miércoles, 17 de mayo de 2017

PASOS DE ACCIÓN EN LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO




REFLEXIONES

Conforme van pasando los días, nuevas lecturas, documentales de TV, y otros medios hacen que me vaya implicando más en el tema que vengo desarrollando relacionado con trascendentales transformaciones, cambios, e innovaciones, que empresas y demás organizaciones deberán realizar para poder sobrevivir en ese mundo diferente que viene y en el qué, como ya señale quedándome corto, en los próximos 3 a 6 años sucederán una amplia serie de innovaciones que producirán cambios disruptivos.

Un claro ejemplo, es lo que viene aconteciendo ya en el mundo del transporte: Coches híbridos, eléctricos y no contaminantes, autónomos sin chofer, ¿voladores? aún no, pero pronto; ya  hemos visto volar algunos prototipos, etc. Todos incorporan cientos de innovaciones muy prácticas.

Desde los mismos, puedes estar comunicado permanentemente y realizar innumerables gestiones del día a día, tal y como lo harías desde la propia  oficina: Operaciones financieras, compras, ventas, todo tipo de comunicación e interacción, etc. Ocurre ya en varios países y lugares, incluyendo los nuevos sistemas púbicos de transporte.  

El cambio y las innovaciones han ejercido siempre fuertes presiones en las empresas, especialmente debido a las formas incorrectas aplicadas para  su gestión. Y casi siempre, por no haber sido capaces de preverlos con suficiente antelación.

El resultado ha sido generalmente, un cambio forzoso, impuesto, que sorprende a los afectados sin estar preparados, ni poseyendo los conocimientos necesarios para aprovecharse de las posibles nuevas oportunidades que surgen del mismo.

En más de una oportunidad durante mi experiencia profesional, fuimos llamados, ya tarde, para trabajar con personas que después de varios meses de realizado el cambio o la mejora, “continuaban resistiéndose a ciertas innovaciones y prácticas, de las maneras como debían realizar su trabajo a futuro”. El problema fundamental era siempre, que no habían sido previamente ni informados, ni tomados en cuenta para realizar el cambio.

La conocida y popular en empresas “resistencia al cambio”, es un evento muy común. Usualmente debido a que lo habitual ha sido tener que incorporar cambios forzosos para poder continuar siendo competitivos y poder sobrevivir.

Generalmente los cambios ocurren sin las personas, haberse preparado previamente. Ni siquiera, a aquellos a quienes corresponderá modificar las formas de trabajo y gestión, y que deberán crear las condiciones necesarias para implantar esos cambios eficazmente: Tanto para su encaje y adecuación “al sistema”, como para disminuir el impacto negativo en las personas, lo que se corrige mediante su adiestramiento, formación y suministrándoles herramientas para realizar el trabajo de manera diferente.

Por lo expuesto y por haber experimentado fracasos, resistencias, conflictos y elevados costes de implantación que no debieron suceder, es por lo que insisto en la inexcusable necesidad de que las empresas se anticipen, se preparen y realicen cambios planificados con la finalidad de crear las condiciones humanas y físicas óptimas, que favorecerán la implantación de los mismos. De no hacerse así, que es lo más habitual, de todas maneras, posteriormente habrá que realizarlo, pero enfrentando ahora mayores dificultades: se requerirá de más tiempo, en consecuencia habrá mayores costes, retrasos, menor calidad, conflictos, confusión, resistencia, y otros, todos negativos. Nada conveniente para las empresas.

EL CAMBIO

Cuando en el Blog del 14-de abril, hablé de la necesidad de trabajar en crear y desarrollar empresas orgánicas,  caracterizadas por: su adaptabilidad, lo que les permite adecuarse al medio; por su salud; su flexibilidad; apertura;  transparencia; su valoración y gestión en lo relacionado con  las personas; por tener una visión clara de futuro y con base en ello, objetivos claros,  y muchas otras ventajas y características de índole positiva. Me refería a empresas y organizaciones que deberán ser y funcionar haciendo lo contrario de lo que sucede y lleva a cabo hoy.

