En la entrega anterior del Blog, me referí a la importancia que una excelente Toma de Decisiones tiene, con la finalidad de adecuar la organización a los continuos cambios de demanda del entorno, y también, para ser asertiva, eficaz y capaz de pro-actuar para mantenerse en la vanguardia y ser eficaz en el proceso de conseguir los resultados previstos.
En la presente entrega, me referiré a otro de los mejores instrumentos con que cualquier tipo de organización y en especial los líderes, pueden contar. En mi opinión, se trata de promover y estimular la real y verdadera participación de las personas y aprovechar así mejor su talento.
La participación, es un elemento fundamental, clave a la hora de intentar disponer de excelentes equipos de trabajo. Cuando los miembros de un equipo se involucran activamente en la toma de decisiones, participan activamente en la generación de ideas y la resolución de problemas, se crea un ambiente propicio para el crecimiento, las mejoras en productividad y, una mayor calidad en general. En este sentido, la participación fomenta el compromiso, la responsabilidad compartida y el empoderamiento de los individuos dentro de cada equipo.
En los últimos años, cada vez se ha prestado más atención a la importancia de la participación en el trabajo en equipo. Se ha comprobado que genera numerosos beneficios, tanto para los miembros del equipo como para la organización en general.
Exploremos algunas de las razones por las que la participación es considerada un mecanismo crucial para el desarrollo de excelentes equipos de trabajo y una eficaz consecución de objetivos y de resultados previstos.
1. Fomenta la creatividad y la innovación:
Cuando los miembros del equipo participan activamente, se sienten más motivados y comprometidos en compartir sus ideas y perspectivas únicas. Esto fomenta la creatividad y la generación de nuevas soluciones, lo que impulsa la innovación dentro del equipo y en la organización en su conjunto.
2. Mejora la toma de decisiones:
La participación de todos los miembros del equipo en el proceso de toma de decisiones permite aprovechar la diversidad de conocimientos, habilidades y experiencias, en resumen, de las competencias de cada uno. Al tener diferentes perspectivas, exponerlas y analizarlas, se consigue tomar decisiones más claras, informadas y, en consecuencia, de mayor calidad, por tanto, con más elevadas posibilidades de llevarlas a cabo. Existe un mayor compromiso de todos.
3. Incremento del compromiso:
Cuando los miembros del equipo sienten que sus opiniones son valoradas, tomadas en cuenta, y que realmente tienen un papel activo en la toma de decisiones, es más factible que se comprometan con los objetivos y las tareas que a posteriori el equipo deberá ejecutar. Esto se traduce a su vez, en un mayor nivel de motivación y dedicación hacia el trabajo a ejecutar, y con el equipo.
4. Desarrolla habilidades de liderazgo y empoderamiento:
La participación activa en el equipo brinda a los miembros la oportunidad de desarrollar habilidades de liderazgo y de asumir la responsabilidad por su propio trabajo y el de los demás. Esto contribuye a su crecimiento personal y profesional, y también promueve un sentido de empoderamiento y de autonomía, que con frecuencia produce resultados por encima de lo usual.
5. Mejora la comunicación y el trabajo en colaboración:
La participación fomenta la comunicación abierta y transparente entre los miembros del equipo. Cuando se les da la oportunidad de expresar sus ideas y preocupaciones, se crea un ambiente de apertura, confianza y respeto mutuo. Esto, a su vez, contribuye a que se genere una mayor colaboración entre los miembros y una fuerte cohesión del equipo.
6. Mejora el clima laboral y la satisfacción del equipo:
La participación activa de los miembros del equipo contribuye a la creación de un clima laboral positivo. Cuando los empleados se sienten valorados, escuchados y tienen la oportunidad de contribuir, se genera un ambiente de confianza y respeto. Esto no solo mejora la satisfacción del equipo, sino que también promueve la colaboración, la camaradería y la motivación colectiva.
La participación brinda a los miembros, además, una sensación de pertenencia y de contribución significativa a la mejora de sus actividades, lo que, con frecuencia, genera un mayor nivel de satisfacción laboral, ya que los individuos se sienten valorados y reconocidos por sus aportes a la mejora de la organización.
7. Facilita el aprendizaje y el desarrollo:
La participación en equipos de trabajo ofrece numerosas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Los miembros comparten sus conocimientos, adquieren nuevas habilidades y reciben retroalimentación constructiva de sus compañeros. Todo esto contribuye a crear un ambiente de desarrollo y aprendizaje continuo y, a la mejora individual y colectiva.
