En el último párrafo del anterior Post,
señalé: “El arte de gestionar y resolver
conflictos, requiere, para alcanzar el mejor nivel posible, de conocimientos,
habilidades y destrezas (competencias);
lo que permite saber cómo aplicarlas a los diferentes componentes y variables
presentes en todo conflicto. En este post, veremos algunas de esas competencias
fundamentales.
Competencias para la gestión y facilitación de conflictos
La
adecuada gestión, mediación y solución de conflictos, requiere desarrollar capacidades
para:
- Saber escuchar y comunicarse eficazmente.
- Ser empáticos, comprender realmente al otro y
poder sentir como él.
-
Identificar con precisión las posibles diferencias, percepciones y su
impacto.
-
Identificar expectativas y deseos de los implicados en la controversia.
-
Identificar intereses y necesidades.
-
Encontrar semejanzas, territorio común sobre el qué cimentar posibles acuerdos.
-
Identificar objetivos comunes que satisfagan a las partes y resolver así,
el conflicto.
Lo arriba indicado, suele realizarse
utilizando dos de las técnicas más usuales. Ambas requieren de conocimiento, entrenamiento
y práctica:
a) Mediante
la realización de entrevistas
individuales indagatorias previas.
b) A través
de lo que en gestión de conflictos se conoce como, Técnica de Confrontación. Durante el proceso de mediación o gestión, y mediante
el diálogo abierto, se exploran, analizan y trabajan, ante la presencia de las
personas en conflicto, los ocho elementos antes citados y otros nuevos que irán
surgiendo, una o más veces, con el fin de encontrar un territorio y
alternativas comunes, así como posibles
soluciones que satisfagan las partes en pugna. En ambas actividades, se
requiere de la participación de una persona bien entrenada y con experiencia en
su manejo, ya sea un: facilitador, coach, guía, mediador, negociador o el
líder, “jefe” de las personas en pugna; pero siempre, bien formado en la gestión y facilitación de conflictos.
En toda actividad de Resolución de Conflictos, con el enfoque
que sea, es esencial realizar una buena planificación. Para ello es fundamental
llevar a cabo una o más entrevistas exploratorias que
permitan obtener: información de las partes, una visión parcial inicial del origen
y proceso del conflicto y de las
diferencias, a la fecha entre los implicados.
Sólo después de una reunión de “diagnóstico”
de este tipo, se estará en condiciones de realizar un buen Plan y Estrategia de Acción, con el fin
de realizar un excelente proceso de resolución, mediación, negociación, u otro
similar.
Es esencial durante las entrevistas y la confrontación, desarrollar con eficacia las siguientes condiciones:
1.-
Crear un clima de confianza y respeto mutuo entre las partes incluyendo, desde luego, al
facilitador o mediador.
2.-
Hacer preguntas abiertas, reflectivas, cerradas, con el objetivo
de: indagar, conocer, comprobar y cerrar puntos críticos.
3.-
Escuchar activamente lo que se dice y lo que no se dice.
Comprender el lenguaje corporal y la mímica facial.
4.-
Desarrollar un clima de empatía. Esforzarse por comprender y
sentir como las otras partes implicadas,
con la finalidad de entender realmente su posición.
5.-
Comprender con claridad el problema desde la perspectiva de cada
uno.
La “Técnica de Confrontación”, conocida
como “Reunión de Gestión y Resolución de
Conflictos”, es un proceso complejo y delicado, pero bien facilitado
produce, por lo general, excelentes resultados. Es clave la aplicación de las
cinco condiciones citadas.
Proceso de Solución de Conflictos
Es
esencial desde el inicio, tomar conciencia de que la actividad de gestión
o mediación para la solución de conflictos tiene que ser percibida como
un proceso. En él, se trabajan y exploran ciertos hechos y contenidos sucedidos
durante un tiempo. Los pasos fundamentales por los que es necesario transitar y
el tiempo necesario para resolver cada conflicto, le da el sentido de proceso. No es una foto, una instantánea, es más bien una película que contiene una
“historia”, generalmente, con un pasado, un presente e, idealmente, un futuro a
construirse con desenlace final positivo.
