viernes, 17 de octubre de 2014

EL LIDERAZGO Y LA NECESARIA MADUREZ PSICOLÓGICA



Hace algunos años yendo de viaje, desde Palo Alto hasta Santa Cruz, a donde íbamos a comer uno de los mejores platos de pasta que he probado en mi vida, acompañando a mi buen amigo, el consultor en Desarrollo Organizacional,  Anthony J. Tasca, en algún momento de nuestra conversación me dijo: “Javier, algo para tener siempre en cuenta es, que una organización de cualquier índole, no puede ser de calidad si el equipo que la lidera o dirige no es también de alta calidad”. Este comentario me quedó grabado  y al reflexionar, repasando experiencias de mi vida como consultor, llego siempre a esa misma conclusión.


Al recordar vivencias con muy diversos tipos de empresas y directivos, coincide siempre que las que eran más exitosas y de mayor calidad, eran aquellas que contaban con un grupo muy bueno de líderes, a veces más directores, pero en cualquier caso, trabajaban como un equipo, eran flexibles y abiertos al cambio, a la innovación en la gestión y, en general, con las diferentes actividades de su empresa.


Hace unos años, concretamente en 2003, los estudiosos e investigadores de estos temas de liderazgo, management, y dirección,  Jack Zenger y Joe Folkman, gracias a su amplia y excelente investigación a nivel internacional sobre liderazgo, pudieron comprobar lo mismo, aunque expresado en otros términos. Afirman con base en millones de datos: “Una organización o empresa cualquiera, es tan eficaz, productiva y de calidad, como lo es el equipo que la dirige”. Lo mismo que señaló Tasca, solo que ahora soportado por data científica. Y esto, aplica a cualquier situación en la que unos mandan y otros son seguidores. Pero está claro que dependiendo de cómo se “manda” se consiguen resultados muy diferentes.


Yo mismo en este Blog, he comentado en alguno de los posts publicados, reflexiones en esta línea, en los que afirme más o menos: “El éxito o fracaso de cualquier tipo de organización depende fundamentalmente de aquellos que mandan y la dirigen, quienes ejercen siempre más peso e impacto que el que proviene de los trabajadores, a quienes los de arriba suelen siempre echar la culpa de sus fallos”.


Insisto en señalar de nuevo este aspecto estimulado por la realidad actual de nuestro país que nos muestra con claridad como la incompetencia y oportunismo de quienes mandan y dirigen viene provocando situaciones inverosímiles altamente dañinas para la democracia. Dirigentes, directivos, personeros del gobierno, políticos en posiciones de poder, están casi todos los días, haciendo desastres en la gestión de una diversidad de situaciones que  resultan increíbles y, en general, dañinas para los ciudadanos. 

Sorprende además, su aparente falta de madurez psicológica, ausencia de ética y de moralidad, que por tratarse de personas adultas y aparentemente, bien formadas, deberían haber adquirido. Sus comportamientos y actuaciones muestran todo lo contrario: Implicación en casos de corrupción que resultan inconcebibles; buscan siempre a quienes echar las culpas –chivos expiatorios-; no muestran la más mínima autocrítica, ningún tipo de arrepentimiento;  claro, a muchos de ellos por convicción sus pecados les son perdonados, no requieren de  arrepentimiento, y por ello, no aparece ninguna clase de remordimiento que los carcoma. Justifican lo injustificable, inventan y dicen, la mayor parte del tiempo, grandes e increíbles mentiras. No logran percatarse de que cada vez los ciudadanos les creemos menos.
 



Para comprender este tipo de comportamientos hay explicación científica. Una de ellas, nos la brinda el trabajo de investigación realizado y publicado en el año 1976, por los profesores e investigadores de psicología de la Universidad de Washington Jane Loevinger y Augusto Blasi, de la Universidad de Boston en su libro: “Ego Development”, Josey-Bass Inc., dentro de su Behavioral Science Series.


