miércoles, 26 de julio de 2023

IMPORTANCIA DE LAS EXPECTATIVAS EN EL DESARROLLO HUMANO

En las dos entregas anteriores del Blog me referí, en la 309, a la importancia que para empresas y organizaciones tienen las herramientas e instrumentos que facilitan una adecuada toma de decisiones. En la 310, hablé de la importancia y conveniencia de crear y desarrollar en las mismas, una cultura empresarial de participación real, verdadera, señalando varios de los beneficios y ventajas que, para cualquier tipo de organización productiva o de servicio, genera el hecho de poseer una cultura donde la verdadera participación del personal sea un valor dentro del proceso de gestión.

En la presente entrega 311, me voy a referir a otro poderoso instrumento, en este caso, de mayor índole psicológica, por lo que es bastante más complejo de aplicar bien y de gestionar. Sin embargo, cuando su manejo es el adecuado y, además, es práctica habitual entre los diferentes miembros de la empresa, al realizarse bien, contribuye de manera significativa al crecimiento y desarrollo personal, y del talento de cada uno. En consecuencia, favorece de forma clara un mejor funcionamiento de la organización. Me refiero a la adecuada utilización y gestión de las Expectativas, como herramienta de motivación, desarrollo e influencia, realmente potente.

Antes de entrar de lleno en el tema, haré algunas reflexiones motivadas por un artículo publicado el domingo 16 del presente mes, en el suplemento “Negocios”, del diario “El País”, donde publican artículos escritos por especialistas. En el caso citado, la autoría es de Carmen Sánchez-Silva, quien frecuentemente escribe excelentes artículos de máxima actualidad en nuestro país, siempre relacionados con el mundo de las empresas y los negocios en general.

Su título:” Cómo recuperar la ilusión de los trabajadores”. Y va acompañado de una reflexión importante en la que se destaca: “Con la mitad de las plantillas desmotivadas, algunas empresas se esfuerzan por cambiarlo: Confianza, iniciativa y compartir son claves”.

Señala la autora: “los datos son claros y se repiten. Seis de cada 10 profesionales españoles se sienten desmotivados en su trabajo sobre todo debido al bajo salario y a la falta de reconocimiento”. Y agrego yo, ambos fundamentales, pero con frecuencia el impacto más dañino es la falta de reconocimiento, ya que muestra que no se respeta y valora a quien realiza bien su trabajo, a la persona.

Se menciona al mismo tiempo que, según un estudio de la empresa Hays, “Cuatro de cada diez, se declaran quemados”, y añade, “Según una encuesta de la plataforma Cobee, uno de cada dos, no se encuentra motivado en su puesto por la monotonía, la falta de feeling con el jefe, la carga de trabajo, o la sensación de un salario inferior a su valía, dejando claro que el salario, no es lo esencial”. El salario, la remuneración final es muy importante, pero lo es mucho más, lo relativo a la persona: el trato, la confianza, el respeto mutuo, y otros por el estilo.

Es más que obvio que con estos sentimientos verdaderos, por parte del 50% o el 60% del personal que labora en nuestras empresas, que queda claro y es razonable que tengamos baja productividad como país, y en las empresas. Aclaro de una vez, que lógicamente hay excepciones, pero como digo siempre, son eso, excepciones, nunca lamentablemente la mayoría. Y eso que los motivos y las causas que se mencionan en el artículo son mínimas, no son todas. Existen muchas más. Y a eso, están dedicados por lo menos unos 200 post, de los 310 que llevo publicados en este Blog.

Precisamente, el desconocimiento y, por tanto, el inadecuado manejo, de los factores a los que me vengo refiriendo en ésta y en anteriores entregas recientes, explican con claridad el porqué de esta situación de baja productividad y de desmotivación generalizada en el ámbito nacional.

