martes, 23 de abril de 2019

LÍMITES O FRONTERAS



Con la descripción de este “Proceso Humano”, cierro el ciclo de diecisiete post en los que me he venido refiriendo a la importancia e impacto que, en el desarrollo y correcto fluir de equipos y grupos, tiene la adecuada y congruente gestión de los conocidos como: “Doce Procesos y dinámicas humanas de grupos y equipos”.

Personalmente considero a este amplio tema, clave para la salud y eficacia de todo tipo de grupos y para las organizaciones que los contienen, estén o no altamente capacitados para poder usufructuar todos los beneficios y ventajas, que de los grupos y equipos pueden derivarse. 

Empresas y otros tipos de organizaciones, están siempre conformadas por conjuntos diversos de individuos y grupos de estos. Es ésta, la razón fundamental que me ha llevado a escribir sobre este amplio y primordial tema, los diecisiete post arriba mencionados.

Proceso y Dinámica de “Determinación de Limites o Fronteras en grupos”. 

Toda persona a lo largo de su vida, dependiendo en buena medida del desarrollo de su personalidad, carácter y del grado de madurez psicológica alcanzado durante su proceso de crecimiento y formación como persona, va siempre a establecer ciertos límites, barreras o linderos a su alrededor.
Estos lindes, le sirven para “protegerse de impactos que provienen del medio en el que se desenvuelve”. Los mismos, suelen variar dependiendo de una serie de factores y características presentes en cada ámbito de acción y, de la situación general, a la que cada persona se enfrenta continuamente.

Aspectos tales como: Conformación y significación de la identidad, sentimiento y grado de pertenencia, lenguaje, idioma, historia, cultura, hábitos, formas de ser y actuar, peso de lo heredado, estética y varios otros que conforman la manera de ser y comportarse, en el ámbito donde vive y actúa.

Cada individuo, sin llegar a tener usualmente clara conciencia de ello, establece un “espacio físico imaginario” o “territorio” a su alrededor. Territorio y espacio que varían para cada persona que se le acerca, dependiendo a su vez de quién sea, el o los, que provocan que sienta si se está invadiendo o no “su territorio”, “su espacio vital”.
 
Piense cada lector en sí mismo y reflexione acerca de ¿Cómo gestiono mi espacio? ¿A quiénes permito acercarse? ¿A quiénes permito realmente penetrar en mi territorio? ¿A quiénes trato usualmente de mantener alejados? Preguntaros esto con relación a: Padres, esposa, hijos, novia, amigos, familiares varios, conocidos, desconocidos, profesores, jefes, otros. Identificar y reflexionar sobre las diferencias que establecemos en nuestros contactos. 

Dentro y entre pequeños grupos o de los equipos, sucede lo mismo. Cada grupo de trabajo busca siempre “adueñarse” de ciertos espacios en los que suele interactuar causándole enfado y disputas, el que otros lo utilicen. Ese espacio se percibe y siente como propio. A veces no existe nada que lo determine o precise; simplemente, “es la sensación de que es nuestro porque fuimos los primeros en reunirnos en ese sitio” o cualquier otro argumento que puedan esgrimir. 

Generalmente, para evitar futuros conflictos debidos a esos espacios de reunión, de conversación, de tomar café, de reuniones informales y otros similares, no claramente precisados, se suelen respetar con la finalidad de que “nuestro espacio sea también respetado”. En general, en las empresas existen espacios físicos bien delimitados tales como: Despachos de personal dirigente, escritorios de trabajo correspondientes a cada uno, espacios comunes de trabajo, lugares para diferentes tipos de reunión y varios otros. 

Hoy día se ha avanzado mucho en esto y observamos que, en organizaciones de vanguardia, esto último ya no funciona como en el pasado. Hoy, los espacios y los escritorios “no tienen propietario, quien lo necesite puede perfectamente utilizarlos”. Inclusive espacios que anteriormente estaban destinados a jefes. En muchas empresas esto es común. Recuerdo que ya en 1997, en la oficina de la consultora E&Y en la que era socio, en una de sus oficinas en Nueva York, me tocó vivir esta experiencia, que hoy está muy difundida y generalizada en innumerables empresas y organizaciones.

