martes, 4 de septiembre de 2012

VENTAJAS DE LAS PERSONAS CON ELEVADO DESARROLLO DE SU YO


Tal y como lo anunciaba en la última Entrega de fecha Julio 23, hemos arribado por fin, a las descripciones de personalidades maduras, en lo relativo al Desarrollo de la Personalidad, o Desarrollo del YO, basándonos en sus comportamientos y conductas predominantes como personas maduras. En esta oportunidad  y por los significativos cambios que se producen me voy a referir al Nivel de Transición entre la Etapa III Conformista y la IV Consciente. Se trata del conocido como Nivel 3/4 “De Darse Cuenta”.
 
Como señalé en entregas previas relativas al tema, existen descripciones de niveles entre cada Etapa. Se habla así del Nivel 1/2, del Nivel 2/3, Nivel 3/4,  y otros más que mencionaré  en su momento. Dada su importancia, en esta entrega describiré el Nivel 3/4. No lo he hecho con los anteriores para no alargar excesivamente las Entregas relativas a este complejo y amplio tema del desarrollo de la personalidad humana. Cito y describo éste, por considerar que, durante la transición de Conformista hacia Consciente, se producen cambios esenciales que se profundizarán y ampliarán en la Etapa IV.
 
3 / 4.-  NIVEL DE DARSE CUENTA: TRANSICION DE CONFORMISTA A CONSCIENTE
* Inicio de darse cuenta de la vida interior.
* Capacidad de introspección.
* Inicios de una moral y valores personales propios.
* Posibilidad de ver y aceptar múltiples alternativas ante una situación.
* Claro en sus deseos para sí mismo.
* Se sale a veces de las normas sociales aceptadas.
* Los sentimientos son aún, vagos y banales.
* Clara conciencia de la diferencia entre "yo", “uno mismo” y "los demás".
* Tendencia a criticar a otros en términos de sus propios estándares y valores.

Como se puede percibir al comprender los comportamientos que tipifican este nivel de  transición, en el mismo se producen cambios significativos en las personas, para luego, si todo se ha hecho y desarrollado bien, arribar a la personalidad madura, esto es, Consciente IV. Esa capacidad de realmente darse cuenta del mundo que lo rodea, de ser consciente, representa un paso fundamental, vital, en el proceso del desarrollo humano. Es la primera vez que el aquí y ahora, es algo plenamente consciente y juega un papel relevante en el comportamiento maduro y autónomo de las personas que lo alcanzan.

Vemos que en los individuo con éste nivel de desarrollo aparece, por primera vez en el proceso de desarrollo, la capacidad de introspección, lo que les permite tomar conciencia de su vida interior: Gustos, intereses, necesidades, deseos, conflictos internos, sentimientos, contradicciones y muchos otros, que los llevan a una situación de saber y comprender que desean para si, y también a veces, a salirse de las normas sociales aceptadas. Comienza a surgir una moral propia y un cierto grado de autonomía que los lleva a realizar lo que les gusta y aquello en lo que creen, más que lo que les dictan otros.

Un aspecto importante relacionado con el trabajo es, que dado que ya comienza a ser una persona madura, es capaz de ver y aceptar diferentes alternativas ante una situación, ya las cosas no son tanto en blanco o negro, tienen muchos más matices, algo clave y muy positivo en la vida profesional. En el caso de una persona que ocupe una posición de dirección y mando, esto lo habilita para trabajar en equipo y respetar y estimular los puntos de vista de otros; cosa que las personas de las etapas anteriores no hacen por su falta de madurez, y la inseguridad derivada de la misma, debido a los temores habitualmente asociados con esa inmadurez.

Considero importante aclarar que la persona que logró alcanzar este nivel, al haber necesariamente pasado por las etapas anteriores, es perfectamente factible que existan aún en ella comportamientos correspondientes a esas etapas anteriores. Comportamientos que sigue y seguirá manteniendo. Pero así mismo, habrá otros que ha erradicado al sustituirlos por conductas más maduras. Por ejemplo: una persona del nivel 3/4, no debería mantener ninguno de los comportamientos de su Etapa I, y quizás, ni siquiera de su etapa II, ya debería haberlos superado. De mantener algunos, ese hecho le acarreará serios problemas en los diferentes ámbitos en los que interactúe en la sociedad: en el  familiar, en el trabajo, en los diferentes ámbitos sociales y otros. Es completamente lógico que  mantenga algunos de la etapa III y habrá comenzado a desarrollar otros de la IV; proceso que logrará de haber tenido una evolución normal superando de forma apropiada las diferentes “crisis del desarrollo”, tal como las denomina Sullivan.

Tenemos ahora: individuos muy aptos para trabajar en empresas, capaces de tomar la iniciativa, ajustados a su realidad, colaboradores, dispuestos a compartir su talento y aprender de las ideas de los demás. Se trata de personas que ya no se comportan como “borregos”, de forma oportunista y egoísta. Se trata de personas con ideas y valores propios que les permiten adecuarse al medio en el que se desenvuelven, manteniendo un cierto grado de autonomía, gracias a su incipiente madurez.

Llegados a este punto, es fundamental que la cultura de la empresa en que trabajan aproveche y promueva sus capacidades y sea un entorno que los estimule para continuar madurando y desarrollándose. De no ser así, la propia cultura los forzará, tal como sucede en mucha empresas, a comportarse de forma inmadura, sumisa, con predisposición a acatar lo que les ordenen. Ya he planteado que eso se traduce en una disminución de la potencialidad de las personas, de su creatividad, de su iniciativa, provocando una gran perdida del más valioso potencial. Es así como las empresas desperdician su recurso más importante, minimizando su gran valor y capacidades; algo que ninguna empresa del siglo XXI se puede permitir. Con la próxima entrega penetraremos y ampliaremos el concepto de Madurez Psicológica.


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