Culminé el
anterior post preguntándome ¿Cómo es posible que padres y maestros
principalmente, nos atrevamos a privar a nuestros hijos y/o alumnos, de
técnicas, herramientas y metodologías de enseñanza que les aportan muchísimo
más, en conocimientos, aprendizajes y competencias, de lo que reciben hoy? Me
he preguntado también si, ¿existe alguna real y sincera justificación para
ello?
Intento así, obtener
la “verdadera
respuesta”. Digo verdadera, porque al hacerla, me he encontrado con
diversas versiones confusas, que de ser reales suenan injustificables. Apuntan
a que se trata de “un asunto de poder” que me resulta, insólito.
Desde mi punto de
vista, y por haber utilizado y practicado la integración y balance adecuado de
metodologías cognitivas y activas-vivenciales, se me ocurre que solamente en el
seno de una sociedad sumisa, acomplejada y poco flexible, como se muestra en
ocasiones la nuestra, resulta posible justificar algo ilógico como lo es, el rechazo de métodos didácticos activos de
aprendizaje que involucran e implican al individuo. Para justificarlo, se
utilizan argumentos pobres, débiles,
fácilmente discutibles y desechables.
Informaciones recibidas
y mi percepción, hacen que vea esa ausencia de acciones adecuadas, en el
seno de una “lucha de poderes”. Y en
otros casos, debido al desconocimiento de los posibles beneficios, y por temor
e inseguridad en hacer el intento. Pero a veces es aún peor, se debe a algo que
resulta inconcebible; por comodidad, por no “hacer olas”. Coincidirán conmigo
en que todas ellas resultan increíbles e inauditas.
Todo lo anterior,
me genera la impresión de que no se comprende claramente de qué estamos
hablando, y de sus terribles consecuencias. Se trata de la educación, formación y desarrollo de la personalidad de
nuestros hijos, los futuros ciudadanos. Quienes deberán liderar al país y
llevarlo hacia una sociedad que respalde mayor bienestar social general. Tiene
por tanto que ver con quienes deberán contribuir para mejorar, en general, y
ayudar a que dejemos de ser un país acomplejado ante algunos otros de Europa, e
inclusive, entre nosotros mismos.
Es la triste idea
de que somos un país inmaduro en muchos aspectos. En especial, visto desde
una perspectiva de desarrollo sicológico, moral y social, (Loevinger,
Kohlberg, Sullivan), y en consecuencia, pacato, inseguro, y
timorato, dentro del contexto que he venido señalando.
Es este un tema
al que obligatoriamente me he tenido que referir bastante, con el fin de hacer
un análisis basado en modelos científicos y respaldar mejor mis planteamientos,
a lo largo de los 260 post publicados. Respaldado siempre por modelos y teorías
psicológicas y sociales, relativas al desarrollo eficaz de individuos y grupos,
en varios ámbitos de la sociedad. Con todo ello, no pretendo menoscabar grandes
momentos de nuestra historia. Además, lo que vengo planteando nos permite
superarnos en grado elevado.
Como ejemplo cito
que, considero que son esos comportamientos inmaduros, los que
nos llevan continuamente y de manera vergonzosa, a echar mano en exceso, de la Justicia y de terceros, los jueces; con la finalidad de que sean
estos, quienes diriman, decidan y resuelvan por nosotros. Por eso afirmo que no
lo hacemos mediante comportamientos: adultos éticos, honestos, maduros, capaces.
Nos guste o no, es una clara muestra de nuestra debilidad e inconsistencia como
país.
Me he preguntado
e intentado tener respuestas, también, para poder discernir y decidir ¿Por
qué esperar más para llevar a cabo una mejora e innovación de métodos de
enseñanza que solo van a permitir educar ciudadanos superiores, más capaces en
general? Estoy convencido que, al tener el “permiso” o “visto bueno” de
alguien,
quizás, mejor dicho, de algunos, será posible llevarlo a
cabo. Pero no lo sé.
Con toda responsabilidad
afirmo que, de existir interés y disposición para cambiar y mejorar, la
posibilidad de tener todo listo para ser implantado, se puede realizar bien, durante
los próximos tres o cuatro meses, e introducir así, el cambio fundamental que
permitirá un mejor y mayor crecimiento y desarrollo del país, ya desde
comienzos de 2021. Se trata de contar con la visión y coraje de alguien. Ignoro
quien o quienes pueden ser, con objeto de interpelarlos directamente.
Existe, además,
la ventaja añadida de poder realizar todo el proyecto y mejoras, con unos
costes ridículos de inversión, dedicados principalmente a la formación y
actualización de maestros y profesores. Al hacerlo, empezaríamos realmente a crear
una “Nueva Normalidad”, con más y mejores posibilidades de funcionamiento
planificado y de mayor eficacia y control para el futuro del país.
