¡Ni padres,
ni maestros, ni profesores, ni especialistas, ni autoridades, tenemos el
derecho de restringir y privar a nuestros hijos de un mayor, más amplio y
enriquecedor aprendizaje y desarrollo!
Este no era el post que había preparado para
explicar el porqué de mi insistencia reciente, acerca de las “razones
por las que señalo que tenemos que
cambiar con urgencia el incompleto, anticuado y limitado sistema de enseñanza
aprendizaje que se utiliza, a pesar
de sus grandes deficiencias y carencias”.
El actual sistema de enfoque cognoscitivo,
sapiente, que se aplica en educación desde siempre, está dirigido principalmente a que el alumno almacene, acopie,
memorice e idealmente, comprenda la información que el profesor intenta
diariamente transmitirle, esperando que el alumno la asimile.
Esa realidad lo convierte en el responsable central
de que los alumnos, aprendan, memoricen y capten lo que intenta enseñar.
Pero la realidad no es así, existe un serio problema de transmisión. Estudios
al respecto revelan una situación muy distinta. Esta es, que apenas alrededor
del 10
al 20% de lo que con suerte el estudiante capta, tres a cuatro días después,
recordará apenas un 3 al 5% de lo escuchado.
Se suele mejorar esta realidad cuando mediante
lecturas o trabajo (deberes), reforzamos parte de lo que habíamos escuchado y
captado en la clase. De lo contrario se olvida rápidamente y el esfuerzo de
enseñar y aprender, se pierde.
Solución: la ineludible necesidad de cambiar,
mejorar el actual sistema de Enseñanza-Aprendizaje. ¿Por qué esperar? ¿Por qué
no comenzar a hacerlo ya? ¿A qué tememos?
Mucho trabajo y esfuerzo por la parte del profesor,
para alcanzar un aprendizaje y comprensión, tan pobre. Esta es la lamentable
realidad. De ahí mi matraca relativa al cambio y formación urgente de maestros
y profesores en metodologías superiores.
Al venir escribiendo sobre MEJORAR, he tomado conciencia
de lo grave y dañina que es esta realidad, posible y relativamente fácil de
cambiar y mejorar, para beneficio, como explico más adelante, de nuestra
población estudiantil, en todos los ámbitos.
Es por ello, que vengo insistiendo, según se
comprueba en los últimos post, en la imperiosa
necesidad de cambiar esta situación. La pregunta lógica es, cómo hacerlo.
Considero que, las razones de porqué hacerlo, las he dejado claras en
los últimos
seis post. El método
cognoscitivo es muy limitado, pobre, a la hora de formar, educar y desarrollar al ciudadano que afrontará la “nueva
normalidad”, el futuro.
Con el método actual, el centro del aprendizaje
no
es el alumno, quien suele dar un rendimiento bajo, pobre. Lógicamente
hay numerosas excepciones. Esas excepciones, con los métodos participativos,
activos “volarían” aún más, nunca
menos.
Además, la actual metodología les produce:
Aburrimiento en el aula, ausentismo, baja implicación, ausencia de compromiso,
deficiente aprendizaje, estimula la copia en exámenes, resultados finales pobres,
produce en muchos una motivación negativa, abandono de los estudios, y varios
otros indeseables y contrarios a lo que realmente se busca: “Formar individuos capaces, competentes
para superar los retos que les impondrá su futuro como personas eficaces,
triunfadoras en sus actividades de vida”.
En contraposición, los métodos activos, vivenciales,
permiten superar todos, o al menos, la mayoría, de los fallos y deficiencias
señaladas. No son perfectos, pero sus cualidades, instrumentos y prácticas
metodológicas, facilitan, cuando se aplican bien, como debe hacerse, la
obtención de resultados muy superiores, dado su enfoque integrado..
