sábado, 26 de octubre de 2019

ORGANIZACIÓN IMPARABLE- Parte 2



Desde que hace unos días me encontré con el concepto de “Organización Imparable”, desarrollado por Shawn Casemore, podría afirmar que me ha entusiasmado debido a diversas razones que considero relevantes: Su significación, implicaciones, alcance, la fuerza que representa, su empuje, simbología, y otros factores más que comunica poderosamente. (Ver anterior Post).

En esta segunda parte acerca del tema, me centraré esencialmente, en los planteamientos y aportes novedosos que hace Shawn, compartiendo e intentando enriquecer con experiencias propias, sus recomendaciones.

En el anterior post mencioné lo que considero esencial para este tipo de organizaciones. Lo señalé al citar: “en las organizaciones imparables los líderes se ven a sí mismos actuando como facilitadores, estimulando y respaldando las necesidades y aportes de sus colaboradores”. Primero, nos dice “actúan y se comportan como verdaderos líderes, no como mandos o jefes, dando órdenes”, y segundo, al señalar que, “se perciben y actúan como servidores, apoyos, facilitadores, de los aportes de los empleados”.

Como he señalado innumerables veces, es aquí, donde desde mi punto de vista, el director, gestor o directivo español, pone obstáculos. Hay algo en nuestra forma de ser que nos produce una fuerte resistencia a actuar de esa forma participativa, en favor de nuestros empleados.

Quienes son jefes suelen estar firmemente convencidos de que ellos son los que mandan y quienes deben mandar, para eso los nombraron “jefe”. Esta forma de pensar y en consecuencia comportarse, tiene raíces tan profundas en general en el país que, por eso, a pesar de contarse frecuentemente con un estupendo recurso humano, bien formado, capacitado, responsable, con deseos de hacerlo bien y con ganas de mejorar e innovar, sin embargo, no se les suele permitir tomar ciertas iniciativas. Salvo algunas excepciones, la norma es:” a ti se te paga para trabajar, currar, no para pensar”.
 
Apoyándose en esas ideas correspondientes al siglo pasado ¿cómo vamos a crear, desarrollar y mantener en el tiempo organizaciones y empresas imparables? Claro, entre cientos de empresas importantes existentes, algunas excepciones tendremos. Pero el esfuerzo para conseguirlo es titánico, cuando debería ser la norma hoy en día, y más, de cara a los cambios debido a las complejidades continuadas que depara el futuro.

Otro de los factores clave que destaca Casemore en el esfuerzo de desarrollar organizaciones imparables es, el que se refiere a la “utilidad y conveniencia de hacer de la empresa un diseño a la medida de las exigencias del mercado y de los clientes que atendemos. A customizarla”.

Afirma, “los clientes desean hoy, personalización, y es a través de los empleados como realmente se puede definir y satisfacer esta necesidad creciente”. Para hacerlo se requiere de un ambiente de emprendimiento, innovación y empoderamiento de personas y equipos, con la finalidad de facilitar la toma de iniciativas por parte de los empleados.


Como se desprende de estos planteamientos y propósitos innovadores, la empresa imparable, descansa en las personas, en la gente, en empleados bien formados y adaptados a este tipo de nueva cultura organizativa, liderada apropiadamente.

La cultura de la empresa es otro de los soportes centrales en los que se fundamenta la empresa imparable. Una cultura que realmente se asiente en dar valor agregado al cliente. Una cultura de empresa cuyos clientes perciban y sientan, como reciben valor por parte de los empleados. Esto, crea una imagen positiva de la misma. Si los clientes desarrollan una percepción positiva de la organización se sienten dispuestos y comprometidos a mantener una relación mutuamente beneficiosa con aquella empresa que los valora y les da excelente servicio. Algo clave para una larga y fructífera relación en el tiempo.

“Las grandes cosas en los negocios nunca las hace una sola persona, son siempre el resultado del trabajo de un equipo de personas”. Steve Jobs

En la actualidad, los empleados, sean de la generación del baby boom o millenials, se han acostumbrado, cuando ellos son consumidores, a obtener lo que quieren y en el momento en que lo desean. Debido a ello, esperan también, tener una experiencia personalizada en todo lo que invierten, o adquieren. Esa expectativa de personalización cada vez más desarrollada y difundida, hace que tanto los consumidores como los empleados esperen ser tratados como individuos respetados en sus ideas y deseos.

Ante esta situación relativamente nueva, Shawn señala:” Los líderes pueden aprovecharse de esta expectativa y mantener a sus empleados comprometidos y motivados al proporcionarles la capacidad de contribuir participar y actuar sobre la base de sus propias ideas”. Señala al mismo tiempo que, “el empoderamiento es clave para convertirse en una organización imparable, porque satisface a quienes somos consumidores, al ser mejor servidos y atendidos, lo que a su vez es, lo que necesitamos como empleados”.

Un aspecto más que me resulta curioso y novedoso dentro de los planteamientos de Casemore es, en lo que se refiere al uso que, de las Redes Sociales hacen las organizaciones imparables.
 
Al respecto afirma, “las usan como una forma de conectar a sus empleados con los clientes”. Explica que no se trata, como va siendo cada vez más común, de “presentar sus productos o servicios mediante su utilización”, sino, “de crear una comunidad o entorno, en el que los empleados hablen bien de los productos y de los servicios de la organización”. Con este tipo de contacto más directo y estrecho, proporcionan a los posibles clientes pruebas sociales dentro de un entorno en línea, acera del valor de los mismos.
Casemore finaliza su artículo: Become Unstoppable, citando
tres errores que según sus experiencias limitan el crecimiento:

1-  Creencia común de dirigentes acerca de que realizar más actividades de marketing conducirá a mayores ventas sostenidas.

2-     Que más productos o servicios crearan nuevas oportunidades de ingresos. Lo que suele ocurrir es, que crean complejidad para los empleados y más confusión para los clientes.

3-     Creer que los clientes hoy piensan y actúan de la misma manera que en las últimas décadas al tomar una decisión de compra.

“Si construyes una gran experiencia los clientes la compartirán y la contarán. La boca a boca es muy poderosa”. Jeff Bezos

En general, coincido con la totalidad de los planteamientos que hace en este artículo Casemore. Una empresa que cuente con este tipo de líderes que generan participación real y que valoran, como se ha señalado a sus colaboradores, y que se les estimula a relacionarse tan directamente con los clientes, sin duda alguna, y tal como lo he señalado múltiples veces en anteriores post, son los capaces de crear organizaciones exitosas, rentables e imparables, en el logro y superación de sus objetivos.






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