En el anterior post comenté que, con
la finalidad de dar objetividad y validez a lo allí señalado en relación con el
comportamiento de algunos políticos durante la agresiva y desagradable, a
ratos, campaña para las elecciones nacionales, iba a utilizar como base de
apoyo, un modelo científicamente probado,
que explicará de manera clara y comprensible, algo tan complejo como es el desarrollo
y formación de Yo y/o de la Personalidad en los humanos.
Aplico como respaldo y fundamentación
de los planteamientos hechos, un modelo comprensible que he utilizado en otras
situaciones donde el cambio de comportamiento era clave para conseguir mejoras
en algunas organizaciones. Se trata del elaborado por la psicóloga
investigadora Jane Loevinger, desarrollado después de trabajar en otras
universidades, en su estadía fructífera de trabajo, investigación y docencia,
que realizó en la Universidad de Berkeley, USA.
Comenté que utilizaré este modelo, por
la relativa facilidad de aplicación
que brinda, debido a que las características y atributos correspondientes al
conocimiento de cada etapa del desarrollo están descritos sobre la base de: conductas y comportamientos humanos observables, visibles, que nos permiten
comprender cuales son los rasgos, características, y comportamientos, que se manifiestan
y se pueden observar en cada etapa desarrollo del Yo y de la Personalidad
humana”.
Conocer el detalle del modelo permitirá,
a los lectores, comprobar lo que afirmé en ese post cuando señalé: “la mayor parte de las conductas y
comportamientos mencionados, se corresponden con conductas, actuaciones y
comportamientos propios de personas que poseen baja madurez psicológica”.
O lo que es lo mismo, que actúan de manera inmadura.
Veamos las etapas que conforman el
“Modelo de Desarrollo del Yo”, de Loevinger. Lo que expondré, incorpora para su
mejor uso, las adaptaciones al mundo de las organizaciones realizadas por H. Lasker
y V. Pinedo.
ETAPAS DEL DESARROLLO DEL YO:
LOEVINGER
I.- Personalidad
Impulsiva
II.- Autodefensiva-
Oportunista
III.- Conformista
IV.- Darse cuenta
V.- Consciente
VI.- Individualista
VII.- Autónoma
VIII. Integrada
Es
fundamental comprender que cada una de las etapas enumeradas, representa
un momento en el tiempo y en el espacio, durante el desarrollo de cualquier
persona, y refleja el lapso en el cual un individuo se ha
“detenido” en su proceso de desarrollo. Es esencial entender igualmente que, “cada etapa refleja el modo en que una persona percibe el mundo, y con base en ello, cómo afronta, brega y batalla con él mismo a fin de, en primer
término, lograr su supervivencia, y en
segundo cómo alcanza su desarrollo y superación”. Así lo muestra Loevinger y
colaboradores.
Las
diferencias de rasgos, atributos, cualidades y comportamientos que se especifican,
corresponden a personas que se encuentran en las diferentes etapas, y son el
reflejo de diferencias en las funciones humanas. Se habla así de:
1) Diferencias Cognitivas:
Cómo las personas razonan, piensan, conocen, aprenden y comprenden cualquier
situación.
2) Diferencias de Proceso:
Cómo los individuos expresan sus emociones. Cómo se relacionan unos con otros.
Cómo se produce el desarrollo del carácter y de las interrelaciones.
3) Diferencias de Sistemas:
Cómo funcionan las personas, cómo hacen frente a su realidad, cómo se comportan.
También, cómo mantienen un concepto integrado de su propio ser y de sus
preocupaciones fundamentales. Sus modos de acción y otros.
Cada etapa
se caracteriza por distintas preocupaciones emocionales, diferentes estilos
cognitivos y diversas maneras de relacionarse con otros. Se afrontan los
problemas y situaciones que produce el contacto con el mundo, en un intento por
entenderlo, y por bregar con el mismo de forma efectiva, lo que origina
diferentes reacciones y comportamientos según la etapa.
Muestran
así mismo, actitudes diferentes con relación al trabajo, las relaciones, las
diversas expectativas personales, los niveles de compromiso y muchos otros, lo
que condiciona las respuestas a su entorno en general.
Para
nosotros, ha sido principalmente, el aspecto de impacto en la empresa u organización, el que nos llevó a estudiar y
aplicar este modelo. El mismo, nos ha brindado siempre un panorama y una
perspectiva más clara que ningún otro a la hora de comprender al individuo y su
comportamiento en general, y en especial, en el ámbito del trabajo.
Descripción
de las Etapas
Compartiré
las descripciones de características, conductas y comportamientos que
caracterizan a las primeras etapas, que son las que determinan baja
madurez. Son las que tienen que ver con el contenido general del
anterior post, y las aportaré como soporte para que cada lector, las analice con
la objetividad máxima que pueda. Sugiero que validen como coinciden los
comportamientos de los políticos, con las descripciones aportadas por Loevinger
para tipificar conductas y comportamientos de baja madurez.
Para facilitar
la comprensión y establecer la relación y paralelismo, ampliaré, con
explicaciones que adiciono, las descripciones que caracterizan el modelo,
complementándolas. Lo que comentaré, solo puedo calificarlo como aterrador e
inconveniente para el avance y progreso del país, en lo relativo a democracia,
y a efecto de alcanzar un verdadero avance para la sociedad.
I.- Primera etapa: PERSONALIDAD
IMPULSIVA
El tipo de
personalidad que describe es muy “básica, primitiva, limitada”, pero esencial,
clave, como etapa dentro de lo que es el proceso
de desarrollo y madurez del ser humano. Rasgos, características y
comportamientos usuales de la primera etapa. (En negrita descripción de Loevinger)
· Una acción es mala sólo si es
sancionada. Es casi imposible imaginar más
inmadurez que este tipo de comportamiento. Si no se los detecta, si no se los
agarra “in fraganti”, no pasa nada. “Patente de corso” para todo tipo de marramucias,
trácalas, trampas.
