miércoles, 24 de julio de 2019

POLÍTICOS MADUROS:¿DONDE ESTARÁN?


Al arribar en esta serie de Post relacionados con Madurez Psicológica y Comportamiento Humano a la Etapa IV del desarrollo de “Darse Cuenta”, asistimos a los primeros indicios de Madurez. Al comparar estos nuevos rasgos y conductas con los que hemos venido describiendo enfocándonos en los comportamientos recientes de nuestros políticos en general, puedo catalogarlos como: Inmaduros. Existen sin duda notables excepciones, pero son solo eso, excepciones.

De no echarse mano de posibles rasgos y comportamientos más maduros que sin duda poseen, nunca llegarán a ponerse de acuerdo y a poder efectuar los necesarios Pactos de Gobierno. No les será posible llevar a cabo los pactos necesarios para poner de forma coherente y planificada al país, en marcha. 
El ambiente, de confrontación y crispación ya señalado en anteriores post, ha desarrollado un clima nada propicio para construir. No les permite echar mano de la madurez y sentido común necesario. Confío en que la propia situación de crisis presente, los llevará a desarrollar comportamientos más maduros. Eso esperamos. Veremos qué pasa el jueves 24.

De aquí en adelante os aportaré las descripciones relativas al Desarrollo de la Personalidad o del YO, que corresponden a individuos a los que, basándonos en sus comportamientos, conductas y actuaciones predominantes, podemos considerar, siguiendo el Modelo de Jane Loevinger y colaboradores que utilicé para realmente dar valor a lo planteado como: “personas con personalidad psicológicamente madura”.

IV ETAPA- DARSE CUENTA: Hacia una personalidad consciente

Cambios esenciales se producen en esta Etapa, que se amplían y consolidan en la Etapa V. Paso a citar y describir: Características, Rasgos, Comportamientos y Actuaciones habituales, comunes en personas maduras psicológicamente. El lector podrá así, comprobar las inmensas diferencias y cambios que ocurren conforme se va madurando de una etapa a otra superior.

Al relacionar esta lectura con las anteriores que enfoqué hacia comportamientos de nuestros políticos, podréis ratificar como, en general han manifestado comportamientos inmaduros. De ahí sus acciones y las poco apropiadas consecuencias de sus actos.

Rasgos, características, comportamientos:

--Inicio de “darse cuenta” de la vida interior. Capacidad de realmente “darse cuenta”: Del mundo que lo rodea, de ser y estar consciente de lo que sucede, cómo y porqué, representa un paso fundamental, vital, gigante, dentro del proceso de desarrollo humano. Es la primera vez que “el aquí y ahora”, es algo plenamente consciente, transparente, debido a ello, juega un papel relevante en el comportamiento maduro y autónomo de las personas que lo alcanzan.


Al relacionarlo con el comportamiento de nuestros políticos, es obvio que este rasgo no ha estado, ni está realmente presente durante la reciente campaña electoral que culminó en abril 2019; las elecciones de mayo y su interpretación y menos aún, a la hora de efectuar las negociaciones requeridas como resultado de las votaciones para las cuatro elecciones efectuadas en el país, lograr pactos y acuerdos coherentes.

--Capacidad de introspección. En este individuo aparece, por primera vez en el proceso de desarrollo, la capacidad de introspección; lo que le permite tomar conciencia de su vida interior: Gustos, intereses, necesidades, deseos, conflictos internos, sentimientos, contradicciones y muchos otros, que lo llevan a una situación de saber y comprender que desea para sí. Otras, a veces, lo estimula a salirse de las normas sociales aceptadas.

Esta capacidad lo lleva a conocerse realmente, a ser consciente, y a tener sentimientos de culpa como sanción, sobre algo que considere, mediante su introspección, como no apropiado, conveniente.

·        -- Inicios de una moral y valores personales propios. Comienza a surgir una “moral propia” y un cierto grado de autonomía que lo lleva a realizar lo que le gusta y aquello en lo que cree, más que lo que le dictan otros: el partido político, sus creencias religiosas, otros grupos. Si recordamos bien, las personas inmaduras carecen, por su incapacidad de verse a sí mismas, de la capacidad de autocrítica y de una moral propia. Lo moral, dependía más de si se lo descubría cometiendo el delito, o realizando comportamientos inapropiados.

·         --Posibilidad de ver y aceptar múltiples alternativas ante una situación. Se trata de un aspecto muy importante relacionado con el trabajo y la actividad en grupos. Dado que ya comienza a ser una persona madura, es capaz de ver, aceptar y comenzar a valorar diferentes alternativas y puntos de vista ante una situación. Ya las cosas no se ven en blanco o negro, hay más matices, algo clave y muy positivo en la vida profesional.

En el caso de una persona que ocupe una posición de dirección y mando, esto lo habilita para trabajar en equipo, respetar y estimular los puntos de vista de otros, actuar como líder, cosa que las personas de las etapas anteriores no hacen por su propia falta de madurez y la inseguridad derivada de la misma, debido a los temores habitualmente asociados con su inmadurez.

