En el post anterior intenté dar una visión distinta
de lo usual con la esperanza de brindar una explicación bien sustentada de muchos
de los comportamientos deshonestos, oportunistas, autodefensivos y, en varios
de los casos, deleznables que observamos a diario en: gobernantes, políticos, empresarios,
algunos periodistas, la impartición de justicia y en otras categorías de dirigentes. Sin ir
más lejos, ayer 27, amanecimos con dos nuevos casos de corrupción. Es
claramente visible qué esos comportamientos están haciendo mucho daño a la gran
mayoría de los ciudadanos, y a muchas instituciones fundamentales para la buena
marcha del país. Pero ojo, no a todos, los hay que se están beneficiando mucho
de ello.
Es notorio que el país en su conjunto está
sufriendo los impactos negativos de muchas de esas acciones, pero quizás lo más
peligroso y delicado sea, cómo está
afectando y dañando a la democracia. Casi todos los días salen a la luz nuevos
hechos que ponen en duda por como se gestionan, la política y la democracia.
En un intento por dar una explicación coherente que
ayude a entender las razones de estos comportamientos dañinos, eché mano de un
modelo de intervención con el que he trabajado y que me permitió comprender muy diversas
situaciones, a las cuales no les encontraba su verdadera razón de ser, ni una
explicación que me resultara coherente con los hechos observables.
El caso que nos ocupa, lo circunscribo a los ámbitos de poder en los que incluyo a:
Algunos gobernantes, políticos, empresarios, banqueros, (algunos muy de moda en
la actualidad: Las tarjetas…) jueces y cómo imparten justicia, y
ciertos periodistas. Igualmente, otras
instituciones gubernamentales que no actúan de forma igual para todos, hechos
en algunas comunidades, municipios y diversos “caciquillos” sueltos que abundan en el
país.
El Modelo de Loevinger-Blasi, me ha permitido
encontrar explicación coherente a esos comportamientos habituales e
incongruentes con la complicada situación que vive la gran mayoría de la
ciudadanía. Todos los días se descubre algo nuevo, que sorprende a
ciudadanos honestos, trabajadores, hoy muy maltratados.
Mención especial, debido a que juega un papel
determinante en el comportamiento de las personas en un ámbito cualquiera, es
el tipo de Cultura, Ideología, Clima
Social predominante en un país, organización o cualquier otro ámbito
social, entendido como: La forma de
ser y actuar, las costumbres, creencias, valores, leyes, principios, normas
etc., que predominan en una organización o país, y que ejercen un impacto
fundamental en la conducta y comportamiento general dentro de cada ámbito de acción.
En términos muy simples “Cómo se hacen las cosas aquí”. Y
como se están haciendo en España en general, deja mucho que desear.
Conocer la Cultura permite, en especial en el
ámbito de sistemas más o menos bien delimitados, tales como los señalados,comprender cómo son, cómo funcionan y muchos de los porqués de la situación que
muestran. Permite además, realizar cuando se sabe cómo, intervenciones
bien planificadas y ejecutadas para producir los cambios necesarios con la finalidad de mejorar lo que es necesario.
El modelo citado, se basa en el Desarrollo del Yo (Ego Development) quizás para mayor claridad: Desarrollo de la Personalidad Humana. Considero a dicho modelo relativamente
fácil de comprender y por tanto de aplicar, debido a que los comportamientos y
características que conforman y describen cada Etapa o Nivel de desarrollo, están descritos en términos claros y
observables, lo cual facilita entender los diferentes comportamientos usuales
que caracterizan cada una de las seis Etapas
y Niveles de desarrollo.
He estudiado y utilizado este modelo por lo
relativamente fácil que es de aplicar y tener éxito. No me ha resultado, por el
contrario, fácil de comprender y menos de aplicar, los planteamientos, al
respecto, de otros autores tales como: Freud, Erickson, Piaget, Fromm, Sullivan,
Kolberg, Bull y otros, estudiados y analizados por Loevinger y Blasi, en lo relativo
al: Desarrollo de la moralidad,
desarrollo cognitivo, etapas en el desarrollo del yo, desarrollo de los
prejuicios, y otros. Todos, dirigidos al mismo fin, explicar y entender cómo ocurre ese complejo proceso del desarrollo,
de lo que en términos muy amplios y generales conforma la madurez psicológica o tipo de personalidad en los humanos.
En este post y en el próximo, quiero adentrarme en
la otra cara posible: Lo que debe y puede ser. Me refiero al tipo de
personalidad qué, desde mi punto de vista considero más importante, y explorar
algunas de sus características. Alcanzar la Etapa IV: CONSCIENTE, representa, en mi opinión personal, lo que
todo ser humano debe aspirar, como mínimo, en su proceso de desarrollo y
formación como persona: Llegar a ser
madura psicológicamente. Algo que desde luego no alcanzan la mayoría de los
individuos porque en el intento, y por muy diversas razones, se van quedando
por el camino, acorde con lo señalado por varios de los autores antes citados.
Las personas que alcanzan durante su desarrollo la personalidad consciente, han logrado,
sin duda, llegar a un elevado nivel de madurez psicológica, lo que representa
para sí mismas y para la sociedad, a personas de gran utilidad, valor y
responsabilidad. En especial, si nos circunscribimos al mundo de las empresas,
instituciones gubernamentales, a la política y a cualquier otro ámbito de
acción de los que existen para el bien y avance de la sociedad.
Para obtener el máximo provecho y beneficios de
estas personas maduras, el país, la sociedad en general, las empresas,
universidades, y todo tipo de instituciones y organizaciones, tienen que disponer de una cultura, un ambiente o clima, preparado para estimular y propiciar las
manifestaciones del mismo y éste es, al
menos en la actualidad, uno de los problemas y carencias más relevantes de la
sociedad española. Su impacto resulta hoy muy negativo: Abusos de poder,
corrupción, desconfianza, ausencia de valores éticos, de igualdad, engaño,
mentiras, impunidad, etc.
De lo señalado se derivan los hechos, acciones y
comportamientos indeseables que contemplamos todos los días. Son comportamientos
correspondientes, esencialmente, a las etapas de más baja madurez, las
personalidades: I.
Impulsiva, II. Autodefensiva-Oportunista,
y III. Conformista. Lo que predomina en las mismas son comportamientos
donde abunda: Abuso del poder, corrupción, mala gestión, fraudes, oportunismo,
engaños, mentiras, irresponsabilidad, la vida facil y otros, para intentar justificar lo injustificable. También
se observa: soberbia, desprecio, y un uso
desproporcionado del poder en beneficio propio o de “los míos”. Un claro ejemplo lo hemos
visto en el Parlamento, cada vez que el partido de gobierno pasa “la
aplanadora” con toda la oposición en su contra, debiendo recurrir a lo
excepcional, que ya se ha hecho habitual: “decisiones por Real Decreto”.
Estas y muchas otras formas de abuso de poder, como por ejemplo,
hacer que jueces sean culpables y los “supuestos reos” se puedan pasear
libremente, dando continuas muestras de su poder
personal: Los impunes, los intocables.
Aparentemente en el país la ciudadanía honesta, que se sacrifica y contribuye está llegando, como es lógico, al
hastío y a tomar conciencia de que el
país no puede seguir soportando tanta basura. La gran pregunta es ¿qué hacer?
Me ocuparé de ello en la próxima entrega del Blog.
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