He venido señalando qué, inducido por comportamientos,
comentarios y ofertas de nuestros políticos, realizados ante las elecciones de abril y mayo pasados, con objeto de determinar
la: Presidencia del Gobierno, presidencia y cargos de Comunidades, de las Municipalidades,
y para miembros al Parlamento Europeo, y ante la avalancha de promesas, de las
que muchas “suenan” falsas, de innumerables ataques entre unos y otros, insultos,
mentiras, mofas, de otras prácticas similares, y debido a las actuaciones tan
primitivas, a veces incontroladas, desagradables y molestas para la ciudadanía, por todo ello y más, decidí utilizar algunos
de mis conocimientos para hacer un análisis diferente de lo usual en medios.
Para ello, me he enfocado en: el
proceso de desarrollo de la madurez en humanos, que lleva a las personas a
convertirse en capaces, competentes y valiosas, al facilitarles alcanzar un
elevado desarrollo de su personalidad como seres humanos maduros. Para
ese fin, me he apoyado en un modelo científicamente desarrollado y comprobado
hace algunos años, por la Psicóloga e investigadora,
Jane Loevinger.
Basándome en sus trabajos y hallazgos, que
realizó con la colaboración de otros estudiosos ya citados en anteriores post, me di cuenta, tomé conciencia, de que: la
mayor parte de lo que hablaban, comunicaban, actuaban, y cómo se comportaban nuestros
políticos, encajaba a la perfección con las descripciones de comportamientos y
acciones que Loevinger aportó al estudio del desarrollo humano. Algo que es lógico. Continúo compartiéndolo con los lectores.
Considero que lo que estamos viviendo políticamente
es triste y grave, debido: 1. Al bajísimo
nivel de madurez psicológica que muestran los políticos dirigentes de cada
partido. 2. Sus equipos de trabajo. 3. La baja calidad de sus planteamientos.
4. Sus falsas promesas. 5. Sus luchas absurdas. Como en todo existen contadas excepciones.
Me estoy enfocando en cómo realizaron las
campañas, y en los posteriores acuerdos requeridos, debido a la alta dispersión
del voto por ausencia de mayorías suficientes. Para uno, como ciudadano,
algunos acuerdos resultan incomprensibles y “contra
natura”. Aún hoy están en ello, debido a la falta de sinceridad y autenticidad
en las negociaciones que realizan dentro de un entorno de engaño, y
pretendiendo manipular al contrincante. Y lo que resulta peor, a la sociedad
que los votó y a los ciudadanos que han creído en ellos.
Ante el “descubrimiento”
señalado arriba decidí, como ya lo habéis comprobado en los dos post
anteriores, establecer un parangón entre lo planteado por Loevinger como rasgos
normales de desarrollo de la personalidad, características y comportamientos durante
el desarrollo de la personalidad humana, con los manifestados y observados en el
caso que nos ocupa.
El hallazgo principal para mí es: “Los
comportamientos y manifestaciones de los grupos políticos están guiados,
modelados, encaminados y regidos, por conductas específicas, normales en
personas poco desarrolladas psicológicamente”,
pero totalmente inadecuadas en quienes pretenden dirigir con eficacia el
destino de países y sus componentes.
Lo señalado en la cita anterior, resulta inconveniente.
Nos lleva como ciudadanos y como país, a estar supeditados a conductas inmaduras,
por tanto, inapropiadas. Las mismas están, lo vemos a diario, dominadas por: Engaños,
mentiras, baja moralidad, falsas promesas, ausencia de sentimientos de culpa,
individuos cuya motivación fundamental es tener
y ejercer poder personal, algo que genera un impacto muy poco constructivo,
más bien negativo y conflictivo y varios más que venimos detallando.
En el presente post, cuarto sobre el tema, se
pueden observar características que conllevan un pequeño incremento en la madurez,
por tanto, de mejora. Sin embargo, esta etapa Conformista, se considera aún,
inmadura. La madurez se comienza a consolidar en las etapas IV “Darse Cuenta” y esencialmente en
la V, “Consciente”. Al arribar a estas, es cuando acorde con el Modelo,
comienzan a aparecer y a ejecutarse comportamientos considerados maduros,
acordes con “el aquí y el ahora”, el “lidiar
adecuadamente con el entorno”, y el enfoque hacia “el futuro”.
Por todo lo
dicho, he señalado qué desde mi punto de vista, los políticos inmaduros son un
peligro para la sociedad, la ciudadanía y más aún, para el necesario avance y
progreso que nuestro país requiere.
Veamos todo esto en detalle.
