miércoles, 3 de abril de 2013

LÍDERES COMPETENTES ATRAEN COLABORADORES COMPETENTES



En entregas previas, he venido destacando la importancia de focalizarse en las fortalezas que personas, empresas, o cualquier otro tipo de organización poseen siempre; aunque no siempre estén conscientes de su posesión. Personalmente considero este enfoque, efectivo y eficaz, para lograr el máximo desarrollo y mejora de las personas, y también, de las empresas.


En sus múltiples estudios y análisis de la data continuamente actualizada, al incorporar nuevas personas y empresas, los especialistas Zenger y Folkman, y varios otros investigadores y escritores, señalan que han podido comprobar que los planteamientos básicos acerca de las fortalezas, aplican por igual a los considerados como: contribuidores individuales (colaboradores en general: personal profesional, técnico y especializado), quienes conforman la estructura profesional y técnica de cualquier empresa; como a aquellos que ostentan posiciones de mando y decisión formal, dentro de una estructura operativa. 


El buen funcionamiento


Todos hemos tenido experiencias, o conocemos, organizaciones que funcionan bien. Se caracterizan por contar con un clima positivo y abierto de trabajo; porque en ellas se alcanzan los objetivos; porque la gente es productiva y, porque en general, todos se llevan bien. De repente cambian al líder y con su incorporación, todo empieza a ir mucho mejor:

1) El nivel de energía de las personas aumenta continuamente.  2) El orgullo por pertenecer se incrementa. 3) El esfuerzo y dedicación individual mejora de forma entusiasta. 4)  Mejoran las comunicaciones y relaciones. 5) Se incrementa la colaboración y el trabajo en equipo. 6) La organización se vuelve más innovadora y competitiva. 7) Se superan los objetivos planificados, etc. 
 





 El mal funcionamiento


Quizás algún lector haya vivido o conocido experiencias opuestas a la descrita. Con el cambio del director: a) Todo comienza a decaer. b) Surgen conflictos. c) El rendimiento baja. d) El trabajo pierde su relevancia. e) La satisfacción y productividad general decaen. f) Las decisiones se perciben como impuestas. g) Surge temor y miedo de actuar, h) Desaparece el compromiso, etc.


Lo anterior demuestra que existe una elevada  correlación entre la calidad  y efectividad del liderazgo, y el éxito de la organización. Diferentes estudios demuestran, claramente, la conexión entre efectividad de los líderes y los resultados que la empresa obtiene, vistos en términos de: Mejores beneficios, mayores niveles de compromiso por parte de los empleados, reducción de la rotación, desarrollo de mejores empleados, mayor productividad, incremento de la creatividad e innovación, mejoras en estilos y formas de tomar las decisiones, mejor servicio a los clientes y varios más, todos de suma relevancia para el éxito de la empresa. 


Al haberse comprobado en múltiples estudios que esto es así, la pregunta clave es ¿Cómo conseguir esos líderes estupendos, excepcionales? ¿De dónde provienen los líderes con esas características? ¿Pueden ser formados  y desarrollados o nacen con esas cualidades?  ¿Es cuestión de los sistemas de selección? ¿Cómo se los puede identificar de antemano? ¿Qué los hace diferentes de sus colegas y de los demás? Etc.


Una buena noticia


Las organizaciones, en general, necesitan líderes competentes en todos los niveles que las  conforman, según su tamaño y complejidad. Investigaciones realizadas en cientos de ellas, muestran que algunas cuentan con muchos grandes líderes, mientras que otras carecen de ellos. Estudiando los diferentes sistemas y procesos de selección de las empresas, no se han encontrado diferencias sustanciales entre ellos.

Lo que sí se ha encontrado es: 1) Grandes líderes atraen a otras personas con talento. 2) Los grandes líderes descubren y consiguen extraer las habilidades que poseen aquellos iguales a ellos haciendo emerger sus grandes cualidades, conformando poderosos equipos y una fuerte cooperación. 3) Los grandes líderes tienden a permanecer en las empresas y a construir éxito futuro. 4) Su presencia continuada aporta estabilidad a la organización. 5) Crean ambientes de trabajo motivantes en los que las personas aportan su máxima potencialidad, y varios más, todos muy positivos.


La mala noticia


Los líderes poco eficaces, pobres, producen en consecuencia: a) Un  impacto de pesadez, ralentizan todo y frenan el avance. b) No son capaces de atraer talento.         c) Son incapaces de crear un ambiente estimulante a su alrededor. d) Generalmente producen elevada rotación y otras consecuencias negativas.


El lector se preguntará ¿Qué y cómo hacer para resolver esta situación y poder contar con el tipo de personas requeridas? Hay varias alternativas que veremos en futuras entregas. De entrada comentaré que es clave dejar de enfocarse en identificar, valorar y evaluar, sobre la base de las DEBILIDADES de las personas, con la finalidad de descartarlas de antemano.

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