Este tema relativo al Desarrollo del Yo de las personas, que aporta información muy valiosa acerca del desarrollo de la personalidad, facilita comprender el impacto, que de acuerdo con el nivel de desarrollo de la madurez alcanzado, manifiestan en diversas situaciones los individuos, dependiendo de la etapa o fase de desarrollo que han alcanzado. El grado de madurez tan bajo que muestran estos dirigentes, es lo más sorprendente.


Personalmente he aplicado exitosamente el modelo de Loevinger, en la realización de consultorías para llevar adelante procesos de cambio y mejora de organizaciones. En varios posts ya publicados, me he referido a este tema con cierta profundidad. Recomiendo para mejor comprensión y entender desde otro punto de vista nuestra realidad, leer con calma y reflexionando los posts identificados con las fechas que se enumeran correspondientes al año 2012: Fechas.- 5/6, 14/6, 27/6 (Este describe el tipo de personalidad a la que me estoy refiriendo en el presente post), 16/7, 23/7, 4/9, 18/9 (Partes I y II), 19/10, 22/10, 1/11 y 24/11/2012.   La amplitud y relevancia que asigno a este tema lo muestra la cantidad de post que he publicado al respecto.


El tipo de comportamiento auto-defensivo, oportunista, inmoral e inmaduro, falto de ética y de un elevado desarrollo de la moralidad (Etapa II, según Loevinger), aporta claridad para comprender los comportamientos y conductas aparentemente inmaduras e incomprensibles de los citados dirigentes y deja ver con claridad porqué en este país es un “bicho raro” aquel que por decisión propia dimite debido a una acción o decisión de consecuencias lamentables. Para ese comportamiento inusual, se require mayor madurez.





Este acto inusual en nuestro país de tirar de la manta, requiere de haber superado la Etapa II: Autodefensiva, Oportunista, según el estudio de Loevinger y Blasi, relativo a cómo ocurre el proceso de madurez o Desarrollo del Yo, de las personas.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Posiblemente "el tipo de comportamiento auto-defensivo, oportunista, inmoral e inmaduro, falto de ética y de un elevado desarrollo de la moralidad" se de con más frecuencia cuando intervengan los siguientes factores:

a) Que el cambio del hábitat de trabajo rural agrícola al urbano industrial y de servicios, se haya producido en un intervalo inferior a tres generaciones.
En esa circunstancia, es posible que no se hayan asentado en el entorno familiar y emocional del sujeto, donde se conforma su personalidad, las pautas de comportamiento necesarias para funcionar eficazmente con intangibles (dinero, crédito, planes) y promesas (contratos).
Conviene tener en cuenta que en España y muchas otras naciones, el desarrollo industrial general ha tenido lugar en la década de los sesenta, fecha en la que tuvo lugar el desplazamiento de millones de personas desde el ámbito agrícola al urbano.
Las pocas naciones que hicieron la industrialización en el siglo XIX –Inglaterra, EEUU, Países Bajos, Francia y Alemania- llevan varias generaciones de adelanto.

b) El cuestionamiento permanente de la moralidad y el fomento en el ámbito urbano, de la corrupción de las costumbres, la envidia, la mentira, la impunidad y el consumismo, como medio de envilecer, embrutecer y uniformizar a la población para facilitar su dominio.

InnovarlaGestion dijo...

Es probable que lo que plantea la persona que ha enviado este Anónimo, tenga algún impacto sin duda. La verdad, es que no lo sé. Desde mi percepción, conocimiento y experiencia el proceso de desarrollo del Yo, sucede en cualquier ámbito, y depende fundamentalmente del comportamiento, modelaje y transmisión de valores de quienes han tenido influencia importante sobre la persona (Niño), que se está desarrollando, formando como individuo. En esta dirección considero más facil crecer con valores más profundos y alcanzar mayor madurez y responsabilidad en el medio rural, en contacto con la naturaleza y todo lo que esta nos enseña y demuestra, que en el ámbito urbano, donde hay mayor hostilidad, en general, sobre el individuo y es más facil observar comportamientos y modelos no deseables.
La complejidad y amplitud del tema dificulta ser certero en un espacio tan reducido. Me atrevo a indicar que leer los Posts que se citan en el presente, facilitaría una visión más amplia de lo complicado de todo lo relativo al desarrollo de la personalidad de los humanos.