jueves, 14 de julio de 2016

JUEGOS Y APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL



Juegos y aprendizaje

Con el anterior post finalicé la serie dedicada a: ELECCIONES Y POLÍTICOS. Vuelvo a mi campo habitual, al mundo de las empresas y todo tipo de organizaciones productivas y de calidad.

En pasados post (Ver 11 y 26 de Mayo; 8 y 18 de Junio; 1 de Julio 2015), dediqué un espacio importante a hablar de métodos de aprendizaje basados en experiencias. O lo que es lo mismo, basados en la realización de actividades prácticas que se ejecutan dentro de ciertas normas con máxima libertad, lo que permite a las personas actuar, en general, tal como son, sienten y piensan.

Reafirmaba así, la importancia y valor que doy a este tipo de metodologías, en especial, cuando el objetivo final es adquirir un aprendizaje superior al habitual, que se sueleintentar  alcanzar mediante cursos con clases “tipo conferencia”. En estos últimos, los alumnos, sean: Niños, jóvenes o adultos, permanecen fundamentalmente pasivos, “escuchando al experto profesor dictando clase”. Dicho de otra forma, impartiendo información con la esperanza de ser atendido, comprendido y escuchado. Algo que no suele suceder, tal como el profesor lo espera y desea.

En 1969 tuve mi primera experiencia de aprendizaje con el tipo de metodologías que utilizan juegos, al asistir como participante en un “Laboratorio de Desarrollo Organizacional” realizado y facilitado por especialistas del NTL Institute for Behavioaral Science, Maine, USA,  de donde proviene la metodología. Desde esa oportunidad y durante el resto de mi vida profesional, las he utilizado,  hasta el día de hoy.  En la actualidad, es impresionante la variedad de “juegos” que han sido creados y desarrollados para facilitar el aprendizaje de casi cualquier disciplina o temática.

Estas metodologías vivenciales, experienciales, cuya base es la participación activa del alumno o aprendiz, emplean diversos recursos para facilitar el que las personas alcancen niveles elevados de aprendizaje y retención. La herramienta clave suelen ser juegos, simulaciones, y diversos tipos de ejercicios. Al “jugar” las personas vivencian y manifiestan: Conceptos, razonamientos, ideas,  intereses,  deseos, emociones, sentimientos y desarrollan  conductas, comportamientos, que les permiten alcanzar un grado de implicación que  no es posible  alcanzar de ninguna forma con métodos tradicionales de aprendizaje.



Para realizar, dar vitalidad y energía a las diferentes experiencias, en el proceso de enseñanza-aprendizaje se utiliza una ingente cantidad de recursos y materiales, como son por ejemplo: Tacos, legos, juegos mecánicos de armar, cartulinas de diversos tamaños y colores, rompecabezas, diferentes tipos de casos, dibujos, collages, disfraces, materiales diversos de construcción, actividades físicas, una gran variedad de juegos y ejercicios de simulación para aprender por ejemplo: Toma de decisiones, lograr acuerdos, solucionar conflictos, planificar, juegos de roles, feedback, juegos creativos, desarrollar competencias de liderazgo, negociación, colaboración, competencia y otras actividades más, usuales en el mundo de las personas en general, y dentro de diferentes ámbitos y escenarios. Hoy día es muy común el  uso de ordenadores, tablets y otros recursos tecnológicos más.

Lo esencial de este tipo de metodologías es, que al final de la vivencia-experiencia-juego-ejercicio, quien está actuando como: Guía, facilitador, agente de cambio, coach, profesor u otros, sepa muy bien cómo “hacer el análisis  y procesamiento de la actividad”, y conseguir que surjan y broten los diversos, variados y ricos tipos de aprendizaje que es posible obtener, provenientes del análisis, observación y reflexión de cada persona con apoyo y guía del facilitador o coach.

