Culminé el último post indicando: “Con
estos dos post doy por concluido este tema, que a mi modo de ver es mucho más
profundo, relevante y complicado, por las cientos de variables presentes. Deseo y ojalá así sea, el domingo 1º de Octubre
resulte pacífico, constructivo para todos y podamos iniciar un tiempo de
conciliación entre personas y personalidades maduras sicológicamente”.
Como es sabido por todos, mis buenos
deseos y esperanzas, de que por fin, individuos con personalidades maduras
sicológicamente entraran en el peligroso “juego” del conflicto Cataluña-España,
no es lo que ha ocurrido. Continúa y todo va a peor.
Lamentablemente, a fecha de hoy se
suceden muchos de los daños, que a nivel de: personas, grupos, empresas,
economía, turismo, política y otros se vienen produciendo. Da la impresión de
que no importan en lo más mínimo, a los que ya se percibe como “fanáticos
independentistas”. Es increíble. Todo ello, sin que esos males provoquen la más mínima
intención de producir, realizar un cambio y evitar tanto daño.
Siempre los conflictos, especialmente al
ir continuamente escalando, están impelidos por fuertes sentimientos, emociones
y pasiones, con frecuencia muy profundas, tal como se han podido percibir y
comprobar en este conflicto. Considero que es imposible gestionarlo peor. Da la
impresión de que no existe, aunque parezca una locura, verdadero interés por
resolverlo, en ninguna de las dos partes. De ahí, hasta donde ha escalado ya, y
lo que aún le falta.
Por una parte se observan
comportamientos fanáticos, que al contemplarlos con atención, reflejan según ya
plantee, comportamientos habituales y normales, solo en personas de muy baja
madurez psicológica: Trampas, engaños continuos, mentiras, agresiones verbales,
impulsividad, oportunismo, comportamientos autodefensivos, manipulación de
hechos, auto-protección, odio soterrado y manifiesto, etc.
Por la otra parte, sucede otro tanto:
Trampas, engaño, desprecio, falta de interés por resolver la situación, falta
de iniciativa, manipulación, odio, soberbia, “que los parta un rayo”, y muchos
otros. Es obvio que así no hay solución posible.
Mientras tanto, los costes de índole social,
económica, política, familiar, personal y otros, aumentan en progresión
geométrica.
POSIBLE SOLUCIÓN…
La adecuada gestión, mediación y resolución de
conflictos, requiere disponer
y desarrollar capacidades como:
- Saber escuchar y comunicarse eficazmente.
Algo que ni siquiera se ha intentado.
- Ser empáticos, comprender realmente al otro y
poder sentir como él. Algo que desde hace algún tiempo parece un imposible en
el conflicto que nos preocupa. No ha habido el más mínimo rasgo manifiesto.
- Identificar
con precisión las posibles diferencias, percepciones y su impacto. No se ha
dado ningún paso en esta dirección.
- Identificar las
expectativas reales y los deseos de los implicados en la controversia. Se
desconocen, y da la impresión de que no interesan a nadie.
- Identificar
intereses y necesidades. Se manifiestan completamente dispares.
- Encontrar
semejanzas, territorio común sobre el que cimentar posibles acuerdos. Da la
impresión de que no se ha intentado en lo más mínimo por las partes en
conflicto. No se percibe una real y verdadera preocupación.
-
Identificar objetivos comunes que satisfagan a las partes y resolver
así, el conflicto. Tampoco, para nada. Obviamente los objetivos lucen tan
dispares que es imposible ver la solución ante la ceguera de unos y la desidia
de los otros.
Es esencial durante la gestión del conflicto y la
confrontación real, desarrollar con eficacia las siguientes condiciones; que no están presentes
en lo más mínimo.
1.- Crear un
clima de confianza y respeto mutuo entre las partes. La falta de estas dos condiciones dificulta
ostensiblemente la posible solución.
2.- Indagar, conocer, comprobar, aclarar y cerrar
puntos críticos.
3.- Escuchar
activamente lo que se dice y lo que no se dice. Comprender el lenguaje
corporal y la mímica facial. Analizar el lenguaje subliminal.
4.- Desarrollar
un clima de empatía. Esforzarse por comprender y sentir como las otras partes implicadas, con la finalidad de
entender realmente su posición.
