciones y agrupaciones.
En esos momentos surge, casi repentinamente, la pandemia
del coronavirus –covid-19, que ha venido a trastocar la mayoría de los
componentes de la vida en casi todos los países del mundo, y a provocar hacia
el futuro, lo que será “una nueva
realidad” difícil de prever.
El zarandeo, a todo, provocado por la pandemia,
especialmente estimulado por su velocidad de contagio; por producir muerte; y
por el desconocimiento del camino y comportamiento esperable de este nuevo
virus, llevó a todo el mundo a emprender fuertes medidas de confinamiento y
aislamiento casi como única solución momentánea; esto generó una gran irrupción
de la vida cotidiana, con la finalidad de frenar contagios y dolorosas muertes.
También han sucedido en consecuencia, muchas otras cosas que han impactado
negativamente el curso de las sociedades.
El confinamiento provocó que los hábitos, rutinas y
costumbres usuales hayan tenido que modificarse, produciéndose importantes
cambios que después de casi 100 días, aún continúan. Muchos de esos cambios, han
venido para quedarse. Conformarán, lo que se menciona como “nueva normalidad”. Pronto vamos a entrar en ella.
Países y sus gobiernos, se han visto obligados a
una continua toma de decisiones, sin tener a mano la mejor información para
ello. Además, la mayoría de las situaciones, por ser inéditas y disponerse de
poco basamento real y científico, han debido ser frecuentemente modificadas
para adecuarse a la nueva y momentánea realidad cambiante, que continúa
provocando alteraciones a diario. Hacer
/ Ver-analizar / Aprender (Aprendizaje basado en las vivencias), según el
comportamiento del virus. De ahí, el continuo cambio en las medidas que se
deciden llevar a cabo e impacto en el comportamiento de las personas. Este
último, con muy ligeras excepciones, ha sido en nuestro país, modélico, muy
maduro, y responsable.
Pienso y creo de verdad, que esta situación
sorpresiva, desconocida, cogió en general al mundo, desprevenido o por lo
menos, no bien preparado, a pesar de que aparentemente desde hace ya algunos
años, cinco como mínimo, se esperaba en el mundo, la aparición de nuevos virus
en algún momento.
Según diversas fuentes acreditadas, se sabía que en
algún momento iba a suceder algo de este tipo, pero no cuándo, ni cómo, ni por
donde comenzaría, ni cómo se expandiría, ni cómo combatirlo por no saberse qué
tipo de virus seria y por ello, no contarse con vacuna.
Considero que todo lo que está sucediendo requerirá
de cambio y mejoras en muchos aspectos de gestión eficaz de futuro. Dentro de
ese contexto novedoso, distinto, es donde entran los cambios y mejoras que
vengo y continuaré planteando.
Con la finalidad de no alargar excesivamente el
post, completaré las ideas acerca de la “nueva normalidad”, y por qué se justifica
el cambio hacia, un mejor, más amplio y enriquecedor, “sistema de
enseñanza-aprendizaje”, en la siguiente entrega, dentro de unos quince
días.
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