Las empresas actuales, tradicionales, se vienen gestionando según muchos estudiosos y especialistas, aplicando prácticas que fueron adecuadas y exitosas hace 100 años. La mayor dificultad es, que  se trata de ideologías y prácticas de gestión que hoy no se ajustan al más mínimo parámetro correcto, de acción y gestión. En este siglo XXI, venimos enfrentándonos desde sus inicios, a un mundo completamente distinto caracterizado por cambios e innovaciones muy potentes, la mayoría, espero y deseo, orientados a mejorar la calidad de vida de las personas y mejorar la sociedad en general. Todo esto fuerza, obliga, al uso y aplicación de nuevas formas, estilos y técnicas de dirección y gestión, que resulten aplicables en cualquier tipo de organizaciones. De ello va, todo lo dicho y escrito en este Blog.

PASOS EN LA ACCIÓN DE CONSULTORÍA

1.- En ese mismo post, hablé también de que como Consultor la primera acción de trabajo en la situación hipotética citada, estaría dirigida a: Identificar quienes fueron los líderes-directivos que tuvieron la visión y sintieron la necesidad de realizar los cambios, y que además, promovieron  la idea de contratar  a un consultor experimentado en quien  confiar, para llevar adelante el complejo proceso de transición, cambio, transformación y mejora de la empresa.
 
Considero que es clave realizar esta actividad inicial, con la finalidad de “conocer el terreno” que se va a pisar. Conocer, al mismo tiempo, dónde se podrán obtener los apoyos necesarios, y saber quiénes no están por la labor. Todo ello, con el fin de encontrar los  mecanismos requeridos para ir poco a poco,  incorporando a todos a la actividad general que habrá que realizar. Está claro que, no se puede excluir a personas con poder. Es indispensable ver cómo incorporarlas, de lo contrario, serán origen de conflictos y trabas.  

2.- Una vez conocido e identificado el “grupo inicial de apoyo”, la siguiente actividad sería, llevar a cabo una serie de entrevistas individuales, con la finalidad de percibir el sentir de cada uno, identificar apoyos, resistencias y con base en la información recopilada, diseñar mecanismos y futuras intervenciones de D.O. para incorporarlos al proceso de cambio.
Luego, realizar reuniones de integración y clarificación, para ir ganando el soporte de todos los que ostentan poder ya que sería muy difícil avanzar de forma abierta y exitosa sin contar, al menos, con su visto bueno. El ideal es, conseguir su apoyo.

3.- Se hace  necesario ahora, desarrollar una infraestructura mental, psicológica  de apoyo al cambio, que cuente con todos aquellos con poder en la organización, y que permita convertir en decisiones de futuro lo que se vislumbra  que se desea alcanzar. Se darán así, los primeros pasos para elaborar un Plan de Futuro  que pueda contar con el apoyo y compromiso de todos. Un plan de “visión de futuro” en el que todos participen con sus aportes e ideas de cambio y mejora para el futuro. Con esa actividad será posible identificar en que elementos y componentes  existe un territorio común.

También facilita identificar discrepancias con objeto de ir sobre la marcha  encontrando soluciones de conjunto, más o menos ajustadas, que puedan satisfacer a todos y ayuden a determinar una clara dirección para el cambio de la empresa. Esto permite tener más o menos claras, las oportunidades que puede deparar ese futuro.

Sobre la marcha es fundamental desarrollar mecanismos de participación real y verdadera, que faciliten el que todos, al menos quienes estarán más implicados y se verán más afectados por el cambio, puedan participar, dar su sincera opinión y que perciban que sus aportes son tomados en cuenta. Esto es clave para conseguir el máximo apoyo y el compromiso con  las decisiones y posteriores acciones que se irán realizando.

4.- Como parte de ese “Plan Maestro de Futuro”, se definirá y determinarán varios de los componentes de lo que será la nueva Filosofía e ideología  de la empresa. Teniéndose muy pendiente siempre que deberá estar alineada con el futuro y los cambios que se verá forzada a ir incorporando. De ahí lo esencial y clave  de llegar a ser una empresa orgánica, con una: Cultura, Clima de Trabajo y Forma de realizar las cosas, y otros, que incorpore el pensamiento, deseos, necesidades, competencias y comportamientos de las personas.

Como se desprende de lo señalado, existen enormes diferencias entre cómo se trabaja y funciona hoy en las empresas, con patrones y prácticas que datan de mediados del siglo pasado, y lo que se está planteando desde ya y para el futuro inmediato.

Los restantes Pasos de Acción, serán ampliados en la próxima entrega.


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