El alumno es visto como ser integral, además,
pasa a ser el centro y responsable de su aprendizaje, desarrollo, y eficacia
como persona. Contará siempre con la guía y apoyo del maestro o profesor bien
entrenado en la aplicación de las metodologías activas. Algo que sucederá a
futuro, todos los días, especialmente, dentro del aula.
El enfoque activo, facilita: Adquirir aprendizajes
más profundos al participar, quiéralo o no, en las experiencias activas,
vividas, que impone la metodología. Esto permite aprender mucho más y mejor al
exigir participación, implicación activa consciente, intelectual, y también de los
aspectos emocionales, afectivos, vivaces, activos del proceso.
Los mejores
tendrán todas las oportunidades para ser aún mejores, desarrollar su gran
potencial, apoyar y beneficiar a los demás, tal como lo estimula la
metodología. No hay posibilidad de aburrimiento, se aprende de
verdad a trabajar y colaborar con otros, hacer sus reflexiones, extraer aprendizajes
y como aplicarlos, de acuerdo con sus necesidades e intereses en nuevas y
diferentes situaciones. Él, es ahora el centro de la
metodología y el responsable de su aprendizaje.
Esto tan simple y sencillo, llevado como método
desde la niñez forma personas superiores, capaces, competentes para resolver
las crisis del desarrollo (Sullivan) y mejorar en todo, su proceso de
desarrollo como humano. Nada que ver con el método y el sistema actual.
Hablamos ahora de clases activas, participativas,
vivenciales. Con ello se estimula la verdadera participación, a asumir
compromisos, se estimula y motiva hacia obtener resultados; excelentes
resultados, se incrementa su responsabilidad, se incrementa y estimula su creatividad,
imaginación e inventiva continuamente y muchos otros componentes claves en el
proceso de desarrollo y satisfacción personal.
En una entrevista
finalizada hace unos minutos por parte de la Sexta TV, con el presidente
Sánchez, éste ha mencionado en varias oportunidades, y entre muchas otras
cosas, la mayoría positivas hacia el futuro del país, al hablar de áreas de
mejora prioritarias, citó “la modernización de la Educación”, como plan de
futuro.
Lo que quiero
señalar es, que esta no debe solo basarse en la digitalización, que si hay que
aumentar, pero no debe ser la única mejora. Hay en nuestro planteamiento, una oportunidad de mejora muy
significativa, sencilla, económica, pero fantástica desde el punto de vista de
mejorar los aprendizajes, el rendimiento, motivación, y el desarrollo de
competencias para la vida, por el alumnado.
Me refiero a la incorporación
de metodologías de aprendizaje activas, vivenciales que garantizan un
aprendizaje TRES VECES SUPERIOR al que se obtiene del actual método
COGNOSCITIVO.
Describo a continuación algunos resultados y
beneficios que respaldan lo dicho. No se incluyen todos para no alargar
excesivamente el contenido.
Resultados y beneficios comprobados, medidos en
alumnos y participantes en talleres y cursos activos.
Se acostumbran en todo momento a trabajar sobre
la base de establecerse objetivos claros, precisos como retos a alcanzar. Saben
claramente a dónde quieren llegar. Esta determinación de retos concretos los
lleva a buscar éxito y superación en las actividades que realizan. Tienden a
ser personas que persiguen la superación y mejora en todo lo que realizan.
Determinar
objetivos y/o metas claras y retadoras los lleva a buscar alcanzarlas y
superarlas. Al hacerlo, formando parte de equipos diferentes de trabajo, pasan
a desarrollar habilidades y competencias de interacción interpersonales amplias
y diversas.
Al trabajar en
diversos equipos y diferentes personas, incrementan de forma importante su inteligencia emocional, capacidad de
colaborar en el trabajo con otros. Se
relacionan más y mejor, y se vuelven mucho más empáticos con los otros.
Pasan a ser individuos activos en el aprendizaje, y poco a poco, también
en otros ámbitos. Descubren la importancia de pro-actuar. Toman la iniciativa, deciden, se comprometen, lideran.
