miércoles, 18 de febrero de 2015

LA PARTICIPACIÓN EN EL DESARROLLO DE LA IDEOLOGÍA SOCIALINDI (Parte 8)



A la fecha llevo ocho post, jugando con esa especie de compromiso utópico que hice con los lectores, en relación a plantear algunas soluciones que nos puedan llevar a vivir en una sociedad más justa, ética, humana, verdaderamente democrática y que además, estimule y facilite el desarrollo del potencial de cada individuo para beneficio de todos.

Creo en el fondo, que el deterioro actual tiene mucho que ver con el predominio y las formas de aplicación de la Ideología Neoliberal. Aquello a lo que algunos reconocidos especialistas han denominado como “Capitalismo Salvaje” y otros “Capitalismo de Casino- especulativo”, por las nefastas consecuencias, y por la exagerada cuota de poder que, en consecuencia, ha ido adquiriendo desde hace ya bastantes años, el mundo de las finanzas: “El Gran Poder Económico” que gobierna países sin ganar elecciones.

En los citados post, me he venido refiriendo al proceso de cambio y mejora planificados, que he denominado: “Desarrollo de la Ideología y Cultura Socialindi”, que se enfoca en conseguir el desarrollo integral y la mayor felicidad para los individuos. Y en consecuencia, para la sociedad en su conjunto.

Al hablar de los cambios que considero necesarios, ni pretendo, ni estoy en condiciones de hablar de todos los que se requieren. Existen muchas áreas que por no conocerlas más o menos a fondo, no debo opinar. Apoyándome en mis limitados conocimientos, me he venido refiriendo a la importancia que, como instrumento de cambio social, se otorga a las cinco herramientas o instrumentos psicológicos  que existen para influir y modificar el comportamiento de otros.

Cambios de comportamiento imprescindibles si se desea modificar y mejorar cualquier ámbito de la sociedad: Su ideología, la cultura general, y la manera de ser y hacer, en general, las cosas. Solamente los humanos estamos en capacidad de hacerlo. Debemos por tanto asumir el riesgo y la responsabilidad de hacerlo bien y no construir algo no deseable que, en un sentido amplio, no sea bueno para todos. Sabemos que siempre han existido y existirán las normales y consabidas diferencias en cuanto, a los qué y cómo hacerlo, pero el fin último tiene que ser siempre:   
"lograr una sociedad más igualitaria, democrática, honesta y justa.

A ello se ha referido el economista francés Thomás Piketty en su libro ”El Capital en el siglo XXI” (2013), reconocido y ensalzado, por varios de los mejores economistas de la actualidad dados sus lúcidos planteamientos respecto al crecimiento de la desigualdad y los daños que la misma ha provocado en años recientes.

Desde mi punto de vista considero que, ante el objetivo de cambio para mejorar, lo mejor con que contamos al alcance de nuestras manos son, los Instrumentos y/o Herramientas que los humanos, en todos los ámbitos en que funcionamos, aplicamos. Como ya he explicado, los utilizamos en aquellos momentos en que queremos o debemos influir en la conducta o comportamiento de otros: Hijos, nietos, alumnos, amigos, en el trabajo, políticos, gobernantes, dirigentes, y en general, en cualquier ámbito en los que nos desenvolvemos a lo largo de nuestras vidas.

He venido insistiendo en su relevancia e impacto a la hora, de educar y formar la personalidad de nuestros hijos. He recalcado que son solamente cinco instrumentos psicológicos que deberíamos conocer muy bien para aplicarlos cuando necesitamos modelar y contribuir a formar su personalidad de manera sana. 

Es indescriptible, por lo amplio y fantástico, lo que estaríamos en capacidad de hacer si aprendiésemos realmente a utilizarlos de manera adecuada y de acuerdo con las diferentes situaciones y momentos de su desarrollo, y posteriormente, cuando sea necesario. A lo largo de nuestra vida, se cuentan por millones las ocasiones en que los aplicamos sin tener clara conciencia de ello. Y así nos va en muchas oportunidades.

