sábado, 17 de mayo de 2014

EL DELICADO PROCESO DE INNOVAR



En empresas donde se da gran valor a la innovación, durante las sesiones en las que se trabaja la creatividad, es norma no permitir,  mientras se está en la Fase de Generación y Aporte de Ideas, el que se haga ningún tipo de juicio sobre ellas; se mataría la creatividad. El proceso que se provoca se conoce como flow, de fluir, de manar, y nunca se debe interrumpir hasta que se haya completado. Sólo en la fase  final, una vez que todas las ideas posibles han surgido, éstas serán valoradas, no antes. 

Una vez que la sesión de generación ha sido finalizada, viene la más compleja de realizar, a decir de expertos y participantes en ellas, y es la de seleccionar la idea o ideas más adecuadas, siempre  acorde con el objetivo que se pretende alcanzar.



 

En esas sesiones es fundamental estimular el aporte de muchas y muy diversas ideas: locas, ilógicas, absurdas, inverosímiles, fantasiosas, etc. Generalmente, las mejores y más originales soluciones tardan muchas veces en salir, por lo tanto, cuantas más ideas, mejor. Este tipo de aporte genera un efecto multiplicador abierto, espontáneo muy enriquecedor. Técnicas como el Brain Storming, o similares,  son claves para alcanzar lo señalado.


Es siempre necesario, de antemano, tener claro y lo más concreto posible: 1) El resultado esperado.  2) Definir con precisión sobre qué se va a trabajar.  3) Estimular el aporte libre de ideas.  4) Evaluar, finalmente, las ideas y desechar aquello que no sea de utilidad. Esta última actividad es la más delicada.

Modelo de Jeffry Timmons
 
Una contribución muy interesante a la hora de realizar las fases del proceso de innovación, ha sido la hecha por el profesor y experto en emprendimiento del Babson College y de la Harvard Business School, Jeffry Timmons. Su modelo, sirve como guía de recopilación de información para facilitar la validación de una idea, o para su descarte.



1.-  Aspectos Clave 

Según él, la búsqueda de información y posibles soluciones debe responder a tres aspectos fundamentales: la oportunidad, los recursos y el equipo. 

Oportunidad: a)  Comienza con la actividad de generación y aporte de ideas, seguida de la: valoración, análisis y selección de las ideas.   b) ¿La idea, es realmente una oportunidad? ¿Qué necesidad concreta esperamos satisfacer con ella? ¿Cómo pensamos comercializar nuestro producto-servicio? ¿Por qué los clientes nos comprarán a nosotros y no a nuestros competidores? ¿Es el momento más  adecuado para ejecutar la idea? 


Recursos:
¿Contamos con los recursos necesarios? ¿Qué inversión inicial requiere el proyecto? ¿Para cuándo recuperaremos la inversión? ¿Contamos con el dinero para llevar la idea adelante? ¿Poseemos los conocimientos para administrar este tipo de negocio? ¿Tenemos acceso a los proveedores clave que necesita el proyecto?


Equipo: ¿Contamos con el equipo adecuado? ¿Qué personas serán clave para alcanzar el éxito? ¿Qué papel deberá cumplir cada una? ¿Qué ocurriría si, después de un tiempo, alguna de ellas decidiera abandonar el proyecto? ¿Podría ser reemplazada o su salida podría provocar el fracaso de la iniciativa?

Afirma Timmons, “al dar respuestas sinceras a estas y otras inquietudes similares, muchas ideas mueren en esta fase previa, lo que resulta muy positivo. Evitará seguir dedicando tiempo y dinero a una iniciativa con escasas posibilidades de éxito. Pero si las respuestas sugieren que la idea es viable, se deberá  avanzar a la siguiente fase: Elaboración del prototipo”. 



2.-  El Prototipo


Habiendo realizado debidamente todo lo anterior, se tienen ya buenas razones para considerar viable la idea en la que se ha venido trabajando. El siguiente paso es, la elaboración de un prototipo. Una muestra inicial del producto o servicio que se  espera lanzar al mercado. En el caso de productos será, posiblemente, un prototipo físico. En el caso de servicios, deberán ser diversas pruebas del mismo, de forma de obtener un muestreo, lo más ajustado a la realidad, de su impacto y resultados, una vez que se ponga en el mercado.

 


Prototipo de PC, de Samsung


3.-  Vender la idea
 
La idea ha superado las diversas pruebas anteriores. Existe por tanto, un grado de certeza razonable acerca de su viabilidad, pero de nada nos servirá si no somos capaces de comunicarla, de “venderla” y de alcanzar un cierto nivel de compromiso y apoyo; primero internamente, en nuestra propia organización y a cuantos más mejor, y en segundo lugar, a los futuros posibles clientes o usuarios.


Por qué es necesario Innovar la Gestión


Es en este punto donde lo que he señalado en varios posts anteriores acerca de la necesidad de contar en la empresa, por un lado, con una cultura esencialmente innovadora, y segundo, con un proceso que forme parte de esa cultura, dirigido a dar a la actividad de innovación, los pasos y apoyos necesarios para su culminación exitosa.
  
Es aquí, donde la fórmula habitual y muy conocida de: Investigación+ Desarrollo+ innovación (I+D+i), entra en juego, y a la que yo le he incorporado: +IG= Innovar la Gestión; para señalar que se tienen que incluir los procesos de: cultura, clima de trabajo adecuado, liderazgo, trabajo de equipo y demás apoyos necesarios. A mi modo de ver y con base en mis experiencias de trabajo, de no existir este tipo de cultura previa en las formas de gestión, se hace muy difícil obtener éxito en los complejos esfuerzos y proceso, que demanda la innovación.


Innovar la gestión, se refiere a la existencia y mantenimiento de la cultura de innovación, e incluye también, todo lo necesario para realizar de forma adecuada y exitosa todos los componentes del proceso que llevará a la elaboración y puesta en el mercado del producto o del servicio innovador. Por ello insisto en que la formula completa del éxito tiene que ser: I+D+i+IG.


Experiencias en proyectos que requerían de innovación me han permitido comprobar que: carecer de esa cultura y sus componentes muy específicos, además de los procesos internos que llevan a apoyar e implantar el producto resultante de I+D+i, tan solo conducían, con gran frecuencia, al fracaso en la actividad de innovar y a unos elevados costes. Pero lo peor de todo, por sus secuelas era, que llevaban a la frustración de muchas personas, con graves consecuencias en la motivación y grado de compromiso de las mismas, así como a baja productividad y calidad.


http://innovarlagestion.blogspot.com






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