Me refiero a la presencia en casi todos los niveles de mando de nuestras empresas privadas y públicas, de directores no bien formados en la gestión de las personas, acompañado, además, por una fuerte necesidad de poder como principal factor motivador, lo que lleva a centralismo, burocracia, falta de flexibilidad, poca confianza en sí mismos y en los demás, y al desconocimiento absoluto acerca de la importancia de los factores soft en la gestión eficaz.

Lo señalado y muchos factores más, son lo que provoca tanta deficiencia en la gestión. ¿Cómo con todo esto en contra las personas van a estar felices y motivadas con sus trabajos, cuando se las priva de lo fundamental como personas: ¿respeto, confianza, y encima, por lo general, se las remunera mal, muy bajo?

La articulista señala también, “Algunos directivos se están percatando del “cansancio” de sus equipos y se centran en atajar ese problema tratando de conseguir una cultura más humana para sus empresas”. En el escrito, menciona superficialmente algunos casos reales. Pero el problema es, que son cinco o seis, bueno digamos que cincuenta, no llegamos a esa cantidad. ¿Cuánto representa esta minoría ante los cientos y miles de empresas y demás organizaciones del país, que siguen estando deficientemente gestionadas y dirigidas?

Debo dejar claro, además, que aun esas pocas que lo están haciendo bien, llevan a la fecha, por lo menos un retaso de 35 a 40 años en su intento de cambio y aplicación de estos instrumentos. Esto ocurre cuando se las compara con empresas de varios otros países que lo vienen aplicando y utilizando, la mayoría con gran éxito desde los años 80 y 90.

Volvamos al tema central de esta entrega. Quisiera resaltar que su contenido está 100% alineado con la problemática y deficiencias que señala en su artículo Sánchez-Silva.

Las Expectativas

La expectativa, mejor dicho, el adecuado manejo de las expectativas, juega un papel fundamental en nuestras vidas y tiene un poderoso impacto en nuestra conducta, motivación, comportamientos y actuaciones, y es de máxima utilidad en nuestra capacidad para influir, ayudar e intentar con éxito, y cuando es necesario, modificar el comportamiento y actuación de otros: Hijos, colaboradores, alumnos, etc. Es por tanto una herramienta muy útil y poderosa, para padres, maestros, profesores, líderes y otros.

Se trata de una herramienta psicológica que puede utilizarse de manera efectiva, tanto para motivarnos a nosotros mismos como para influir y motivar el comportamiento y el rendimiento de los demás. En este post, exploraremos su manejo, la importancia fundamental de las expectativas y, cómo pueden ser utilizadas de manera efectiva, apropiada, productiva.

Las expectativas se ven influidas por las creencias o suposiciones que tenemos acerca de cómo deberían ser las cosas, bien sea pensando en el futuro inmediato, como en algo más lejano. Son nuestras predicciones subjetivas y nuestros diálogos internos sobre lo que creemos que ocurrirá, los que nos condicionan. Ya sea en relación a nuestras propias acciones, logros y metas, o en relación al comportamiento y desempeño que esperamos de los demás. De ahí, su impacto poderoso en nuestra motivación y comportamientos, debido a que tendemos a actuar de acuerdo con lo que creemos que es probable que suceda.

Cuando se trata de motivarnos a nosotros mismos, las expectativas juegan un papel crucial. Si tenemos expectativas altas sobre nuestras propias habilidades y creemos que somos capaces de lograr nuestras metas, es más probable que estemos animados y pongamos un esfuerzo adicional para alcanzar esos objetivos. Por otro lado, si nuestras expectativas son bajas y no confiamos en nuestras habilidades, es menos probable que nos sintamos motivados y que hagamos el esfuerzo necesario para tener éxito. En este sentido, las expectativas positivas pueden actuar como un impulso para nuestra motivación y rendimiento.

Cuando se trata de influir en los demás, las expectativas desempeñan un papel crucial. Si expresamos expectativas positivas hacia los demás y les hacemos saber que creemos en su capacidad para tener éxito, es más probable que ellos mismos crean en sí mismos y se motiven a alcanzar sus objetivos establecidos. Esto se conoce como el “Efecto Pigmalión” donde las expectativas positivas de una persona influyen en el rendimiento de otra persona. Por el contrario, si expresamos expectativas negativas o dudamos de las habilidades de los demás, lo más seguro es, que su rendimiento y comportamiento general se vea afectado negativamente.

