sábado, 31 de enero de 2015

MODELO-EJEMPLO: APLICACIÓN EN LA CULTURA SOCIALINDI (Parte 6)


   
Dentro de los cinco instrumentos para influir positivamente en otros, se encuentra el Modelo-Ejemplo. Representa otra forma de comunicar, usualmente, muy poderosa. Es decir, si queremos que alguien se comporte de cierta forma debemos, además de comunicárselo, convertirnos en “modelo o ejemplo de la conducta que se desea obtener”, o mostrarle el modelo a seguir. Es bien sabido que los niños pequeños imitan la conducta, habla, gestos y expresiones de sus padres y/o, de parientes muy cercanos.

Las expresiones familiares y del lenguaje, están íntimamente ligadas con el medio en el cual surgieron y se aplican. Debido a ello, es perfectamente posible señalar el área de origen de una persona simplemente oyéndola hablar. Y todo es aprendizaje por imitación, siguiendo el o los diferentes modelos recibidos en esos primeros años. Los sordos, por lo general son mudos, porque al no oír, no pueden repetir los sonidos que identifican a cada palabra. Se requiere de un trabajo posterior muy especializado para conseguir que lleguen a hablar. 

 

En la imagen se ratifica lo que señalamos en el anterior post, en cuanto al poder para influir de la comunicación, versus el ejemplo o modelo. Es obvio que combinando ambas, el mensaje se hace mucho más poderoso para lograr un cambio.

En situaciones de trabajo, se ha comprobado que los colaboradores copian hábitos de trabajo de sus jefes. De ahí el señalamiento de: “Si deseas que tu personal llegue puntualmente al trabajo, hazlo así tú mismo”. 

Así como la comunicación puede fallar como instrumento para influir, el modelaje per se, tiene también sus limitaciones. Es probable que el superior inmediato no sea el modelo que siga el colaborador. Puede ser también, que éste último, sea influido más, por otra persona que vaya en dirección opuesta a lo deseado por el jefe.

Puede ocurrir también, que el modelo no sea siempre consistente en lo que hace, y en cómo lo ejecuta. Posiblemente un jefe, crea que siempre llega a tiempo por las mañanas, aunque haya muchos días que no es así. El jefe, seguirá pensando que es una persona puntual. Lo mismo ocurre con frecuencia, a la hora de asistir a reuniones. También es probable, que el empleado esté tomando en consideración los días que su jefe llega tarde, sin tomar en cuenta los que está a tiempo. Puede así mismo suceder que preste mayor atención a otros aspectos de la personalidad de su jefe y no, a aquellos en  los que éste pretende ser imitado.

Por otra parte, la percepción y concepto que tenga el colaborador sobre la conducta en cuanto a: qué es deseable y qué no lo es, puede diferir de la idea que tenga su jefe, de ahí la importancia de comunicar y dar el ejemplo congruente.

Padres, familiares cercanos, maestros, profesores, jefes, y todos aquellos que pretendan influir sobre la conducta de otros mediante el modelaje, deben prestar mucha atención a las siguientes tres situaciones.
1- La consistencia de su propia actuación, con respecto al factor o aspecto que busca sea imitado.
2- La posibilidad de que el otro no atienda al aspecto de conducta o al factor que a él le interesa que sea emulado.
3- El hecho de que puedan no dar el mismo valor a una cierta forma de conducta, de la que le otorga quien desea influirlo.

Estamos tan convencidos de los diferentes efectos que puede tener nuestro ejemplo sobre la conducta de otros que se suele decir: “Haz lo que digo, no lo que hago”.

 

 
Los lectores tomaréis conciencia de que a pesar de que Einstein fue, sin duda, un gran sabio, se quedó corto a la hora de afirmar lo que dice en la imagen. Nadie pone en duda el fantástico poder del modelaje a la hora de influir en otros y muy especialmente en niños en sus etapas de desarrollo inicial, pero ya hemos señalado que son cinco los instrumentos a aplicar consistente y congruentemente. Tendréis la oportunidad de verlo con mayor claridad una vez que publique los siguientes tres post.

Diferentes estudios demuestran que, a veces, existen discrepancias entre lo que comunicamos verbalmente, respecto a la conducta que deseamos obtener  y la conducta real que sirve como modelo. Estas discrepancias disminuyen invariablemente las posibilidades de lograr el efecto deseado.

Los niños en los primeros meses y años, aprenden fundamentalmente por imitación, razón por la que es clave: Darles mucho afecto, hablarles bien y claro no repitiendo su habla, cuidar lo que se dice y cómo se dice, tener con ellos mucho contacto físico cariñoso, y muchos otros aspectos esenciales. En los primeros meses de vida, es casi la única forma de transmitir y comunicar: cariño, afecto, dar seguridad, amor, protección, comprensión y otros, esenciales para un desarrollo sano y fluido.

Volviendo al ambiente de la familia cercana al niño, cabe preguntarse: ¿Quiénes son, y qué tipo de mensajes transmiten con sus comportamientos los modelos que perciben y por tanto influyen en nuestros hijos? ¿Son excelentes atletas, futbolistas, sus padres, un cantante de moda, investigadores importantes, o algunos de los héroes guerreros de casi todos los juegos de ordenador que matan y destruyen todo lo que se les atraviesa. O son modelos que  actúan acorde con los valores y comportamientos que hemos señalado  como pertenecientes a la ideología y cultura Socialindi? (Ver post del 22-12-2014 y subsiguientes)  ¿Cuál es la realidad de vuestros hijos?

Dar respuesta verdadera a esta pregunta es esencial, con la finalidad de evitar que sean impactados por modelos no deseables.

Recomiendo ver en YouTube el video identificado como: “Bandura y la teoría del aprendizaje social. Experimento del muñeco bobo”. https://www.youtube.com/watch?v=zVynCNGxYmUhttps://www.youtube.com/watch?v=zVynCNGxYmU. Aunque antiguo, permite ver algunos experimentos, de los muchos realizados por el Doctor Albert Bandura, con  relación al efecto de los modelos en los niños. Les obligara a reflexionar y a decidir si algo debe cambiar.