Es fundamental comprender que no se trata de meros juegos, de simplemente jugar, se trata de la utilización de una gran variedad de recursos: “juegos, ejercicios y aplicaciones”, que producen en las personas procesos de reflexión, análisis, emociones diversas y otros, todas fundamentales para conseguir un rico, variado y  más importante, ameno proceso de aprendizaje.  La gran diferencia está, en la  forma cómo se ha llevado a cabo. “Jugando”, no se suelen producir las resistencias, conflictos y otros, que sería muy complejo explorar, estudiar y obtener de ellos  aprendizajes en otras circunstancias. Distinto es, cuando son consecuencia de comportamientos y hechos reales. Hoy tienen además, una relevante aplicación en “Actividades de Selección de Personal”.

Esto sin embargo, no quiere decir que no se produzcan, a veces, algunos comportamientos “indeseables”, “no adecuados a la situación”, tal como ocurre habitualmente entre personas incluso muy amigas, cuando juegan: competencia, lucha, no aceptación del resultado, discusiones, peleas, y otros frecuentes y comunes que aparecen también en los procesos vivenciales. De ahí, insisto de nuevo, la importancia, profesionalismo y calidad, requerida por quienes se atreven con estos tipos de metodologías. No suelen ser tan fáciles de utilizar bien y requieren de muy buena capacitación para ello, por parte de: maestros, profesores, facilitadores, u otros.

Es especialmente esencial no cerrar”, detener una actividad hasta que las emociones y sentimientos manifestados  y/o percibidos hayan sido suficientemente trabajados. Esto evitará resentimientos posteriores. El papel del guía o facilitador del proceso es esencial para conseguir los aprendizajes positivos de cada experiencia. Si no hay un excelente procesamiento al final de cada experiencia y no se consigue el ¡¡¡AJA!!!, el que las personas tomen conciencia, se habrá perdido el tiempo.

Estas técnicas, se han venido utilizando, al menos en el mundo de las empresas y en el campo de la educación en USA, desde finales de los años sesenta. Por eso me ha sorprendido que sea ahora, hace apenas días, cuando en un medio especializado del mundo de los negocios, se menciona la aplicación y utilización de juegos, como “algo novedoso” en las empresas.

Han pasado más de 45 años y aún nos resistimos en nuestro país,  a aplicar estas técnicas, que tal como se afirma en el artículo citado, se ha comprobado que permiten aumentar la motivación, implicación, calidad  del personal y mucho más. Se afirma que “la aplicación de los juegos es una tendencia en alza”. Personalmente considero que ya va siendo hora de que nos pongamos al día. Y no, tal como siempre ocurre en nuestro país con estas técnicas y herramientas innovadoras, que se hace con un retaso de muchos años.



En el artículo citado “Empleados con permiso para Jugar” (Negocios –El País, 27 de Marzo), se mencionan unas palabras de Fernando Botella, presidente de Think & Action, quien afirma “Jugar es la forma de aprendizaje más rápida y con mayores niveles de anclaje y transferencia al día a día que tiene el ser humano. El juego nos permite entrar en territorios por los que normalmente no transitamos, en él, se produce una simulación de la realidad que nos saca de la normalidad y eso hace que nuestra mente se abra”. 

Citan otra especialista, Pilar Jericó, quien  señala “Cuando estamos jugando se activa en nuestro cerebro el circuito de la recompensa y desaparece el miedo. Se despierta nuestra curiosidad, disfrutamos y eso nos permite conectar con nuestras pasiones”. Estoy plenamente de acuerdo con estas dos manifestaciones. Lo que me molesta es que, aun cuando estas actividades facilitan el desarrollo del potencial y del talento de las personas, lo que tiene un efecto directo y positivo en la productividad y en la calidad, siempre surge y existe una gran resistencia por parte de dirigentes de las  empresas y demás organizaciones.  

Claro así estamos. Siempre con baja productividad porque no se ataca el problema como se debe.




  

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