Por otro lado, existen aún límites y fronteras pertenecientes a ciertos ámbitos donde esos límites son muy cerrados y/o muy exigentes y en los que es necesario “pagar un precio elevado para pertenecer y ser aceptado”. Lo mismo ocurre en algunas empresas y otros tipos de organizaciones dentro de sus áreas y departamentos, donde suele haber límites y fronteras, usualmente conocidos y aceptados por todos, sea por costumbre, o bien, porque en algún momento se han determinado como “territorio exclusivo” de algunos.

Un ejemplo habitual es, el de grupos que se reúnen en ciertos lugares a ciertas horas (cafetería, salón de reuniones, lugar de descanso, o algún lugar recóndito, escondido, casi secreto), siguiendo ciertos patrones, rituales, y hábitos de comportamiento. Cada grupo tiene “su territorio” donde domina o ejerce mayor influencia y control que otras personas y grupos. Estos territorios se suelen respetar. De no hacerse así, darán inicio a conflictos y diferencias. 

De alguna manera los grupos, mejor dicho, aquellos que los conforman, a veces ponen un “precio exagerado”. Dificultades, pruebas y reglas, para evitar o dificultar el acceso de otros a quienes no desean formando parte de su grupo-equipo. Para ello se establecen reglas y obstáculos difíciles de superar. Lo hacen para mantenerse como pequeño grupo exclusivo con poder.

Es ésta, una de las formas de poner “límites” o “barreras” y de establecer las “fronteras” del grupo. Las pruebas, retos y otras modalidades que es necesario afrontar para vencer esos límites y dificultades suelen estar presentes en “sociedades y grupos económicos y de poder secretos, estudiantiles y profesionales de mayor envergadura”. 

En ocasiones las dificultades y el “precio a pagar” para ingresar en lo relativo a: esfuerzo, pruebas, retos, riesgos, etc., llega a ser tan elevado que alcanza un momento en el que quienes están afuera deciden que no vale la pena pagarlo. Se pone tan caro y con tanta exigencia que se pierde el interés. Cuando esto sucede, el poder se traslada a quienes deciden quedarse fuera.

Recapitulando, se puede afirmar que todo grupo humano va en diferentes ámbitos a determinar: un territorio, un radio de acción, un compromiso, un qué hacer, hasta dónde van a llegar y todo esto, viene a ser parte del establecimiento de los límites o fronteras que todo grupo o equipo siempre va a determina.

“El que levanta un muro, termina siendo prisionero del mismo”. Francisco Bergoglio                  (En entrevista del Programa “Salvados”, 31 marzo 2019).

DINÁMICAS Y PROCESOS: RESUMEN Y CONCLUSIONES

Como se puede desprender de lo mencionado en los post ya señalados, es claro que ser miembro de un equipo es algo sobre lo que hay mucho que se debe y puede aprender.

De alguna forma, miembros de grupos somos todos en diversas situaciones de nuestra vida. No sucede lo mismo como “miembro de equipos”. Ser parte de un equipo conlleva un aprendizaje y desarrollo de competencias que es factible alcanzar cuando se desea, pero que requiere trabajar consciente y esforzadamente en pro de su consecución.

Finalizo la serie destacando que: el trabajo de equipos, requiere de culturas empresariales o institucionales, donde prime la confianza, el respeto por el ser humano y sus potencialidades, y donde no ejerzan su rol como tal, directivos y mandos, sino más bien guías, líderes, formadores, coaches.

Esta es en esencia, la importancia de los Procesos de Grupo/Equipo, razón por la que se considera una herramienta vital como parte de la formación de equipos potenciados de alto rendimiento, considerados de máxima utilidad en empresas, universidades, equipos de investigación y organizaciones de cualquier índole que estén dispuestas a implantarlos.