ETAPA III-
PERSONALIDAD CONFORMISTA
Refleja para muchos, al ciudadano y al trabajador “ideal”. Al ver sus características
comprobaremos qué quienes nos dirigen en el gobierno, banca, empresas y otros,
actúan desarrollando fundamentalmente, comportamientos oportunistas, abusadores,
autodefensivos, con un claro uso y abuso del poder. Conocer las características
de las personas con personalidad Conformista,
facilitará comprobar que son algo más
éticas, honestas, decentes y maduras que las de etapas anteriores.
COMPORTAMIENTOS
Y CARACTERÍSTICAS
Las normas son parcialmente asimiladas, pero “se cumplen solamente porque son reglas que se deben respetar y cumplir”. Por primera vez encontramos personas para quienes las normas, políticas, reglas, leyes, etc. representan un significado, tienen valor, son incorporadas al comportamiento, se cumplen, acatan y respetan. Esto refleja un cambio muy positivo y de gran impacto para la vida y cultura del trabajo en organizaciones, partidos políticos y también en el ámbito de países. De hecho, “la sociedad, toda sociedad es en general, Conformista”.
Comparándolo con la realidad política, esta característica implica un nivel de acciones y comportamientos que no es cumplido por el estrato político actual. De ahí que señale que éstos, muestran usualmente comportamientos más inmaduros.
Las normas son parcialmente asimiladas, pero “se cumplen solamente porque son reglas que se deben respetar y cumplir”. Por primera vez encontramos personas para quienes las normas, políticas, reglas, leyes, etc. representan un significado, tienen valor, son incorporadas al comportamiento, se cumplen, acatan y respetan. Esto refleja un cambio muy positivo y de gran impacto para la vida y cultura del trabajo en organizaciones, partidos políticos y también en el ámbito de países. De hecho, “la sociedad, toda sociedad es en general, Conformista”.
Comparándolo con la realidad política, esta característica implica un nivel de acciones y comportamientos que no es cumplido por el estrato político actual. De ahí que señale que éstos, muestran usualmente comportamientos más inmaduros.
·
Aparece
la vergüenza. Contamos
ahora con personas que respetan las normas,
reglas, políticas, acuerdos, etc. y no se atreven a realizar acciones que las
puedan llevar a sentir vergüenza, remordimiento, malestar, por llevar a cabo algo
deshonesto o no adecuado. ¡Puf! que gran
cambio. Por eso, he venido afirmando que los comportamientos de los
dirigentes actuales, en casi todos los ámbitos, y muy especialmente, en las
maneras actuales de hacer política, y de una gran mayoría de políticos, se
corresponden con los de personas de baja madurez. De ahí todo lo incomprensible
que estamos viendo y padeciendo como país.
· Confianza
interna y recíproca sólo entre miembros del grupo al cual se pertenece. Rechazo
de los otros grupos. Desde el
punto de vista de empresa y del trabajo, contamos con personas muy dispuestas a
trabajar en equipo, a colaborar, que funcionan muy bien dentro de
grupos pequeños, generalmente el suyo, en los que busca “caer bien” con objeto de ser aceptado. Debido
a ello, evitan situaciones agresivas, de pelea, ruptura o de conflicto.
Vemos que en el día a día actual, esto no se cumple.
En
la Etapa III, las personas están
continuamente intentando que el grupo, mí grupo, funcione bien y sea armónico.
De romperse, fragmentarse o deshacerse se quedarían muy solos. Eso los aterra
debido, principalmente, a que su elemento de motivación fundamental es
“pertenecer”,” ser parte de”. Necesidad social. En este sentido siempre
hacen esfuerzos para que los equipos y grupos se mantengan en paz y armonía. En el caso de partidos políticos es
esencial, la “disciplina de partido”. Últimamente en algunos partidos, esto no
está funcionando.
Os
recuerdo que la necesidad que motiva a las personalidades I-Impulsiva y II-Auto-Defensiva es,
el Poder personalizado. Debido a
ello, existe un fuerte rechazo a los otros grupos. En política esto es mucho
más patente y se suele exacerbar, tal como hemos podido comprobarlo, desde la
incomprendida moción de Censura,
provocada entre otras causas, por una importante serie de descarados casos de corrupción,
la mayoría de ellos aún en tribunales y que cuentan a la fecha, con un número significativo
de detenidos.
En
nuestra realidad reciente han continuado con: descalificaciones, insultos, “cordones
sanitarios” “líneas rojas”, “engaños”, “medias verdades”, etc. Todo esto nos
conduce a una escasa calidad democrática.
Y aún nos falta ver si dejarán que se pueda formar el nuevo gobierno. Es
agotador y terrible para cualquier país tener que lidiar con políticos y
dirigentes con decisiones, acciones y comportamientos tan inmaduros.