·
Perciben el castigo como una venganza
de otros. Claro, lógicamente. La “Moción de censura”,
fue una venganza. El PP, no había mal gestionado, ni cometido ningún delito de
corrupción como para merecerse esa acción. “Fue exclusivamente una venganza del
PSOE y del resto de la oposición”.
·
No hay reconocimiento ni aceptación de
normas. Por tanto, consideran que tienen “patente de
corso” para hacer lo que quieran, como quieran, para engañarnos, mentirnos continuamente,
hacer promesas que saben que no cumplirán y otras. Nada les limita.
·
Las relaciones interpersonales son de
explotación y/o dependencia. Los ciudadanos
existimos para votarles, creer lo que nos prometen, no para exigirles. Manejan
a sus electores como propios, exclusivos. Estamos para que se beneficien en
todo lo que les es posible, de sus acólitos y otros que los apoyan.
·
Ven a los demás sobre la base de lo
que puedan darle; como “fuentes de suministro que hay que aprovechar”.
Buscan como obtener el mayor provecho de sus seguidores, a los que mienten y
engañan continuamente. En el fondo sienten y piensan que estamos aquí para su
beneficio y lo saben aprovechar muy hábilmente.
·
Tienden a clasificar a los demás como
buenos o malos. O estás conmigo o estás en mi contra.
No hay para ellos, medias tintas. Los pertenecientes a otros partidos son
siempre “el enemigo” a abatir. Con frecuencia este rasgo es llevado a límites
peligrosos.
·
Muestran preocupación por impulsos del
cuerpo: sexo y agresión. Suelen ser
personas bastante hostiles, impulsivas, agresivas y duras con los opositores y
con todo el que no piensa o actúa como ellos quieren.
·
Están orientados exclusivamente al
presente, no hacia el futuro. Son personas tan
inmaduras que son incapaces de tener una clara visión de futuro, y menos de
largo plazo. Son cortoplacistas en casi todo. “lo quiero ya”, me pertenece. Son
inmediatistas.
·
Son comunes en ellos las ideas
supersticiosas. Las ideas supersticiosas son un rasgo
muy fuerte de la “inseguridad” producida por la baja madurez. Bueno… hemos
llegado a condecorar “esculturas que representan vírgenes” y a encomendarles el
éxito gubernamental del país.
·
Son comunes arranques temperamentales,
rabietas. Se trata de personas apasionadas,
ardorosas, fanáticas, sectarias. Cuando pierden unas elecciones siempre les dan
de alguna forma la vuelta a los resultados. Siempre ganan, es algo increíble
como tergiversan la realidad para no sentirse perdedores.
Existen cientos
de hechos más, que son claro ejemplo de estos comportamientos caracterizados
como inmaduros, pero lamentablemente cotidianos en nuestra clase política. Lógicamente,
como en todo, existen notables y contadas excepciones.
Es clave aclarar
que estos
comportamientos caracterizan a infantes quizás entre 0 y 5-6 años. Son
parte normal del proceso de desarrollo de la personalidad y del aprendizaje
humano. Cuando están presentes en adultos, se debe usualmente a que, por
diferentes conflictos, traumas vividos y sufridos, esas personas no han logrado
superar de modo adecuado, fluido, los “retos”, “crisis” (Sullivan), que es
necesario superar en esta fase, con el fin de estar en capacidad de continuar
su desarrollo estándar y fluido, hacia la siguiente etapa.
Cuando no ocurre
así, podemos afirmar que “se han quedado estancados en esa etapa”,
de la que no saldrán, y no superarán, a menos que se sometan a procesos de alguna
forma de terapia que los ayude a superar las “crisis y traumas”, que se suelen
ir superando, más o menos bien, en cada etapa a lo largo del crecimiento y de
todo el desarrollo humano.
Es esencial aclarar
que no
existen “individuos puros”, esto es, típico, distintivo de una etapa.
Lo que encontrará el lector es, que las personas o uno mismo, tendrá mayor
cantidad de rasgos característicos de una u otra etapa conforme las haya ido
superando. Es el número de rasgos y comportamientos presentes, lo que permite
identificar en cual Etapa, o entre cuales Etapas, se encuentra cada persona en
su proceso de evolución hasta la madurez psicológica. Lo usual es encontrar
factores de dos etapas, teniéndose en cuenta que cuanto más madura sea una
persona, menos rasgos de las primeras estarán presentes. Se han superado
claramente.
Lo usual es, que comportamientos de
etapas anteriores vayan desapareciendo siendo sustituidos por los de etapas
superiores. El problema es cuando alguien, por circunstancias de su entorno de
desarrollo, se ha quedado estancado en la primera o segunda etapas, e incluso,
que ello pueda ser de por vida, a menos que algo lo haga evolucionar y continuar
madurando.
Es fundamental comprender esto para entender por qué hay personas
adultas que se encuentran en la Etapa
Impulsiva casi al cien por ciento. Son lógicamente, una minoría, pero
existen más de los convenientes, tanto para la sociedad, como para otros tipos
de organizaciones y para las empresas.
En el próximo post, en breves días, describiré las caracteristicas de la personalidad correspondiente a la Etapa II- Autodefensiva-Oportunista, considerada también por sus características como personalidad inmadura.
1 comentario:
Muy buena esta entrega en un momento en que dados los resultados de las elecciones europeas, deberíamos estar todos en una fase de reflexión y analisis.
Gracias por la oportunidad de la misma.
Rafael
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