Dentro de los cinco instrumentos para influir
positivamente en otros, se encuentra el Modelo-Ejemplo. Representa otra
forma de comunicar, usualmente, muy poderosa. Es decir, si queremos que alguien
se comporte de cierta forma debemos, además de comunicárselo, convertirnos en “modelo o ejemplo de la conducta que se
desea obtener”, o mostrarle el modelo a seguir. Es bien sabido que los
niños pequeños imitan la conducta, habla, gestos y expresiones de sus padres
y/o, de parientes muy cercanos.
Las expresiones
familiares y del lenguaje, están íntimamente ligadas con el medio en el cual
surgieron y se aplican. Debido a ello, es perfectamente posible señalar el área
de origen de una persona simplemente oyéndola hablar. Y todo es aprendizaje por imitación, siguiendo el
o los diferentes modelos recibidos en esos primeros años. Los sordos, por lo
general son mudos, porque al no oír, no pueden repetir los sonidos que
identifican a cada palabra. Se requiere de un trabajo posterior muy
especializado para conseguir que lleguen a hablar.
En la imagen se ratifica
lo que señalamos en el anterior post, en cuanto al poder para influir de la
comunicación, versus el ejemplo o modelo. Es obvio que combinando ambas, el
mensaje se hace mucho más poderoso para lograr un cambio.
En situaciones de
trabajo, se ha comprobado que los colaboradores copian hábitos de trabajo de
sus jefes. De ahí el señalamiento de: “Si deseas que tu personal llegue
puntualmente al trabajo, hazlo así tú mismo”.
Así como la comunicación
puede fallar como instrumento para influir, el modelaje per se, tiene también
sus limitaciones. Es probable que el superior inmediato no sea el modelo que
siga el colaborador. Puede ser también, que éste último, sea influido más, por
otra persona que vaya en dirección opuesta a lo deseado por el jefe.
Puede ocurrir también,
que el modelo no sea siempre consistente
en lo que hace, y en cómo lo ejecuta. Posiblemente un jefe, crea que siempre
llega a tiempo por las mañanas, aunque haya muchos días que no es así. El jefe,
seguirá pensando que es una persona puntual. Lo mismo ocurre con frecuencia, a
la hora de asistir a reuniones. También es probable, que el empleado esté
tomando en consideración los días que su jefe llega tarde, sin tomar en cuenta
los que está a tiempo. Puede así mismo suceder que preste mayor atención a
otros aspectos de la personalidad de su jefe y no, a aquellos en los que éste pretende ser imitado.
Por otra parte, la
percepción y concepto que tenga el colaborador sobre la conducta en cuanto a:
qué es deseable y qué no lo es, puede diferir de la idea que tenga su jefe, de
ahí la importancia de comunicar y dar el ejemplo congruente.
Padres, familiares
cercanos, maestros, profesores, jefes, y todos aquellos que pretendan influir
sobre la conducta de otros mediante el modelaje, deben prestar mucha atención a
las siguientes tres situaciones.
1- La
consistencia de su propia actuación, con respecto al factor o aspecto que busca
sea imitado.
2- La
posibilidad de que el otro no atienda al aspecto de conducta o al factor que a
él le interesa que sea emulado.
3- El
hecho de que puedan no dar el mismo valor a una cierta forma de conducta, de la
que le otorga quien desea influirlo.
Estamos tan convencidos
de los diferentes efectos que puede tener nuestro ejemplo sobre la conducta de
otros que se suele decir: “Haz lo que digo, no lo que hago”.
Los lectores tomaréis
conciencia de que a pesar de que Einstein fue, sin duda, un gran sabio, se
quedó corto a la hora de afirmar lo que dice en la imagen. Nadie pone en duda el
fantástico poder del modelaje a la hora de influir en otros y muy especialmente
en niños en sus etapas de desarrollo inicial, pero ya hemos señalado que son cinco los instrumentos a aplicar consistente
y congruentemente. Tendréis la oportunidad de verlo con mayor claridad una vez
que publique los siguientes tres post.
Diferentes estudios
demuestran que, a veces, existen discrepancias entre lo que comunicamos
verbalmente, respecto a la conducta que deseamos obtener y la conducta real que sirve como modelo.
Estas discrepancias disminuyen invariablemente las posibilidades de lograr el
efecto deseado.
Los niños en los
primeros meses y años, aprenden fundamentalmente por imitación, razón por la
que es clave: Darles mucho afecto, hablarles bien y claro no repitiendo su
habla, cuidar lo que se dice y cómo se dice, tener con ellos mucho contacto
físico cariñoso, y muchos otros aspectos esenciales. En los primeros meses de
vida, es casi la única forma de transmitir y comunicar: cariño, afecto, dar seguridad,
amor, protección, comprensión y otros, esenciales para un desarrollo sano y fluido.
Volviendo al
ambiente de la familia cercana al niño, cabe preguntarse: ¿Quiénes son, y qué tipo de mensajes transmiten con
sus comportamientos los modelos que perciben y por tanto influyen en nuestros
hijos? ¿Son excelentes atletas, futbolistas, sus padres, un cantante de moda,
investigadores importantes, o algunos de los héroes guerreros de casi todos los
juegos de ordenador que matan y destruyen todo lo que se les atraviesa. O son modelos que actúan acorde con los valores y
comportamientos que hemos señalado como
pertenecientes a la ideología y cultura Socialindi? (Ver post del 22-12-2014 y
subsiguientes) ¿Cuál es la realidad de
vuestros hijos?
Dar respuesta
verdadera a esta pregunta es esencial, con la finalidad de evitar que sean impactados
por modelos no deseables.
Recomiendo ver en
YouTube
el video identificado como: “Bandura y
la teoría del aprendizaje social. Experimento del muñeco bobo”. https://www.youtube.com/watch?v=zVynCNGxYmUhttps://www.youtube.com/watch?v=zVynCNGxYmU. Aunque antiguo, permite ver algunos experimentos,
de los muchos realizados por el Doctor Albert Bandura, con relación al efecto de los modelos en los niños.
Les obligara a reflexionar y a decidir si algo debe cambiar.
1 comentario:
Esta entrega de tu blog, es muy muy buena. Te felicito. Luis
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