Lo
dicho en campaña tiene, además, muy poco valor posterior. Algo similar
ocurre con el resultado de las votaciones. Las extrañas negociaciones cambian
el sentido del voto. Importa lo de ellos, lo que les conviene. A los “otros” se
los percibe como enemigos, y es algo que persiste en el tiempo. Las necesidades
reales de los ciudadanos y del país pasan, en medio de tanto engaño, conflicto
y manipulación, a un segundo o tercer plano. Es terrible, casi inconcebible,
pero es lo que hay.
· Aceptación de las normas del grupo sin cuestionarlas. Desde cierto punto de vista, quizás el
problema más grave de las personas con madurez
y personalidad conformista es, el que se refiere a que “su código de moral tiene más
que ver con las reglas, que con las consecuencias de los actos”. Este aspecto es tremendamente delicado,
doloroso y peligroso. Ha sido utilizado con frecuencia, en el transcurso de la
historia, cuando grupos de personas pertenecientes a esta etapa o inferior, han
sido guiados por ciertos dirigentes, ideologías, creencias, y similares, “como masa” “como rebaños” de manera
manipulativa para llevar a cabo ciertos fines no bien justificados y, en otros
casos inclusive, realmente aberrantes, dañinos.
Como
grupo funcionan casi como un rebaño,
y quienes los dirigen pueden inducirlos y llevarlos a cometer delitos muy
diversos y hasta a matar personas, “para
salvar y resguardar el grupo y sus creencias”. Se trata del tipo de
personalidad más adecuada para acatar la disciplina de partidos sin rechistar,
lo que con frecuencia los lleva a justificar lo injustificable. Tal y como lo
estamos viendo. Especialmente “claro” en el pacto de los partidos de derecha,
para hacerse con el gobierno y alcaldía de Madrid. Son dos, pero no llegan para
formar gobierno, entonces cuentan con un tercero, pero no… su juego de engaño y
medias verdades es inconcebible.
En
esta etapa grupos y personas, pueden llegar a ser bastante “fundamentalistas”,
“fanáticos” en el campo de la política, así como también, dentro de religiones
e ideologías que profesen, las que sean. Desgraciadamente existen innumerables
pruebas dolorosas que abundan a lo largo de la historia. Especialmente en
Europa.
En nuestro país, no hay más que ver cuál fue el
comportamiento de senadores y diputados aplaudiendo las dañinas y dolorosas
medidas y leyes impuestas durante la última crisis. Según ellos, con la finalidad
de mejorar la economía mientras, arruinaron a la clase trabajadora.
Para las personas conformistas, ser miembros
de sociedades, agrupaciones, clubs, y otros similares, es de lo más importante.
Les proveen parte del piso, seguridad y fortalezas que aún no poseen en sí
mismos como individuos independientes y como personas. A las élites, quienes conforman otros grupos, se las teme.
· Su código moral tiene que ver más con las
reglas y normas, que con las consecuencias que se puedan derivar de sus actos. Viendo y comprendiendo este aspecto, podemos
afirmar que, se trata del problema más
grave de individuos con personalidad conformista.
Esta
característica refuerza a la anterior y es también, extremadamente delicada. Ha
sido utilizada y manipulada con frecuencia cuando grupos de personas
pertenecientes a esta etapa o comportándose como tales, han sido usados por cabecillas
o por ciertas ideologías, como turba, como
tropa, para llevar a cabo fines nada justificables y casos realmente aberrantes.
Como
grupo funcionan como populacho y
quien o quienes los dirigen pueden incitarlos a cometer, delitos muy diversos,
llegando a matar con la finalidad de salvar
y resguardar el grupo y/o sus creencias”.
Se trata del tipo de personalidad más adecuada para acatar la disciplina de partidos políticos sin rechistar, lo que con frecuencia los lleva a justificar lo injustificable. Pueden llegar a ser bastante “fundamentalistas” en este campo. También, dentro de la religión e ideología que profesen, la que sea. Existen innumerables pruebas. Es posible encontrarlo también, por desgracia, en la actualidad.
Completaré las descripciones de la Personalidad Conformista en el venidero post.
Se trata del tipo de personalidad más adecuada para acatar la disciplina de partidos políticos sin rechistar, lo que con frecuencia los lleva a justificar lo injustificable. Pueden llegar a ser bastante “fundamentalistas” en este campo. También, dentro de la religión e ideología que profesen, la que sea. Existen innumerables pruebas. Es posible encontrarlo también, por desgracia, en la actualidad.
Completaré las descripciones de la Personalidad Conformista en el venidero post.
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