8. Promueve la responsabilidad compartida:
La participación activa en la toma de decisiones y en la ejecución de tareas fomenta la responsabilidad compartida. Cuando los miembros del equipo se sienten parte integral del proceso y son responsables de los resultados, están más comprometidos con el éxito del equipo en general. La responsabilidad compartida también fortalece los lazos entre los miembros del equipo, ya que todos tienen un interés común en alcanzar los objetivos establecidos y tener la posibilidad de sentirse capaces y competentes.
9. Aprovecha la diversidad y el talento individual:
Cada miembro dentro de un equipo de trabajo cuenta con sus propias habilidades, conocimientos y experiencias. La participación activa permite aprovechar y valorar la diversidad de talentos individuales. Al involucrar a todos los miembros, se aprovechan las fortalezas de cada uno, lo que resulta en un equipo más fuerte y equilibrado. Además, la participación brinda la oportunidad de promover la igualdad y la inclusión en el equipo, asegurando que todas las voces sean escuchadas y respetadas.
10. Genera un sentido de pertenencia y compromiso con la organización:
Cuando los empleados se sienten incluidos y participan activamente en el trabajo en equipo, se crea un sentido de pertenencia tanto al equipo como a la organización en su conjunto, se sienten “dueños de la actividad”. Esta conexión emocional y psicológica con el trabajo y la empresa, lleva hacia un mayor compromiso y lealtad por parte de los miembros del equipo. Además, cuando los empleados tienen la oportunidad de participar en la toma de decisiones que les afectarán, se sienten más involucrados en el proceso y tienen un sentido de propiedad sobre los resultados.
11. Aumenta la productividad y la eficiencia:
La participación activa de los miembros del equipo conduce a una mayor productividad y eficiencia. Cuando todos están comprometidos y aportan ideas y soluciones, se pueden identificar y abordar problemas de manera más rápida y efectiva. Además, al tener una comunicación fluida y una toma de decisiones compartida, se minimiza la duplicación de esfuerzos y se optimizan todos los recursos disponibles.
12. Promueve la adaptabilidad y la resiliencia:
La participación activa en equipos de trabajo fomenta la adaptabilidad y la resiliencia. Al estar involucrados en el proceso de toma de decisiones y solución de problemas, los miembros del equipo están mejor preparados para enfrentar los desafíos y cambios que puedan surgir. La colaboración y la participación permiten a los equipos responder de manera más ágil y efectiva a situaciones cambiantes, lo que es especialmente importante en entornos empresariales dinámicos, como lo son hoy día, y más, de cara al futuro.
Todos los beneficios descritos muestran que la participación es un instrumento fundamental para el desarrollo de organizaciones sanas, excelentes, que descansa sobre la base de desarrollar equipos de trabajo que llegan a ser excepcionales.
Al intentar integrar los beneficios que se derivan de los aspectos descritos, nos encontramos con la presencia de una cultura de participación real que: fomenta la creatividad, mejora la toma de decisiones, aumenta el compromiso, empodera a los miembros de los equipos, mejora las comunicaciones, el trabajo en colaboración, aumenta la satisfacción laboral, facilita el aprendizaje y el desarrollo, promueve la responsabilidad compartida, aprovecha la diversidad y el talento individual, genera un sentido de pertenencia y compromiso con la organización, aumenta la productividad y la eficiencia, promueve la adaptabilidad y la resiliencia, y mejora el clima laboral, y la satisfacción general del equipo.
Se crea al mismo tiempo, un entorno de trabajo en el que se valora y respeta la contribución de cada individuo, y no solo fortalece el equipo en sí, sino también, impacta positivamente en el rendimiento, la calidad y los resultados que consigue obtener la organización en todos los ámbitos en que opera.
En definitiva, la participación es un factor clave para el desarrollo de equipos de trabajo excepcionales capaces de enfrentar desafíos, innovar y alcanzar el éxito de manera conjunta. ¿Qué más puede desear cualquier organización?
Y si es realmente como se ha expuesto, ¿a qué se debe el hecho real y comprobado de que en nuestro país no sea así. Y a que no se crea en esa cultura abierta y participativa que permite el mayor uso del talento? Personalmente, considero que el hecho de dar tanta libertad al trabajador no se compagina muy bien con la “genética” y los “estilos de mando” de la gran mayoría de los jefes y directivos de nuestras empresas y organizaciones; aunque como siempre, tengo que reconocer que existen muy contadas excepciones.
Lo que señalo, se puede ver claramente al comprobar lo que está sucediendo en la actualidad en las recientes elecciones municipales y comunitarias y que de repente acontece lo peor, que ocurra en las venideras presidenciales y se corra el riesgo de deteriorar todo lo alcanzado e iniciemos un retroceso de más de 25 años como país.
http://www.bubok.es/libros/172773/Innovar-la-gestion
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