No trata ahora de imponer su visión o su punto de vista, ni de pretender estar siempre en lo cierto, tal como sucede especialmente en la etapa autodefensiva, oportunista. Ya no busca dominar, no busca poder personal, lo que pretende es, el beneficio para todos o la gran mayoría. Menudo cambio.
 
--Claros en sus deseos para sí mismos. Los inicios de una clara vida interior los lleva a tener deseos, intereses y objetivos cada vez más claros para sí mismos, pero no buscará nunca imponerlos a otros. Si los defenderá, tal y como los demás lo harán para sí, pero siempre estará dispuesto a aceptar los argumentos de otros, a valorarlos y si es el caso, a aceptarlos. Casi nada, al compararlos con personalidades inmaduras.

--Se sale a veces de las normas sociales aceptadas. La madurez de la que hace gala los lleva a salirse y saltarse las normas que lo limitan si percibe que estas dificultan o impiden cumplir y alcanzar los objetivos que el grupo se haya podido plantear. Toman así la iniciativa para buscar otras posibles alternativas de acción. Se trata de un comportamiento más flexible, decisivo, maduro.

--Los sentimientos son aún, vagos y banales. El nivel de madurez alcanzado los lleva a actuar y comportarse sobre la base de sentimientos propios que aún son poco claros, vagos. La profundidad y complejidad emocional se adquiere en las etapas V y VI.

--Clara conciencia de la diferencia entre "yo" “uno mismo” y "los demás". Este aspecto es esencial para alcanzar y reafirmar el grado de autonomía que comienza a brotar en él, a surgir, como forma de afianzamiento de su desarrollo y estar en condiciones de poder alcanzar un mayor grado de madurez personal. Actúa más con base en sus valores, creencias, su yo, y la forma cada vez más objetiva de cómo percibe al mundo cercano y al más amplio y lejano.

--Tendencia a criticar a otros en términos de sus propios estándares y valores. El grado de madurez que ha alcanzado, que empieza a ser consciente, y a darle y permitirle cada vez mayor seguridad en sí mismo y en lo que hace, lo lleva por ahora, a percibir y valorar su realidad desde una perspectiva parcial, limitada.

Las citadas son las características y cambios que suceden en esta Etapa IV. Poco o nada de ella, se manifestó en el lapso de elecciones recientes, y el consecuente reparto de: autonomías, municipios, y gobierno central. Veremos qué pasa.

Considero importante aclarar que, es perfectamente factible y frecuente que existan aún, en estas personas, comportamientos correspondientes a algunas de las etapas previas. “No vamos a encontrar individuos puros”. Quienes han logrado alcanzar este nivel, al haber superado las etapas anteriores, con frecuencia seguirán manteniendo algunos rasgos y conductas previas.

Habrá otros, que los hayan erradicado al sustituirlos por conductas más maduras. Una persona que se encuentre entre las Etapas III y IV, no debería, sin embargo, mantener ninguno de los comportamientos de su Etapa I, y quizás, ni de su Etapa II; debería haberlos superado. De mantener algunos, ese hecho le acarreará serios problemas en los diferentes ámbitos en los que interactúe en la sociedad: el familiar, el de trabajo, político, y en los diferentes ámbitos sociales. Sí es lógico que mantenga algunos de la Etapa III y habrá comenzado a desarrollar otros de la IV. Proceso que alcanzará, de haber tenido una evolución normal, al superar y resolver de forma apropiada las diferentes “crisis del desarrollo”, tal como las denomina Sullivan.

Contamos ahora, con individuos aptos para trabajar en empresas, que se manifiestan capaces de tomar la iniciativa, ajustados a su realidad, colaboradores, dispuestos a compartir su talento y aprender de las ideas de los demás. Ya no se comportan como “borregos”, de forma oportunista y egoísta. Tienen ideas y valores propios que les permiten adecuarse al medio en el que se desenvuelven manteniendo un cierto grado de autonomía, gracias a su madurez.Todo esto representa un cambio y madurez, notables.

Algo que tiene un impacto fundamental aquí, es que la cultura de la empresa, del partido y más, la del país, aproveche, promueva, estimule sus capacidades y sea un entorno adecuado para que puedan continuar madurando y desarrollándose. De no ser así, la propia cultura los forzará, tal como sucede en una mayoría de empresas y tal como está sucediendo en el ámbito de la política, a comportarse de forma inmadura, sumisa, con predisposición a acatar lo que le ordenen.

Ya he planteado que eso se traduce en una pérdida de la potencialidad de las personas, de su creatividad, su iniciativa, en consecuencia, de realizar su potencial. De esta manera, se desperdicia e inutiliza, poco a poco, el talento de las personas; algo realmente lastimoso.

Con la próxima entrega donde describiré a las personas maduras, cerraré el presente ciclo, que he enfocado en nuestros políticos inmaduros
Muy, muy pocos han alcanzado la Etapa V, Personalidad Consciente. Esa es nuestra realidad más amplia.



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