Para utilizar de manera efectiva las expectativas como instrumento psicológico para influir y motivar a otros, es importante tener en cuenta algunos aspectos clave. En primer lugar, es esencial ser realista en nuestras expectativas y tener en cuenta las capacidades y circunstancias individuales de cada persona.

Expectativas demasiado altas o inalcanzables pueden generar frustración y desmotivación, mientras que expectativas demasiado bajas pueden limitar el potencial y el rendimiento de las personas. Es importante encontrar un equilibrio entre el desafío y la capacidad de las personas para generar un ambiente motivador y estimulante. He aquí la mayor dificultad para la utilización de las expectativas.

Por otra parte, es fundamental comunicar de manera clara y efectiva las expectativas a los demás. Esto implica establecer metas y objetivos específicos, brindar retroalimentación constructiva y expresar confianza en las habilidades, capacidades y competencias de las personas. La comunicación abierta y honesta ayuda a crear un ambiente de confianza y motivación, en el que las personas se sienten empoderadas para alcanzar su máximo potencial.

Es importante destacar que las expectativas suelen con frecuencia verse influenciadas por factores externos, como la cultura, el entorno social y desde luego, las experiencias pasadas. Es crucial reconocer y superar los sesgos y estereotipos que pueden limitar nuestras expectativas y el potencial de los demás.

Estimulando una mentalidad de crecimiento, respeto mutuo, y promoviendo la inclusión y la igualdad de oportunidades, podemos ayudar a generar expectativas positivas y motivadoras para todos. Al menos, en todos aquellos que estén dentro de nuestro ámbito de influencia.

Las expectativas, son un instrumento psicológico poderoso que puede influir y motivar, tanto a nosotros mismos como a los demás. Al manejar adecuadamente las expectativas, podemos generar un impacto positivo en el rendimiento y en el desarrollo propio y/o de otros. Al establecer expectativas realistas, comunicarlas de manera efectiva, clara y promover una mentalidad de crecimiento, podemos aprovechar su poder para alcanzar nuestros objetivos y motivar a los demás a hacer lo mismo, con lo cual todos salen beneficiados.

http://www.bubok.es/libros/172773/Innovar-la-gestion

 

 

 

 

martes, 11 de julio de 2023

La Participación como instrumento para la mejora de la gestión y resultados

En la entrega anterior del Blog, me referí a la importancia que una excelente Toma de Decisiones tiene, con la finalidad de adecuar la organización a los continuos cambios de demanda del entorno, y también, para ser asertiva, eficaz y capaz de pro-actuar para mantenerse en la vanguardia y ser eficaz en el proceso de conseguir los resultados previstos.

En la presente entrega, me referiré a otro de los mejores instrumentos con que cualquier tipo de organización y en especial los líderes, pueden contar. En mi opinión, se trata de promover y estimular la real y verdadera participación de las personas y aprovechar así mejor su talento.

La participación, es un elemento fundamental, clave a la hora de intentar disponer de excelentes equipos de trabajo. Cuando los miembros de un equipo se involucran activamente en la toma de decisiones, participan activamente en la generación de ideas y la resolución de problemas, se crea un ambiente propicio para el crecimiento, las mejoras en productividad y, una mayor calidad en general. En este sentido, la participación fomenta el compromiso, la responsabilidad compartida y el empoderamiento de los individuos dentro de cada equipo.

En los últimos años, cada vez se ha prestado más atención a la importancia de la participación en el trabajo en equipo. Se ha comprobado que genera numerosos beneficios, tanto para los miembros del equipo como para la organización en general.

Exploremos algunas de las razones por las que la participación es considerada un mecanismo crucial para el desarrollo de excelentes equipos de trabajo y una eficaz consecución de objetivos y de resultados previstos.

