Continúo destacando la importancia de las expectativas como instrumento para influir, modificar y conformar el comportamiento de otros, y así mismo, cómo utilizarlo bien. Todo ello, con objeto de que se pueda obtener un cambio o resultado positivo de cada intento de aplicación que hagamos. Evidentemente, si confiamos que alguien posee un potencial bueno sin basarnos en la realidad, existe un serio peligro de fallo, de fracaso, y surgirá en consecuencia, en esa persona, frustración.
Si esperamos que un
individuo haga más de lo que realmente puede o sabe hacer, estamos destinándolo
al fracaso, y cada vez que esto suceda, hará que confiemos menos en él, al
mismo tiempo, que él irá perdiendo la confianza en sí mismo. Al actuar así, lo
que se ha hecho ha sido, darle una serie de refuerzos selectivos negativos
que podrán disminuir de manera muy significativa la calidad de su trabajo y su rendimiento
general en la tarea o actividad que deba ejecutar. Actuando de esta forma
podemos llevarlo, sin ser lo que deseamos, a un grado inferior de actuación y
rendimiento de acuerdo con su verdadero potencial. Este aspecto es aplicable a
individuos de cualquier edad y momento del desarrollo humano, desde niños hasta
adultos. Es necesario por lo mismo, tener mucho cuidado.
Por otra parte, si esperamos
menos de lo que un individuo – niño, joven o adulto- puede verdaderamente dar de
sí y realizar, no se sentirá forzado y menos aún, motivado y estimulado a
rendir a su máximo, por lo que se desperdiciará gran parte de su verdadera
potencialidad, capacidad y talento. Lamentablemente, esto sucede con demasiada frecuencia
en ámbitos muy distintos, y depende casi totalmente del: Jefe, líder, de los padres,
maestros, profesores u otros, y poco de la persona que se verá afectada.
CÓMO OBTENER EL MÁXIMO DE LAS PERSONAS
Para obtener el máximo
de eficacia y rendimiento de las personas, y esto es aplicable casi a cualquier
edad, hay que:
1. Conocer sus capacidades reales. Es necesario estimularlas,
exigirles que se esfuercen, y mostrarles que creemos en ellas.
2. Conocer las dificultades de las responsabilidades o
tareas que se les encomiendan, con la finalidad de no sobrepasar sus
capacidades y competencias reales.
3. Tomar conciencia de las
expectativas que realmente tiene uno, y de las que les trasmitimos, en relación
a cómo percibimos sus posibilidades de éxito. Además, estar conscientes del impacto
positivo o negativo que les podemos generar, según el tipo de asignaciones de
tares y responsabilidades que les hagamos.
En otras palabras, la
expectativa tiene que basarse en la realidad de la situación. Una
expectativa bien manejada proporciona a la persona, el máximo de posibilidades
para que pueda alcanzar el mejor rendimiento y el mayor éxito posible, en esa
situación. En manos de excelentes entrenadores y coach, vemos como el uso adecuado de las expectativas ha llevado a
algunos a alcanzar resultados únicos – records
mundiales - y a superarse continuamente. Lo que demuestra el gran potencial
motivador de las expectativas, cuando se gestionan y se aplican bien.
EXPECTATIVAS Y NUESTRA REALIDAD ACTUAL
Tengo la percepción de
que actualmente, debido a que en el país se vive un año con varias elecciones,
el actual gobierno, después de haber ganado el poder en 2011, transmitiéndonos
una serie de expectativas de futuro muy positivas, para que muchos
ciudadanos les votaran y ganar así las elecciones, sin embargo, al
comenzar a gobernar se dedicó a hacer todo lo contrario. Realizó gran
cantidad de promesas que sabía de antemano que no iba a poder cumplir dada la
crítica situación imperante en el país y en Europa, generada por la
Crisis-Estafa.
Fue un claro ejemplo
de creación y difusión de expectativas falsas. Fenómeno que provocó en
la población un impacto y reacciones en el tiempo, muy dañinas para una gran
mayoría. Resultado de ello, han perdido casi totalmente la credibilidad, hoy la
mayoría ya no les cree.
A pesar de ello están, ante
el nuevo período electoral de 2015, repitiendo
la misma estrategia intentando convencer a los ciudadanos de que “la crisis ya es historia”. Y aunque esto
comienza a ser verdad en el ámbito macroeconómico, lo es algo o muy poco en la
vida diaria. Por los momentos resulta una gran mentira a nivel de ciudadanos y de la
microeconomía. Lo de siempre, solo se benefician por ahora los más ricos,
las grandes empresas y aquello que depende de la macroeconomía.
¿Cuál considero yo el
problema? Que llevan ya tres años y medio gobernando y continúan con “el juego de echar la culpa a los otros”, bombardeándonos
con falsas expectativas y significativas mentiras. Parece que ellos se
consideran perfectos y no son capaces de asumir ninguna responsabilidad por lo
acontecido.
En este preciso instante,
mientras estoy escribiendo, el ministro de economía aporta un claro ejemplo de
lo citado antes. Acaba de señalar en la TV que, “en la próxima legislatura van a bajar el paro tal como lo anunció el
presidente de Telefónica al 8%”, afirmando sin pudor que, “posiblemente, hasta más bajo”.
Unos minutos después en
el mismo noticiero, el presidente del país, afirma: “no se puede prometer lo que no
se puede cumplir por que causa frustración”. Sin embargo, no se cansan
de hacerlo. Es verdaderamente increíble, inaudito. Se creen tan superiores, son
tan soberbios, que los demás debemos parecerles tontos. De no ser así, no actuarían tal como lo hacen
inventándose mentiras y creando falsas expectativas todos los días.
Lo que nos espera en
materia de falsas expectativas a lo
largo de este año electoral, ratificará con toda claridad, porqué
la gran mayoría de los ciudadanos ya no les creen, y por qué surgen
nuevos partidos que nunca han gobernado aún, y que sin duda, van a cambiar el
entorno político con apoyo de ciudadanos hastiados de tanto engaño y corrupción.
No sé si serán capaces o no, o si al final, serán más de lo mismo, aunque por
ahora la impresión que tengo es, que será muy diferente. Claro, si los dejan
gobernar. Ya se está jugando con expectativas dirigidas a meter miedo a los
ciudadanos. Es vergonzoso ver a ciertos importantes dirigentes hacerlo
descaradamente.
Da la impresión de que
el bipartidismo va a desaparecer, al menos por un largo tiempo. Esas
expectativas falsas, no realizables, sólo producen gran malestar en la
ciudadanía, de ahí que se desee un cambio real. Por ello vengo hablando
de la necesidad de desarrollar una ideología diferente, la Ideología y Cultura Socialindi; que se basa en diferentes
principios, comportamientos, valores, y en una ética poderosa cimentada en
comportamientos maduros psicológicamente y en verdadera transparencia; algo
que exige poseer elevada madurez personal. Creo que por eso, carecemos en
general en el país de ella.
Continúa en el siguiente Post: Expectativas III y
Motivación
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