5.- Comprender
con claridad el problema desde la perspectiva de cada uno.
Con todos los elementos señalados, es obvio que no hay
el mínimo deseo de una solución creativa, positiva. Lo que existe es “Conflicto abierto: Guerra a muerte”.
PROCESO DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Ya he comentado que todo conflicto se
inicia siempre, en una primera fase denominada de DIFERENCIAS:
Discrepancias, desacuerdos, distintas percepciones, puntos de vista dispares, comunicaciones
deficientes, intereses y necesidades distintas, no escucharse
y varios otros.
Mientras el conflicto está dentro del ámbito de diferencias,
es relativamente fácil y poco costoso, desde todo punto de vista, resolver la situación.
Pero ya señalé: el conflicto siempre tiende a escalar, a ir en aumento si
no se resuelve a tiempo.
La fase de
CONFLICTO significa que: Hemos desperdiciado muchas oportunidades de
resolución. Para llegar a este nivel, las partes implicadas se han molestado,
enfadado, discutido, se han hecho daño, se han agredido física o
psicológicamente, y se suelen sentir mal mutuamente. Resolver en esta fase el
conflicto es algo más difícil, por el deterioro que ha venido sufriendo la
relación. Para solucionarlo, se requiere de muy buena disposición para ello, de
las partes en pugna.
Si no se resuelve y han continuado sucediéndose eventos
dolorosos entre las partes, se alcanza el tercer nivel de conflicto: CONFLICTO
ABIERTO. Se trata de “guerra a
muerte”. Las partes contrincantes no se hablan, se odian, se hacen todo el
daño entre sí que han podido. Lo más grave es que, en sus peleas han
implicado a otras personas, grupos, organizaciones y otros, lo que hace
que sean mucho peores las consecuencias.
En el caso de conflictos
o conflictos abiertos en empresas y
organizaciones, con frecuencia se ven implicados otros departamentos. Cuando
los conflictos son entre responsables de departamentos, lo más común es, ver
que los seguidores están con sus jefes; de tal manera que, lo que se inició
como diferencias, posterior conflicto, y ahora la “guerra a muerte”, ya no
sucede entre dos personas, se ha ido generalizando y es entre
departamentos.
Llegar a este punto ha generado unos costes
ocultos inconmensurables para la empresa; y todo, por no haberlo
gestionado cuando surgieron y se percibieron las primeras diferencias, en su
fase inicial. Aparte de los costes de toda índole, se ha deteriorado el clima
de trabajo, y la eficiencia y productividad han bajado sensiblemente.
DESDE UN
ENFOQUE MACRO
En el ámbito mundial son innumerables los conflictos que existen de
ambos signos; dentro de un país y entre países. Unos, aquellos de los
que se hace una gestión positiva, contribuyen al desarrollo, la innovación, la
mejora, el cambio, la grandeza de países y sociedades. Muchos otros, son
altamente destructivos, y terminan en
luchas y guerras entre diferentes grupos por cuestiones: Étnicas,
ideología política, religiosa, sexo, materias primas valiosas, detentar poder, u otras razones.
Estas
características analizadas desde un punto de vista macro, nos permiten ver que
se trata de los conflictos más destructivos y difíciles de resolver. Dan origen
a fanatismos ciegos y a fundamentalismos que no atienden a razones, excepto que
el máximo dirigente o representante, desee realmente modificar el curso de los
acontecimientos. Con frecuencia en el caso de componentes religiosos, por estar
siempre relacionados con la “Divinidad”, resultan muy difíciles de resolver,
por falta de apertura y disposición a cambiar los dogmas.
Centrándonos
en nuestro país vemos, los daños y perjuicios a los que estamos
sometidos a causa de diversos tipos de conflictos que están en activo.
Considero que, o no se están gestionando, lo que sucede con algunos, o se está
haciendo, en general, muy mal, lo que está produciendo resultados dolorosos y
muy negativos.
Quiero
finalizar este complejo tema con un dicho que encaja perfectamente en la
situación del conflicto actual Cataluña-España. Me refiero a: “No hay mal que
dure 100 años, ni cuerpo que lo resista”. Lo que deseo significar es que en
algún momento y después de mucho daño entre las partes, el conflicto quedará
resuelto. Doloroso y lamentable pero “es lo que hay”. El tiempo lo va
arreglando todo.
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