1.     Fomenta la creatividad y la innovación:

Cuando los miembros del equipo participan activamente, se sienten más motivados y comprometidos en compartir sus ideas y perspectivas únicas. Esto fomenta la creatividad y la generación de nuevas soluciones, lo que impulsa la innovación dentro del equipo y en la organización en su conjunto.

2.     Mejora la toma de decisiones:

La participación de todos los miembros del equipo en el proceso de toma de decisiones permite aprovechar la diversidad de conocimientos, habilidades y experiencias, en resumen, de las competencias de cada uno. Al tener diferentes perspectivas, exponerlas y analizarlas, se consigue tomar decisiones más claras, informadas y, en consecuencia, de mayor calidad, por tanto, con más elevadas posibilidades de llevarlas a cabo. Existe un mayor compromiso de todos.

 

3.     Incremento del compromiso:

Cuando los miembros del equipo sienten que sus opiniones son valoradas, tomadas en cuenta, y que realmente tienen un papel activo en la toma de decisiones, es más factible que se comprometan con los objetivos y las tareas que a posteriori el equipo deberá ejecutar. Esto se traduce a su vez, en un mayor nivel de motivación y dedicación hacia el trabajo a ejecutar, y con el equipo.

4.     Desarrolla habilidades de liderazgo y empoderamiento:

La participación activa en el equipo brinda a los miembros la oportunidad de desarrollar habilidades de liderazgo y de asumir la responsabilidad por su propio trabajo y el de los demás. Esto contribuye a su crecimiento personal y profesional, y también promueve un sentido de empoderamiento y de autonomía, que con frecuencia produce resultados por encima de lo usual.

5.     Mejora la comunicación y el trabajo en colaboración:

La participación fomenta la comunicación abierta y transparente entre los miembros del equipo. Cuando se les da la oportunidad de expresar sus ideas y preocupaciones, se crea un ambiente de apertura, confianza y respeto mutuo. Esto, a su vez, contribuye a que se genere una mayor colaboración entre los miembros y una fuerte cohesión del equipo.   

6.     Mejora el clima laboral y la satisfacción del equipo:

La participación activa de los miembros del equipo contribuye a la creación de un clima laboral positivo. Cuando los empleados se sienten valorados, escuchados y tienen la oportunidad de contribuir, se genera un ambiente de confianza y respeto. Esto no solo mejora la satisfacción del equipo, sino que también promueve la colaboración, la camaradería y la motivación colectiva.

La participación brinda a los miembros, además, una sensación de pertenencia y de contribución significativa a la mejora de sus actividades, lo que, con frecuencia, genera un mayor nivel de satisfacción laboral, ya que los individuos se sienten valorados y reconocidos por sus aportes a la mejora de la organización.

7.     Facilita el aprendizaje y el desarrollo:

La participación en equipos de trabajo ofrece numerosas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Los miembros comparten sus conocimientos, adquieren nuevas habilidades y reciben retroalimentación constructiva de sus compañeros. Todo esto contribuye a crear un ambiente de desarrollo y aprendizaje continuo y, a la mejora individual y colectiva.

8.     Promueve la responsabilidad compartida:

La participación activa en la toma de decisiones y en la ejecución de tareas fomenta la responsabilidad compartida. Cuando los miembros del equipo se sienten parte integral del proceso y son responsables de los resultados, están más comprometidos con el éxito del equipo en general. La responsabilidad compartida también fortalece los lazos entre los miembros del equipo, ya que todos tienen un interés común en alcanzar los objetivos establecidos y tener la posibilidad de sentirse capaces y competentes.

9.     Aprovecha la diversidad y el talento individual:

Cada miembro dentro de un equipo de trabajo cuenta con sus propias habilidades, conocimientos y experiencias. La participación activa permite aprovechar y valorar la diversidad de talentos individuales. Al involucrar a todos los miembros, se aprovechan las fortalezas de cada uno, lo que resulta en un equipo más fuerte y equilibrado. Además, la participación brinda la oportunidad de promover la igualdad y la inclusión en el equipo, asegurando que todas las voces sean escuchadas y respetadas.

