martes, 18 de septiembre de 2012

VENTAJAS Y BENEFICIOS DE LA PERSONALIDAD CONSCIENTE (Parte II)


Otro rasgo importante de aplicación fundamental, en el caso de líderes y directivos es, que aparece la capacidad de “visión de largo plazo”. Esto significa, por ejemplo, que ser buen planificador y visualizar el largo plazo, algo clave para esa actividad, es algo que personas en las etapas de desarrollo II, 2/3, y III, no tienen posibilidad de realizar bien. Un individuo cuya madurez sea 3/4, quizás puede llegar a ser un buen planificador, siempre y cuando dentro de las características de personalidad  IV, tenga este rasgo desarrollado. 

Existen varias otras actividades que sólo individuos con personalidad IV están en capacidad de realizar de manera natural, fluida. El mensaje de fondo es: no se puede tener buenos planificadores si no están presentes, en los equipos dedicados a ello, personas con madurez IV. Igual le sucede a equipos de directivos que participen en la planificación. Este aspecto tiene serias implicaciones organizativas y explica muchas de las dificultades comunes con la planificación empresarial, y más, en lo que se refiere a la capacidad de implantar la misma de manera eficaz y de mantenerla en el tiempo. Crear y desarrollar una visión de futuro que entusiasme y comprometa al equipo es, por tanto, una competencia sólo de personas con elevado desarrollo de su Yo.
 

Un elemento esencial para la buena marcha de organizaciones y países es, que son personas que asumen la responsabilidad por el resultado final, sea el que sea. No son la clase de líder o directivo que si algo sale mal, busca a quién echarle la culpa; él la asume, si es lo que le corresponde, y aún más importante es, que de los posibles fallos y/o  fracasos saca provecho y aprende. De ahí que tengan un comportamiento generoso cuando el fallo sucede a sus colaboradores; los ayuda a obtener aprendizaje de los mismos.  Es la etapa, en la que aparece la vergüenza, y debido a ello, la peor sanción por algo que no haya funcionado como deseaba o estaba previsto, o que se haya hecho mal está dentro de si, en sus sentimientos de culpa y el malestar que le genera haber fallado. Por eso es, en general, un individuo  ético, honesto e íntegro. No tiene dificultad de expresar sus sentimientos, algo que hace cuando lo considera necesario, y que aplica tanto para premiar y reconocer cuando alguien hace las cosas bien, como cuando debe ser claro y hacer ver fallos, errores u otros.
 

Poseen además otra gran capacidad que complementa las dos anteriores, su habilidad de imaginar, visualizar el futuro y experimentar sentimientos relacionados con ello antes de que ocurra. Esta posibilidad los lleva a emprender, tomar la iniciativa y estar continuamente realizando y promoviendo cambio y mejoras. Es además competente para analizar, interpretar y comprender las causas de mucho de lo que ocurre y de prever qué puede ocurrir, al ser consciente de la causalidad de las cosas, esto le lleva a ser eficaz a la hora de  resolver problemas y tomar buenas decisiones, asumiendo la responsabilidad por el resultado final. También le ayuda  la característica de tener claridad para observar la realidad en sus partes y categorías. Lo que les facilita decidir y actuar con independencia y cada vez, con  mayor objetividad y acierto.
 

Se trata de personas a quienes les gusta establecer y mantener relaciones interpersonales con otros, están abiertos a sus opiniones y puntos de vista, los cuales acepta, sin dudarlo, cuando conoce el fondo o basamento del otro.  El  proceso de crecimiento y adecuado desarrollo de la personalidad, los  lleva a ir desarrollando, al mismo tiempo, una buena inteligencia emocional. Habilidad clave para trabajar en equipo y mantener motivados a los colaboradores. Es además, una persona que se involucra, se compromete y va hasta el final, con el objetivo de obtener los resultados deseados. Se transforma así en un modelo de comportamiento digno de ser emulado por otros.
 

Siente profundamente que su destino, futuro, depende fundamentalmente de él y no de otros o de las circunstancias y que por tanto, tiene que construírselo. Esto le genera una gran seguridad y confianza en si mismo y en sus capacidades. Como por primera vez aparece la capacidad de introspección, suelen tener tendencia a ser autocríticos, lo que les lleva a aprender de los errores y aceptarlos cuando él es quien los produce.
Otra característica importante de las personas IV es la de involucrarse, implicarse, comprometerse. En nuestro mundo actual vemos que, como cada vez, son menos las personas que hacen gala de las  posibilidades y potencialidad que conlleva este tipo de comportamiento. Hoy día, la eficacia de managers y líderes descansa poderosamente en la habilidad de estos para crear condiciones favorables para el engagement, compromiso e implicación de los colaboradores.
 

Se podría seguir ahondando en las ventajas y posibilidades que para cualquier organización tiene contar, en todos sus ámbitos, con personal de esta dimensión. Claro, es posible pensar al mismo tiempo que, como empleado o trabajador no es lo más conveniente, porque puede ser “difícil de manejar” y que es preferible contar con trabajadores más bien tipo III Conformistas, dado que son más obedientes y sumisos. Personalmente estamos convencidos que los buenos gerentes, directivos o líderes, necesitan buenos colaboradores, maduros, y de alto potencial de desarrollo. Quienes han demostrado esta afirmación en 2006, son Zenger y Folkman, basados en análisis de la data de su amplio estudio. Han realizado así una serie de planteamientos acerca de la necesidad de desarrollar a las personas para que puedan alcanzar un desempeño extraordinario (Extraordinary Performers).  Este tipo de personas es quizás más difícil de manejar, pero es que el estilo de gestión y dirección, no debe ser mandar, sino hacer participar, escuchar, comprometer y para ello, sólo personas que están en 3/ 4 o IV, son adecuadas, además de ser, algo ya comprobado, mucho más productivas.
 

Integrando todo lo comentado al describir esta personalidad madura, me atrevo a afirmar, que en ningún ámbito de los que nos influyen como ciudadanos: Gubernamental, político, religioso, educativo, empresarial y algunos otros, estamos siendo guiados por personas de madurez Consciente. Lo que parece predominar, dado el caos general de Europa y desde luego en nuestro país son, lamentablemente, comportamientos correspondientes a la Etapa II, OPORTUNISTA.
 

Solamente contando con dirigentes y ciudadanos en todos los ámbitos que tengan un verdadero desarrollo y comportamiento CONSCIENTE, estaremos en condiciones de comenzar a dar los pasos necesarios para superar la crisis y depresión en la que, aquellos con comportamientos y actuaciones Oportunistas nos han metido y en la que, lamentablemente, vamos a seguir largo tiempo.
 

¿Dónde están, en cualquier ámbito de nuestro país, los dirigentes con un desarrollo de su personalidad CONSCIENTE, PARA EMPEZAR REALMENTE EL CAMBIO Y MEJORAR LA SITUACIÓN?

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