Hay conflictos con “poca historia” pero, con frecuencia, nos
enfrentamos a conflictos y situaciones problema con largo tiempo de “incubación”
y una larga historia, de ahí que el proceso de solución y el tiempo varíen en
cada caso.
Fases del Conflicto
Ya comenté que los conflictos se
inician siempre en una primera fase denominada de DIFERENCIAS:
Discrepancias, desacuerdos, distintas percepciones, comunicación deficiente, no
escuchar con claridad y otros. Las diferencias,
se deben gestionar tan pronto una persona las detecta, siempre que esté
dispuesta a aclararlas y confrontarlas, ya sea: a) Que alguno de los implicados tome la iniciativa. b) Que lo haga una tercera persona entrenada, sin
importar si es: colega, líder, mediador, coach,
u otro. Lo esencial es que tenga competencias para ello. En esta fase la gestión del conflicto puede y suele llevar a resultados muy positivos. Posteriormente tiende a generar elevados costes de todo tipo.
En el ámbito de las diferencias es relativamente fácil
resolver la situación. Pero como ya comenté: el conflicto siempre tiende
a escalar, a ir en aumento si no se resuelve. Ejemplo claro y sencillo:
el vaso de agua que gota a gota va aumentando el volumen del líquido hasta que
se desborda. Se van acumulando discrepancias, distorsiones, malos entendidos, hasta
que se ha transformado en conflicto.
La fase de CONFLICTO
significa que: como líderes, coaches,
o mediadores, hemos desperdiciado muchas
oportunidades de resolución del mismo. Para llegar a este nivel, las personas
implicadas se han molestado, enfadado, se han hecho daño, agredido física o
psicológicamente, y se sienten mal mutuamente. A veces se han “agredido”
fuertemente. Resolver en esta fase el conflicto, es más difícil por el
deterioro que ha venido sufriendo la relación. Para solucionarlo, se requiere
poseer competencias en resolución de conflictos y, demanda casi siempre, la
intermediación de un tercero muy bien capacitado en gestionar conflictos.
Si el conflicto no se resuelve y han seguido sucediéndose eventos
dolorosos entre las partes, y el “vaso se ha llenado”, se ha llegado al tercer
nivel de conflicto, conocido como: CONFLICTO ABIERTO. Aquí se trata ya
de “guerra a muerte”. Las partes contrincantes no se hablan, se odian, se hacen
todo el daño entre sí que han podido. Con frecuencia además, lo que es más
grave, en sus peleas han implicado a otras personas, lo que hace que sea de
peores consecuencias.
En el caso de conflictos o conflictos
abiertos en empresas y
organizaciones, con mucha frecuencia se ven implicados otros departamentos.
Cuando los conflictos son entre los responsables de dichos departamentos, lo
más común es ver que los seguidores están con sus jefes; de tal manera que, lo
que se inició como diferencias, posterior conflicto, y ahora la “guerra a
muerte”, ya no sucede entre dos personas, se ha ido generalizando y es entre
departamentos. Llegar a este punto ha
generado unos costes ocultos inconmensurables para la empresa; y todo, por no
haberlo gestionado cuando surgieron y se percibieron las primeras diferencias o
conflicto, en su fase inicial. Aparte de los costes de toda índole, se ha
deteriorado el clima de trabajo y la eficiencia y productividad han bajado sensiblemente.
La recomendación de la
mayoría de los especialistas es:
Confrontar y facilitar los conflictos en sus
primeras manifestaciones, no permitir que crezcan, debido a que su solución positiva se ha dificultado ya, excesivamente.
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1 comentario:
Estimado Javier, soy alumna del máster de mediación de Santiago de Compostela y desde el día que tuvimos lo fortuna de tenerte como ponente he seguido todas tus publicaciones posteriores, pero también hice uso de muchos de los artículos anteriores que figuran en tu blog.
No sólo esto sino que también hemos comentado mis compañeras más cercanas y yo sobre los mismos.
Siento enormemente no haber hecho comentario alguno sobre ello, pero no es algo que acostumbre a hacer. Sin embargo, no dudes del seguimiento de tus trabajos, porque me consta y así quiero transmitirte que te recordamos con mucho cariño, y al menos en mi caso, no dejaré de leer nada de lo que escribas.
Un afectuoso saludo.
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