Todo ello
sustentado, además, en un recurso humano capaz. Es la
posibilidad real de contar con individuos, personas, bien preparadas para
dirigir y enfrentar un futuro que se presenta complejo; pero que, de hacerse el
cambio sugerido, se contaría con mayores conocimientos, herramientas,
tecnologías, y competencias individuales superiores. Todo, sin ninguna duda, mucho mejor para el país.
Nuestro excelente “recurso
humano”
Hoy día, existen numerosas pruebas que dan mayor
peso a lo que vengo señalando. Se trata de que nuestro país, España, cuenta en
general, con excelentes personas que continuamente destacan
e inclusive,
algunos, lideran y sobresalen en organizaciones e instituciones renombradas en
el mundo.
Me baso, además, en mis experiencias, vivencias y
escritos, acerca del hecho real de que contamos con personas, que en su gran
mayoría poseen un extraordinario potencial personal, individual, que
les permite sobresalir; aún a pesar de las muchas dificultades e innumerables
trabas existentes. La mayoría, de índole burocrática, tradicional e ideológica;
y de otras que todos conocemos.
Sin embargo, mucho de lo que se ha logrado es, a
pesar de las trabas. La explicación real es que existe en las personas, una
parte esencial, potente, a la que he venido refiriéndome como “potencial
individual” que, usualmente no llegamos a desarrollar en toda su
fortaleza y capacidad. Se trata de un inmenso caudal de posibilidades, capacidades
latentes y talentos que ni desarrollamos, ni fortalecemos adecuadamente
a lo largo de nuestro proceso de aprendizaje y desarrollo, desde la infancia.
Quiero destacar que ese potencial, no está
perdido. Lo que suele acontecer es que, se lo mantiene represado, contenido.
Bien por desconocimiento de su existencia, o bien, porque no aplicamos los
medios y mecanismos que permitan liberarlo y desarrollarlo. Está ahí inactivo,
pero es posible de viabilizar.
Es un potente recurso, que poseemos y que resulta necesario
para conseguir y ejecutar mejoras significativas, necesarias para contribuir a
construir y desarrollar una sociedad mejor, en cualquier ámbito de la vida. Entre
las mejoras necesarias, está lógicamente, la educación, formación, desarrollo.
Por ello planteo que tenemos que poner en marcha mecanismos
que permitan liberarlo y reforzarlo. Dentro de esos recursos están: Excelentes
profesores y brillantes alumnos, que se encuentran limitados parcialmente por
los métodos de enseñanza-aprendizaje que utilizamos. Pregunto: ¿Vamos a continuar con el actual,
incompleto y limitado sistema de enseñanza aprendizaje?
Ya lo he señalado, el método que hoy usamos ampliamente,
provoca
el desperdicio de algo más del 50% del potencial y capacidades latentes en las
personas, con relación a sus: facultades, inteligencia, competencias,
habilidades, creatividad, talento y sabiduría. Algo inconcebible, cuando
conocemos sistemas probados, validados, de verdadera eficacia, que producen en
los jóvenes estudiantes y en profesionales adultos, resultados como los que se
señalan: Beneficios identificados
¿En qué mundo estamos? ¿en qué mundo vivimos? ¿cuál es el poder
oculto que nos impide no llevar adelante las mejoras necesarias y oportunas? Honradamente, no logro comprenderlo ¿A ver qué pasa con este intento?
Cuando he indagado se me ha dicho: “Ni se te ocurra intentarlo. Quienes
controlan eso, tienen mucho poder”. Pregunto: ¿más poder e influencia real de la tienen los padres de todos los
estudiantes en todos los tipos y niveles de estudios? No, no es posible. Creo que se tratada más bien, de falta de
iniciativa, o de una marcada resistencia a hacer cambios.
También es factible, la ignorancia y desconocimiento de la existencia del potencial y de estos potentes métodos para liberarlo de
manera guiada, ordenada.
¿Es posible tener miedo de contar con ciudadanos
más capaces, seguros de sí mismos, más maduros, conscientes de la verdadera
realidad, mejor preparados, responsables, no tan fácilmente manejables por
mediocres con poder?
No me parece ni lógico, ni apropiado. Propongo que comencemos
a hacer algo para poco a poco, cambiarlo.
¿Por qué cambiar
ahora?
Personalmente y como especialista en cambio y
mejora, considero que el inevitable parón en la educación debido al covid-19 crea
condiciones para que desde septiembre hasta diciembre se pueda llevar a cabo el
proyecto. Delinearé algunos componentes de ese cambio. Aclaro que se trata esencialmente
de innovar en el sistema de enseñanza-aprendizaje.
