miércoles, 26 de enero de 2011

PERSONAS: POTENCIAL, TALENTO, COMPROMISO, CREATIVIDAD, INNOVACIÓN (1)

En esta primera entrega del año me enfoco en un aspecto que, de diversas maneras, ha sido mencionado en las anteriores, pero que por considerarlo uno de los tres o cuatro aspectos fundamentales para determinar el éxito y eficacia de las organizaciones vuelvo a señalarlo, comentando nuevos enfoques y planteamientos de estudiosos y profesionales. Me refiero, a lo que personalmente considero el factor clave para el éxito en cualquier tipo de organización, la adecuada gestión de las PERSONAS.


Quiero destacar que toda empresa u organización cobra vida cuando las personas se incorporan a sus actividades todos los días. Mientras tanto la empresa es un “objeto inerte”, sin vida y por tanto, sin utilidad. Le dan vida y la convierten en algo realmente útil las personas, al asumir cada una, las responsabilidades que les atañen. Podemos por tanto, hablar y diferenciar, en toda organización, tres categorías de personas, tal como lo he resaltado, dedicando un capitulo aparte para cada una en mi libro: INNOVAR LA GESTIÓN: Claves para incrementar la eficacia y competitividad de las organizaciones (2010).


LAS TRES CATEGORÍAS DE PERSONAS DE TODA ORGANIZACIÓN


    a) Los trabajadores, todo el personal en general. Aunque con esta denominación se suele hacer referencia a: Obreros, empleados, técnicos, especialistas y otros, quienes conforman esta categoría. Denominación adecuada, porque los que mencionaré a continuación, también pertenecen al grupo de trabajadores, pero no se los denomina ni visualiza como tal.


    b) Líderes, gerentes, managers, jefes, supervisores, responsables de áreas, divisiones, departamentos, unidades u otras, dependiendo del tamaño y del tipo de estructura organizativa de la empresa. Algo muy condicionado por el tamaño, complejidad de productos o servicios, dispersión geográfica, y otros.


    c) Alta gerencia o alta dirección, conformada por un pequeño grupo de personas, con las características del grupo anterior (líderes, directivos), pero que cuentan con toda la autoridad de su posición y generalmente, también con el máximo poder. De estos depende fundamentalmente la calidad, eficacia y éxito general de la empresa, según lo han confirmado estudios recientes (Zenger/Folkman 2002).


Las personas que conforman estas tres categorías, son lo que da vida a cualquier tipo de organización. Lo demás es importante pero, siempre y cuando sea bien utilizado, o aplicado por los que conforman las categorías señaladas. Conforme con lo dicho y por su relevancia, me centraré en destacar algo sobre lo que personalmente no tengo la menor duda, pero en lo que no coincidimos todos, especialmente y con frecuencia, aquellos con autoridad y poder en las empresas para realizar los cambios y mejoras necesarias. Afirmación que hago, a juzgar por las formas, no siempre adecuadas, acerca de cómo suelen dirigir, relacionarse y gestionar, al más valioso recurso con que cuentan, las personas.


TENDENCIAS PARA EL SIGLO XXI


En mi trabajo, lo observo cuando leo artículos relativos a estos temas, y cuando compruebo por diferentes formas, el poco valor que muchos directivos y empresarios en nuestro país, atribuyen a las personas que trabajan en sus organizaciones. Quiero una vez más dejar claro, el hecho de que existen excepciones, pero como tal, no son lo más común.


En revistas de management, foros profesionales de Internet, especialmente en estos últimos, la mayoría de los especialistas de hoy, hablan más que de cualquier otro tema clave para las empresas, acerca de la gran importancia que tiene como ventaja competitiva casi única de futuro, el contar en la empresa con personas con talento, y la necesidad de gestionar de forma apropiada el mismo. Talent Management (Gestión del Talento), Engagement y Conmitment (Pasión, Compromiso de las personas), son los temas más frecuentes en la mayoría de los foros actuales, en relación con lo que deben primar hoy día las empresas que deseen realmente ser competitivas en el complejo y competido mundo actual, y más, que puedan perdurar en el tiempo siendo exitosas.


En el corto plazo, el látigo, la explotación, el uso y abuso de la autoridad y del poder, pueden hacer, que una empresa sea capaz de competir con éxito y ganar dinero; pero no durará mucho. En el largo plazo, construir empresa pasa ante todo, por conseguir crear y desarrollar una cultura de empresa y un ambiente de trabajo que motive, estimule, aproveche el talento y comprometa a todos.


Hay posiblemente dos aspectos más que se citan también continuamente en artículos y foros, se trata de innovación y liderazgo. Lo interesante es que ambas dependen también de las personas. La innovación deviene como consecuencia de disponer de una cultura de empresa que estimule, la participación, que dé libertad para actuar, que permita correr ciertos riesgos calculados, que confíe en las personas y que estimule que la creatividad en la mismas, surja y se manifieste y que cuente con los "canales adecuados" para su aprovechamiento.


Para ello, se necesita, primero, que aquellos que pertenecen a las categorías señaladas en los apartados b y c, crean firmemente en las personas, en que poseen talento, que cuentan con un potencial aún mayor del que habitualmente utilizan o muestran y, que para que eso ocurra, tienen que estar dadas las condiciones necesarias, varias de ellas ya señaladas.
Como se sabe, la gran mayoría de nuestras empresas no han evolucionado lo suficiente en este campo, ni muchas de ellas se basan en las creencias citadas, por eso se observa de manera fácil pero dolorosa, como cuando se trata de innovar las formas de gestión, existe una gran resistencia, o lo que es peor, ni se interesan por ello.

Con este tipo de comportamientos las empresas desperdician la mayor parte del potencial creativo y de innovación de las personas con que cuentan, y ya se señaló, que a futuro y desde ya, se consideran una de las contadas ventajas competitivas que cualquier empresa puede desarrollar y mantener, para alcanzar un futuro de éxito.


¿Se dan cuenta de cuanto desperdicio estamos generando por la insensata resistencia a cambiar patrones de actuación, gestión y estilos de mando? A decir de muchos expertos, las practicas que aún hoy se continúan utilizando fueron eficaces, desde comienzos hasta mediados del pasado siglo, pero hoy en día están completamente desfasadas de lo que realmente necesitan las empresas para tener éxito en el siglo XXI. ¡Qué gran desperdicio!.


En lo relativo a la gran importancia del liderazgo, recomiendo leer las entregas hechas en Noviembre y Diciembre de 2009 y de Enero de 2010. Allí se dice casi todo lo fundamental acerca del papel clave del liderazgo para el siglo XXI.