10.  Genera un sentido de pertenencia y compromiso con la organización:

Cuando los empleados se sienten incluidos y participan activamente en el trabajo en equipo, se crea un sentido de pertenencia tanto al equipo como a la organización en su conjunto, se sienten “dueños de la actividad”. Esta conexión emocional y psicológica con el trabajo y la empresa, lleva hacia un mayor compromiso y lealtad por parte de los miembros del equipo. Además, cuando los empleados tienen la oportunidad de participar en la toma de decisiones que les afectarán, se sienten más involucrados en el proceso y tienen un sentido de propiedad sobre los resultados.

11.  Aumenta la productividad y la eficiencia:

La participación activa de los miembros del equipo conduce a una mayor productividad y eficiencia. Cuando todos están comprometidos y aportan ideas y soluciones, se pueden identificar y abordar problemas de manera más rápida y efectiva. Además, al tener una comunicación fluida y una toma de decisiones compartida, se minimiza la duplicación de esfuerzos y se optimizan todos los recursos disponibles.

12.  Promueve la adaptabilidad y la resiliencia:

La participación activa en equipos de trabajo fomenta la adaptabilidad y la resiliencia. Al estar involucrados en el proceso de toma de decisiones y solución de problemas, los miembros del equipo están mejor preparados para enfrentar los desafíos y cambios que puedan surgir. La colaboración y la participación permiten a los equipos responder de manera más ágil y efectiva a situaciones cambiantes, lo que es especialmente importante en entornos empresariales dinámicos, como lo son hoy día, y más, de cara al futuro.

Todos los beneficios descritos muestran que la participación es un instrumento fundamental para el desarrollo de organizaciones sanas, excelentes, que descansa sobre la base de desarrollar equipos de trabajo que llegan a ser excepcionales.

Al intentar integrar los beneficios que se derivan de los aspectos descritos, nos encontramos con la presencia de una cultura de participación real que: fomenta la creatividad, mejora la toma de decisiones, aumenta el compromiso, empodera a los miembros de los equipos, mejora las comunicaciones, el trabajo en colaboración, aumenta la satisfacción laboral, facilita el aprendizaje y el desarrollo, promueve  la responsabilidad compartida, aprovecha la diversidad y el talento individual, genera un sentido de pertenencia y compromiso con la organización, aumenta la productividad y la eficiencia, promueve la adaptabilidad y la resiliencia, y mejora el clima laboral, y la satisfacción general del equipo.

Se crea al mismo tiempo, un entorno de trabajo en el que se valora y respeta la contribución de cada individuo, y no solo fortalece el equipo en sí, sino también, impacta positivamente en el rendimiento, la calidad y los resultados que consigue obtener la organización en todos los ámbitos en que opera.

En definitiva, la participación es un factor clave para el desarrollo de equipos de trabajo excepcionales capaces de enfrentar desafíos, innovar y alcanzar el éxito de manera conjunta. ¿Qué más puede desear cualquier organización?

Y si es realmente como se ha expuesto, ¿a qué se debe el hecho real y comprobado de que en nuestro país no sea así. Y a que no se crea en esa cultura abierta y participativa que permite el mayor uso del talento? Personalmente, considero que el hecho de dar tanta libertad al trabajador no se compagina muy bien con la “genética” y los “estilos de mando” de la gran mayoría de los jefes y directivos de nuestras empresas y organizaciones; aunque como siempre, tengo que reconocer que existen muy contadas excepciones.

Lo que señalo, se puede ver claramente al comprobar lo que está sucediendo en la actualidad en las recientes elecciones municipales y comunitarias y que de repente acontece lo peor, que ocurra en las venideras presidenciales y se corra el riesgo de deteriorar todo lo alcanzado e iniciemos un retroceso de más de 25 años como país.

http://www.bubok.es/libros/172773/Innovar-la-gestion