Además de todo lo descrito en previos post, el actual es la Parte 8, me parece
oportuno incorporar, por su actualidad y probada eficacia, algunos
planteamientos clave, que el psicólogo educativo Joseph Renzulli, describe en “The
schoolwide enrichment model: a comprehensive plan for educational excellence” (Renzulli y Reis. 1985).
Hablan acerca de cómo mejorar y enriquecer la enseñanza en las
escuelas, para desarrollar al máximo el potencial y el talento.
Acerca del enriquecimiento del entorno de la
Escuela señala: “produce mayores niveles de compromiso a través del uso de experiencias de aprendizaje agradables y desafiantes que se
construyen en torno a los intereses de los estudiantes, sus estilos
de aprendizaje y sus modos de
expresión preferidos”.
Renzulli
recalca: “El trabajo educativo se debe
realizar con Métodos que lleven a
los estudiantes a ejecutar un desempeño
superior”. Para ello se requiere:
“Poner en juego un conjunto de habilidades: analíticas, creativas, prácticas. Y contar con “un modelo de Gestión”, sobre el que apoyar su expresión”. Personalmente
afirmo, lo señalado se consigue, con apoyo, disposición, conocimiento del qué y
cómo hacer, y con el cambio metodológico en el que vengo insistiendo.
La Ley de Educación y los contenidos de las
asignaturas para dar cobertura a las innovaciones propuestas, podrán seguir casi
igual, con pequeños cambios y enfoque. La gran diferencia ahora será: que se
cuenta con la verdadera participación activa del alumno como centro del
aprendizaje. Y que una vez funcionando, alumnos y profesores identificarán y
sobre la marcha, mejorarán y propondrán actualizaciones necesarias.
Considero que, si existe
una clara toma de conciencia, si
existe un aceptable interés real por
mejorar y si existe una buena
disposición por parte del ministerio de Educación, creo poder afirmar que
debería, según mi visión optimista, resultar fácil mejorar muy notablemente los
resultados de nuestro sistema de educación, en todos los estadios:
Primaria, juvenil, secundaria y universitaria; aunque esta última la relegaría
por ahora.
Los problemas actuales de educación y formación de nuestros niños y
jóvenes, se pueden mejorar en corto tiempo si se incorpora y se adapta, al
sistema de enseñanza-aprendizaje, hoy centrado en aspectos cognoscitivos, a una
metodología hibrida, que permita
mantener parte del método actual, incorporado y adaptado al manejo metodológico
práctico, vivencial. Ello facilita integrar y aplicar de manera adecuada. ambas
metodologías. Se enriquece y fortalece así, significativamente, el talento de
todos los estudiantes.
La metodología vivencial, activa, participativa en su fase tres de “procesamiento”, saca a la luz, los
aspectos cognitivos y de conocimiento puro de las actividades que se llevan a
cabo para cumplir “el currículo”, con la finalidad de que se aprenda algo en
concreto. Pero, además, se incorporar al aprendizaje, los componentes
emocionales, sensitivos, afectivos, activos y motores, que requirió la
ejecución y desarrollo de toda la actividad concreta, de principio a fin.
Se consigue con ello de alcanzar
un amplio y rico aprendizaje integrando
los tres ámbitos de funcionamiento humano: el Cognitivo, el emocional, y el activo.
Es en el maestro o profesor donde descansa la responsabilidad de ejecutar
bien este aspecto clave, central, de las metodologías activas, participativas.
La mayor diferencia que se consigue, y es algo esencial, está en que
ahora los aprendices van a estar mucho mejor preparados para triunfar y
resolver más fácilmente esos dilemas del crecimiento y maduración, que culminan
con el desarrollo de una personalidad fuerte, madura, consciente, motivada, triunfadora.
La
metodología activa experiencial, permite a los docentes integrar ciertas
asignaturas, y reforzar la visión de conjunto del saber, enriqueciendo el
ámbito del aprendizaje. Además,
facilita a
profesores y maestros en general, organizar actividades en torno a un objetivo
común, definido sobre la base de intereses de los estudiantes y de acuerdo con
todo lo que forma parte de su compromiso educativo; con el
claro objetivo de incorporar un sistema probado que permitirá: mejorar,
avanzar, aprender, madurar… mucho mejor y más rápido.
Creo que ya
no me queda nada más por decir. Estoy completamente abierto y dispuesto a
ampliar y explicar, a quien lo requiera, lo que necesite. Por favor: ¡Padres, Maestros, Profesores, hagamos algo más por nuestros
hijos, alumnos y por el futuro del país!
¡MUCHAS
GRACIAS!
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