Se vuelven mucho más diligentes, entusiastas y activos.
Aprenden a
planificar, organizar y ejecutar mejor sus actividades, responsabilidades, a asumir y cambiar de forma flexible los retos. Se les facilita ver y hacer
conexiones existentes entre diferentes disciplinas y normas, y cómo aplicarlas
en su vida cotidiana.
Conforme van
practicando formas y comportamientos acorde con las diversas actividades, problemas
y situaciones propios de las exigencias metodológicas, van adquiriendo y
desarrollando un conjunto de
competencias diversas, esenciales para la vida y el trabajo. Conocimientos,
habilidades y destrezas, imposibles de conseguir y acrecentar con
métodos puramente cognoscitivos.
Incrementan
significativamente su autoestima, capacidad de autonomía y su motivación
personal de logro y superación. Se tornan más seguros de sí mismos. Incrementan
de forma importante su madurez psicológica y su responsabilidad.
Pasan de ser sujetos
neutrales, indiferentes, pasivos, a ser “origen
de cosas”: creadores, descubridores, promotores. Dejan de ser borregos,
masa. Su imaginación y creatividad se expanden ampliamente. Se incrementa la responsabilidad,
el grado de compromiso, la verdadera participación, la capacidad crítica, a
relacionarse adecuadamente con otros, aceptan con madurez los puntos de vista
de los demás.
Al aprender a trabajar en equipo se relacionan adecuadamente con
otros. Aprender a cooperar y establecer compromisos. Aprenden a liderar
situaciones diversas y a tomar decisiones participativas. Se tornan más
flexibles, abiertos. Buscan causas, analizan, deciden.
Desarrollan
habilidades sociales relacionadas con el trabajo en grupos, la utilidad de
negociar, mediar, y de gestionar diferencias y conflictos. No se “enganchan fácilmente". Lo han practicado mucho en las simulaciones. Realmente han
aprendido.
Se incrementa de
manera significativa su madurez psicológica, ligada a la libertad personal, la
capacidad de comprometerse, al deseo de superación, logro de los objetivos que
deseen alcanzar. Mayor deseo de libertad, de autonomía. Satisfacer necesidades
de tipo social, que resultan fortalecidas por valores y el compromiso con los
demás, el respeto mutuo y mejor aceptación de su entorno.
Se
generan mecanismos eficaces de colaboración y apoyo entre estudiantes,
maestros-profesores y personas involucradas en el proceso de aprender. Se desarrollan
también, habilidades, que facilitarán que el conocimiento sea compartido y repartido
entre los miembros de los equipos y grupos. Al incrementarse la cooperación,
disminuyen las diferencias, conflictos y situaciones que producen irritación.
Mejora el clima de trabajo.
Establecen una
clara conexión entre los aprendizajes obtenidos, su aplicación a la realidad,
y/o a sus actividades y tareas de trabajo y/o escolares. Descubren un mundo nuevo en el que ellos son el centro y principales
gestores de sus aprendizajes. Adquieren, además, todos los conocimientos de
refuerzo y apoyo que se les quieran impartir.
Llegados a este
punto, os pregunto y me pregunto ¿Cómo es posible que padres y maestros nos atrevamos a privar a nuestros hijos
de todo esto? ¿Hay alguna verdadera,
sincera y real justificación?
Solo una sociedad
acomplejada, rígida, insegura como la nuestra, que debe echar mano
continuamente de la justicia y
de terceros, los jueces, para que
decidan por ella y por cada uno, puede ser tan ciega.
¿A que esperar
más? Es posible tener todo listo durante los próximos tres o cuatro MESES y a
un coste mínimo.
¿Será que somos una
sociedad, psicológicamente INMADURA?
Debemos
reflexionar respecto a estas inquietudes y dar una respuesta honesta, sincera. ¿Podemos hacerlo?
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