Son también, base de los sistemas humanos de aprendizaje que primarán en las organizaciones dentro de esta Era de la Información y del Conocimiento, por ser los humanos, los únicos en condiciones de aprender, de realizar mejoras, crear, de generar conocimiento y en consecuencia de innovar y mejorar.
En la base de todo lo dicho está creer verdaderamente en la posibilidad de desarrollar el inmenso potencial del ser humano.  Si esta no es la premisa de partida, todo lo demás sonará sub-realista.









lunes, 8 de abril de 2019

ROLES - PAPELES - ACTUACIONES


Otro de los procesos que es necesario conocer y gestionar de manera adecuada para comprender y facilitar las dinámicas y flujo dentro de grupos y equipos, es el que trata acerca de: Qué y cómo hacer para estar en capacidad de encarnar los diversos roles, papeles, actuaciones o responsabilidades que, todo miembro de grupo y más de equipo, deberá desarrollar, realizar y ejecutar, mientras actúe formando parte de los cambiantes y diversos grupos y equipos en los que participará en diferentes momentos de su vida social, profesional, y de trabajo.

Ante esa realidad el objetivo que se persigue es, llevar a cabo de manera eficiente y eficaz su trabajo cuando forma parte de grupos o de equipos y cuando los resultados finales dependen del comportamiento apropiado de todos los miembros. La modalidad de trabajo en equipo es hoy día, utilizada como la más eficaz, productiva y de calidad, debido a sus beneficiosos aportes y por los resultados alcanzados.

Todos y cada uno de los miembros dentro un grupo o equipo, “ejecuta siempre”, uno o diversos roles que suelen ir variando de acuerdo con las diferentes situaciones, actividades y tareas en las que participará y que es necesario llevar a cabo, en la búsqueda de alcanzar los resultados que el grupo pretende obtener. 

Este proceso con frecuencia, suele producir confusión e inseguridad en los miembros de grupos, al inicio de la actividad grupal. Esa confusión e inseguridad se prolonga mientras no le sea asignado con claridad su papel, o hasta que consiga identificar el rol que deberá cumplir dentro de ese grupo y proyecto.

Hay roles que en muchas personas surgen de forma más o menos fluida y espontánea, debido al estilo personal y competencias de cada individuo. Roles como: Iniciador, observador, de apoyo, obstaculizador, “abogado del diablo”, de liderazgo, facilitador del proceso, de confrontación, especialista, clarificador y varios otros.


 
De todas formas, usualmente, con la finalidad de lograr equipos efectivos, quienes determinan los roles definitivos son aquellos que ostentan el poder, o que están previamente definidos por las reglas, normas de funcionamiento y control del grupo. Existen así roles de: Coordinador, evaluador, implementador, cohesionador, y varios más. Todos ellos, importantes y relevantes acorde con las diferentes situaciones.

La claridad en el rol a ejecutar en cada oportunidad ayuda a saber que se espera de cada uno y cuál es su papel en las diferentes situaciones y actividades que realiza el equipo. Es además esencial conocerlo con el fin de evitar confusión y conflictos. De lo contrario, se produce disminución de la productividad, de la calidad, y lleva a pérdidas de tiempo y de esfuerzo al equipo. Por todas estas razones es esencial la asignación de roles, la cual está íntimamente ligada a: los conocimientos, habilidades, destrezas (competencias), de cada persona.

En la medida que esta selección y asignación se realice profesionalmente, se garantiza las posibilidades de éxito y eficacia del equipo. Es una decisión clave.

Para desarrollarse mejor como miembro de un equipo es recomendable practicar en diferentes momentos y circunstancias, distintos roles. Se obtiene así un amplio repertorio y aprendizaje. De esa forma, se puede llegar a ser más valioso para el equipo, el departamento, el área de operación y, para la organización en general.

La presencia del guía o facilitador de procesos es siempre de gran utilidad en todo momento. Se trata de uno de los roles clave, en especial para equipos. También lo es, para la persona que esté actuando como líder o coordinador del grupo de trabajo.  Ambos ayudan a facilitar el logro de los resultados esperados.