 
Algo curioso pero de consecuencias para nada deseables es, que he podido comprobar que aún personas muy bien formadas y educadas, tales como: Padres a su vez profesores, graduados universitarios en muy diversas disciplinas, directivos de empresa a todos los niveles y muchos otros, a pesar de su educación y formación desconocen estos instrumentos y sin embargo, los utilizan continuamente sin estar conscientes de ello. Peor aún, sin tener  conciencia del impacto positivo o negativo que están causando en el otro, sea su: Hijo, alumno, colaborador, un ciudadano, etc.

De los cinco, los tres instrumentos que suelen ser algo más conocidos según mis experiencias con cientos de pequeños grupos, son los tres que ya he explicado: La Comunicación, el Modelo o Ejemplo, y el Refuerzo Selectivo; más conocido en su aplicación como Premio y Castigo. Lo que he comprobado es, que aunque sean capaces de reconocerlos y citarlos, usualmente carecen de  conciencia de cómo los están aplicando y del efecto que están generando en los demás. Solo en contadas ocasiones se tiene claridad de los mismos, y esto, con frecuencia, sucede a posteriori, al percibirse el efecto del impacto causado. Cuando ya no queda mucho que hacer para mejorar la situación.

Los dos instrumentos que aún me falta explicar, la Participación y… nunca han sido claramente mencionados, lo que demuestra su desconocimiento, y peor aún, la falta de conciencia cuando se aplican. Porque insisto, los aplicamos todos los días en los diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos.  

LA PARTICIPACIÓN

El cuarto instrumento a tomar muy en cuenta cuando se pretende influir y modificar positivamente el comportamiento de otros, es la Participación. La verdadera y real participación. De ahí, su importancia a la hora de ir a desarrollar la Ideología y Cultura Socialindi. O cualquier otra que se desee desarrollar e implantar de manera realmente democrática.



Diferentes investigaciones muestran que la motivación y disposición de un individuo o un grupo para actuar de cierta forma es mucho mayor, si se han discutido las ventajas y desventajas del posible cambio que se propone, y máxime, si los implicados tendrán un papel importante en el desarrollo del plan de acción con el cual se intentará lograr ese cambio, mejora, innovación, o simplemente, resolver una situación.

Es evidente que participar en las decisiones que pueden afectarle a uno, aumenta, por lo general, la motivación y satisfacción de los implicados. Hay excepciones que dependen, fundamentalmente, del nivel de madurez psicológica. Si ésta es baja, lo más común es, que se produzcan resistencias a la participación. La razón es, que produce y aumenta la usual inseguridad en personas con baja madurez psicológica.  

Se ha comprobado que aun cuando la decisión tomada en equipo no resulte tan buena como se deseaba, e inclusive, que no resuelva el problema, de todas formas el aumento de la satisfacción, la mejora del ánimo de quienes han participado y el nivel de compromiso alcanzado, ya son por si solas, ventajas suficientes para justificar la toma de decisiones participativa. 



"Es además, un instrumento muy valioso para producir sentimientos de valor personal  e incremento de la autoestima"

Lleva a las personas a la adopción de conductas más responsables, a la obtención de un grado más elevado de compromiso (engagement), lo que se traduce frecuentemente, en una mayor calidad y productividad en el trabajo, o en cualquier tipo de actividad. Estudios muestran que funciona de maravilla con niños y jóvenes.    

Se ha comprobado también, que es fundamental hoy día, cuando es necesario obtener elevada ejecución dentro de cualquier entorno productivo, y especialmente, cuando se requiere innovar, cambiar, para mejorar algo, o cuando se persigue la solución más apropiada de cualquier situación compleja, o de conflicto. 

Se trata de algo acerca de lo que últimamente, dados los efectos negativos de la crisis, se viene hablando mucho en nuestro país. Es necesario y oportuno cuando se desee y se requiera mejorar la calidad y la productividad.

Se completa en una próxima entrega.





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